Etapa 24. Tábara - Santa Marta de Tera



Etapa con desniveles moderados. La jornada de hoy nos presenta dos variantes, por Bercianos de Valverde o por Villanueva de las Peras, las dos alternativas están señalizadas y con semejantes km, la primera Bercianos, carece de servicios para el peregrino, en Villanueva de las Peras podemos hacer parada, hay bar y albergue.
Al final de la jornada alcanzaremos uno de los hitos más importantes de este Camino jacobeo, la escultura en piedra de Santiago Peregrino, considerada la más antigua del santo con atuendos peregrinos.



Comenzamos la etapa junto a la Iglesia de Santa María, poco a poco nos iremos alejando del pueblo por una pista de tierra en dirección a un cruce que nos llevará a Santa Marta de Tera. No hay que despistarse y estar pendiente de las indicaciones hasta cruzar la vía del AVE. Avanzaremos por una cómoda pista de tierra entre bosques de encinas.

Encontraremos buena señalización, no tendremos dificultad alguna para seguir el recorrido, eso si no nos despistemos que está lleno de cruces de caminos.

A mitad de Camino...

Continuamos en descenso para coger un camino más estrecho, pero al poco tiempo volvemos a otra pista que nos lleva hasta el arroyo de Zamarrilla lo cruzamos por una pasarela de hormigón (Km 8,2 de la etapa). En unos 800 m llegamos hasta un cruce de caminos (Km 10 de la etapa). En este punto el camino nos da una vez más dos alternativas para continuar, si queremos continuar por Bercianos tenemos que tomar el camino de la derecha, en nuestro caso continuamos recto hacia Villanueva de las Peras, una pequeña población donde podemos hacer una parada para reponer fuerzas o incluso pernoctar, tiene albergue. Ambos trazados vuelven a unirse a la altura del arroyo Zamarrilla.

El Camino transita entre varios cruces de caminos, pero a todos ellos hacemos caso omiso y continuamos sin desviarnos el cruce de una carretera (Km 12 de la etapa), la ZA-120, nos conduce en kilómetro y medio hasta Villanueva de las Peras.





Entramos por la calle Arriba y continuamos por una empinada cuesta que nos lleva hasta la iglesia de la Asunción, junto a ella una placa de la Fundación Ramos Marcos que dice:

Villanueva de las Peras
PEREGRINO
"Este pueblo supera, con la verdad las apariencias, la nobleza de sus gentes, su historia día a día y los frutos del trabajo. Rebasan la villa, lo nuevo y las peras que con su nombre proclama. Y es un ejemplo de prudencia, Caminante, la prudencia es mesura entre nuestra verdad y la certeza del toro. La verdad no está en el nombre, está en el alma".

Esta monumental iglesia está consagrada a la Virgen de la Asunción, situada en lo alto de Villanueva de las Peras, su tonalidad contrasta con el resto del paisaje que la rodea, un hecho que hace que se pueda ver desde lejos. Destaca de su construcción el amplio arco de piedra sobre el que se asienta la escalera de acceso a una sencilla espadaña ubicada bajo el zaguán y de corte renacentista. El ábside del edificio es cuadrado y dispone de contrafuertes.



Esta población se sitúa en el Valle de Valverde, a orillas del Arroyo Castrón, cauce por el que fluye el agua durante todo el año. Nos encontramos en la comarca zamorana de Benavente y los Valles.
Este bonito pueblo tampoco escapa a los cambios, las nuevas construcciones de chalés, aquellos que escapan de las ciudades cautivados por la tranquilidad y belleza de lugares como este. Muchos vuelven a sus raíces, algunos han hecho de este lugar su residencia habitual, otros solo escapan atraídos por la paz que atesora la pequeña localidad.

En este pueblo el ritmo se hace pausado, reina la calma. La hermosa sencillez de algunas de sus casas le da un aspecto un tanto romántico, tentándonos a pasar un poco más de tiempo en él.

Es de agradecer la amabilidad de trato de sus gentes, en especial el recibido por la dueña del bar la Moña, que gentilmente ayuda en todo lo que puede al peregrino. Hace unos años era tan solo un pequeño bar, pero en la actualidad se ha convertido en todo un restaurante de referencia en la comarca.


Pero el Camino continua, hay que seguir adelante. Dejamos el pueblo por un tramo de la carretera ZA-120, desviándonos a la derecha por un camino señalizado. Pasamos junto a un campo de viñedos, a nuestra izquierda observamos sus tradicionales bodegas enclavadas en la tierra.

En unos cientos de metros giramos a la izquierda por un camino que nos lleva al paraje de El Tomillar un denso bosque de tomillo, jara y encinas.


El Camino nos hace pasar por un pequeño refugio realizado con ramas y troncos, continuamos recto rodeados de un denso bosque de tomillo, jara y encinas, este paisaje finaliza a la entrada de un valle cubierto con un hermoso manto verde.




En breve llegamos hasta una acequia de riego que sale a nuestro paso, junto a ella descansamos para refrescarnos un instante, próximo a la acequia hay una fuente donde aprovechamos para reponer el agua de nuestra botella.
Un lugareño que pasaba en su pequeña motocicleta paró a nuestro lado, nos saludó y amablemente nos ofreció una pieza de fruta que acababa de recolectar de sus campos, nos aconsejó proveernos del agua de la fuente, según él, estas aguas son de excelente calidad, todos los paisanos la toman. 

Cuando llevas tantas horas de camino, normalmente en soledad, el trato humano con los lugareños te llena de alegría, son uno de los momentos más gratificantes del Camino.




Santa Croya de Tera es una de las localidades más importantes de la comarca de Benavente, ciudad de la que distan escasos kilómetros. El río Tera marca el urbanismo de la localidad, ya que su paso por él ha hecho cambiar la fisonomía del pueblo. Sobre todo, después de que fuese canalizado y que ha posibilitado contar con un importante espacio para el esparcimiento y el descanso en la plaza que se encuentra frente a la Casa Consistorial.

Este lugar se debe según una de las tantas tradiciones, a unos pastores de Santa Marta de Tera. Venían todos los días con sus ganados a pastar a donde hoy se encuentra la actual población, llamada entonces Sainte Croix, por el convento de frailes que entonces había. Los pastores para evitar el desplazamiento diario se trasladaron definitivamente con sus familias. Según el Profesor Villasante de la Universidad de Santiago de Compostela, Santa Croya proviene de Santa Claudia. El llamarse de Tera es debido a su enclave junto al río Tera como le ocurre a otras muchas localidades de la vecindad.

Su iglesia parroquial es del siglo XVI como bien marca su pila bautismal, en ella encontraremos una hermosa talla de Santa María, esta del XV.


En 1672 se funda la Cofradía de la Vera Cruz cuya función principal es estar unidos todos sus miembros por la Iglesia, con obligación de asistir a los actos religiosos y de caridad.

En 1785 fueron reformados sus estatutos que son los que están vigentes. Constan de treinta y cinco capítulos. Sin número fijo de cofrades tiene los cargos visibles de Mayordomo, Juez y Procurador, elegidos solemnemente en Asamblea General o Cabildo.
Nota singular de esta institución religiosa son las multas, por no haber confesado o comulgado en el cumplimento pascual, faltas de respeto, riñas, etc. Cumpliéndose con libras de cera y nunca con dinero.

En 1972 se celebró el trescientos aniversario de la fundación de esta Cofradía, asistiendo a los actos conmemorativos el Señor Obispo de la Diócesis de Astorga.

En 1891, Santa Croya y Santa Marta se enfrentaron porque el primero quería la independencia, alcanzando la victoria en el camino.
También se dice existió un pueblo entre Santibáñez de Tera y Santa Cruz, en los llamados hoy Arrotos y que se denominó Santa Marina.
Se cuenta sobre la gente de este pueblo que eran avaros no guardando los días de precepto. Hubo por su maldad un castigo divino. Envió la Providencia una paloma anunciando el derrumbamiento del pueblo. Posándose la paloma en el campanario dijo:

"Santa Marina, dentro de un rato serás hundida produciéndose un cataclismo que lo arruino por completo. También cuenta la tradición que vino a desaparecer Santa Marina por los pecados de carne cometidos en el convento que allí existía".

Durante doscientos años aproximadamente, Santibáñez y Santa Croya se disputaron el terreno en donde estuvo enclavada Santa Marina y para concluir con el pleito, se tomó el acuerdo de fijar la línea divisoria de los términos desde el sitio en donde estuvo emplazada la Torre de Santa Marina.
En noviembre tiene lugar la festividad de San Cayetano, cantándose a esta imagen una Loa de cuarenta y tres estrofas, siendo las más antiguas del siglo XVI pues aluden al culto Eucarístico, al calvinismo y herejía protestante.

Su patrimonio artístico no eclipsa ni de lejos al de la lindante Santa Marta de Tera, que se vale únicamente de su iglesia para cerrar cualquier discusión, pero sin embargo es una localidad más grande que ofrece casi todos los servicios. En este pueblo, siempre de labradores, cada familia mantiene su propia bodega. La tierra arcillosa permitió excavarlas y, antaño una fuente de ingresos, hoy son un lugar de escape y cohesión donde se reúnen los vecinos. Algunas de ellas esconden todavía antiguos sistemas de prensado.


Entramos en Santa Croya por la calle Mayor que nos lleva hasta la plaza del Ayuntamiento y unas instalaciones deportivas. Continuamos por un bonito paseo ajardinado junto al río. 

Llegamos hasta el puente que cruza el río Tera, en unos minutos llegamos a Santa Marta de Tera, en su plaza se encuentra el ayuntamiento y cercano su albergue para peregrinos.










        

Localidad del municipio de Camarzana de Tera, situada en la comarca de Benavente y Los Valles, en la provincia de Zamora.
La localidad se halla en una pequeña elevación sobre la orilla izquierda del río Tera, que se domina perfectamente desde el templo.

En la Plaza Mayor se encuentra una iglesia románica construida en el siglo XI, la iglesia de Santa Marta.
La iglesia parroquial de Santa Marta de Tera perteneció a un antiguo monasterio. Es obra muy antigua, siglo XI, uno de los edificios más ancianos del románico español. Se sabe que por el año 1077 se estaba haciendo la iglesia, que perteneció a un monasterio de los muchos que surgieron en el Valle de Tera durante los s. IX y X y que quizás fuese el que aportara los restos anteriores al edificio actual. Este monasterio se organizaba siguiendo un modelo colegial, de ahí que sea Colegiata.
El edificio de la iglesia es lo única que queda de aquel monasterio que debió disolverse en el año 1209 cuando pasó a depender de la Diócesis Asturicense (Astorga), de la cual aún hoy es parte integrante. En el s. XVI se añadió en su hastial oeste un palacio de estilo renacentista, en el cual veraneaban los prelados asturicenses.

La Iglesia es de planta de cruz latina y cabecera rectangular, de herencia prerrománica. Acaso sea ésta la parte más atractiva gracias a las dos columnas que lo flaquean y a los tres ventanales que se abren en su muro.

Otro elemento valioso es su portada meridional, con tres arquivoltas de medio punto sobre dos parejas de columnas. En las enjutas aparecen dos grandes esculturas de bulto redondo colocadas posteriormente que representan a Santiago peregrino y San Pablo. La escultura de Santiago es la más antigua conocido del apóstol con los atuendos de peregrino.

La aparición de arcos de herradura y modillones mozárabes constatan la antigüedad del edificio. El rítmico juego de impostas ajedrezadas, contrafuertes y ventanales ofrecen una imagen sencilla y armónica.

Colegiata de Santa María

Palacio Episcopal







El fenómeno equinoccial

En su interior se produce un fenómeno equinoccial los días, 21 de marzo y 23 de septiembre, y tres días antes y después.
El sol penetra en la iglesia a primera hora de la mañana a través del óculo de la cabecera y el rayo ilumina durante unos minutos el capitel historiado situado a la izquierda del ábside.

El haz de luz incide primero sobre uno de los ángeles que sostienen la imagen de la Virgen en una mandorla; después ilumina la imagen central, posteriormente el otro de los ángeles y hacia las diez de la mañana, a las 7.55, hora solar, ilumina la totalidad del capitel, que simbólicamente representa a Santa Marta elevada al cielo por los ángeles.