AMPOLLAS EN EL CAMINO



¡ ATENCIÓN AMPOLLAS !


Las ampollas y rozaduras en los pies suelen crear alarma entre los peregrinos. Su aparición puede convertir nuestro caminar en una auténtica tortura que minan la moral de cualquiera. Y no exagero. He visto peregrinos tremendamente desmotivados, y con la moral por los suelos por culpa de las ampollas.

Estas se producen por el constante rozamiento de la piel con los calcetines, y suelen aparecer habitualmente durante las primeras jornadas del Camino. Normalmente, se deben a calcetines inadecuados, o calzado nuevo. Para evitarlas tenemos que adquirir unos calcetines que eviten rozaduras y sobre todo no estrenar calzado en el Camino.

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Debemos tener una cosa clara,
los pies son el vehículo del peregrino,
si no los cuidamos seguramente
nos sacaran del Camino.
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El calzado para el Camino ha de ser fuerte pero flexible, y sobre todo darle un uso antes de comenzar el Camino.

Por muy buenas que sean unas botas, conviene comprarlas al menos un mes antes para ir acostumbrándolas al pie. De este modo, el pie se adapta a la bota y la bota se adapta al pie. Lo que no es recomendable es comprarlas esta tarde y mañana comenzar el Camino, porque es seguro que aparezcan roces y ampollas hasta que nuestros pies se adapten al calzado.

Como medida de precaución, suelo llevar conmigo unas sandalias de tracking, así, si las botas me causan algún daño o hace excesivo calor, mis pies agradecen la “libertad” de las sandalias que, si son de calidad, garantizan una suela adherente y un ajuste perfecto.


¿Cómo prevenir las ampollas?

No hay nada mejor que untarse los pies con vaselina antes de comenzar la caminata para que los pies se adhieran perfectamente al calcetín y no cause rozaduras. Ayuda a evitar roces, especialmente los días lluviosos, que son los más peligrosos.

Los calcetines deben adaptarse a la perfección al pie. Es importante que el tejido sea natural y permita la transpiración, ya que el exceso de calor en los pies es también la causa de la aparición de ampollas. En las tiendas de deporte venden unos calcetines antiampollas que van muy bien, sin costuras y que se adaptan de maravilla al pie.

Además, a la hora de colocarlo antes de comenzar la etapa es importante que se ajuste al pie y sus contornos, evitando que se creen arrugas que pueden ser el desencadenante de una ampolla al representar un punto de fricción del pie.

También es importante mantener una correcta hidratación de los pies. Un pie en perfectas condiciones apenas experimentará rozaduras, aunque existen una serie de trucos para evitar la fricción de los pies con las botas o zapatillas, se trata de poner vaselina en las partes en las que el roce es mayor, como puede ser la zona de los talones y los dedos, Es importante que de esta manera protejamos los pies y evitemos la aparición de las temidas ampollas.


¿Y si aparecen, cómo podemos combatirlas?

Si a pesar de todo empieza a rozar alguna zona, aún se puede evitar las ampollas

Si cuando caminamos tenemos alguna molestia en los pies, nos paramos, si alguna zona de roce empieza a está roja y escuece al rozarla, o incluso hay una pequeña ampolla, se puede cubrir con un trozo de esparadrapo (sin que haga pliegues) y seguir andando como si nada... con los días esa zona se irá haciendo dureza y no habrá riesgo de ampolla.
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"Cada maestrillo tiene su librillo"
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Pero la experiencia como peregrino me ha enseñado que una buena solución, nada agresiva, es poner los pies a remojo en agua tibia con un buen puñado de sal y un potente chorro de vinagre. Ayudan a desinfectar y cicatrizar las ampollas, además de servir de relajación para los pies, cansados tras la etapa diaria.

Quizás la solución más extendida entre peregrinos y que sirve para reducir el tiempo que tarda en desaparecer la ampolla, consiste en una vez finalizada la etapa y ya en el albergue, lavamos la zona y atravesamos la ampolla con una aguja desinfectada con hilo, drenamos completamente el líquido interior y acto seguido la secamos con alcohol y aplicamos abundante Betadine. A continuación, se corta el hilo dejando unos milímetros y se deja secar sin cubrir. Lo aconsejable es que durante la tarde dejemos al descubierto los pies

A la mañana siguiente, y antes de empezar la etapa, protegemos bien la ampolla para evitar rozaduras. Es muy importante que no arranquemos la piel muerta de la ampolla, esta nos protege de infecciones.

También es imprescindible hacer las curas cada día, tras el periodo de unos días la ampolla acabará y el hilo caerá por sí solo.

Buen Camino

La concha peregrina



LA CONCHA PEREGRINA
Una mano abierta al mundo


El aspecto del peregrino ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, desde la larga capucha, con una bolsa de piel sin ataduras, sandalias, bordón y calabaza, a atuendos deportivos donde los materiales sintéticos son los predominantes. La peregrinación a Santiago de Compostela ha cambiado mucho desde entonces, algunos defienden que ha progresado, otros que ha sucumbido a las exigencias de una sociedad cada vez más alejada de los valores cristianos y sus tradiciones.

Sea cual sea el sentido que se le quiera dar a la evolución de la Peregrinación a Santiago de Compostela, esta sin lugar a duda está más viva que nunca, los caminos son frecuentados por cientos de miles de almas peregrinas cada año.

Naturalmente la motivación que empuja a muchas personas al Camino de Santiago no es únicamente religiosos o espirituales, las hay de todo tipo, deportivos, culturales, una forma de descubrimiento interior o simple y llanamente, por turismo, pero en el fondo pienso que todas ellas cumplen un mismo objetivo, LA BÚSQUEDA de la FELICIDAD.

Pero todo esto no es nuevo, no es algo surgido de una tendencia, de una "moda", en la Edad Media también era muy recorrido, como ahora no todos lo hacían motivados por sus sentimientos piadosos y amor hacia Dios, también por otros motivos. La mayoría hacían el camino por una promesa en un momento de desesperación o enfermedad, muchos otros al igual que ahora con la esperanza de superar una vida que no les gustaba. Tampoco faltaban los que saltaban al Camino para huir de algo, o aquellos aventureros ansiosos por conocer nuevas gentes y lejanos horizontes. Otros, los peores sin embargo no iban motu proprio, sino obligados. Si, obligados por una pena o castigo judicial.
 



En la actualidad, todos utilizamos la concha de vieira en nuestro camino, la colgamos de nuestras mochilas desde el primer día, pero en la antigüedad no fue así. En aquel entonces la concha era tan solo portada por aquellos peregrinos que ya habían finalizado su peregrinación a Santiago de Compostela y que ya estaban de regreso a su lugar de procedencia.

Esta recibía el nombre de “Pecten Maximus” y simboliza la generosidad, una virtud que desde el momento en que había alcanzado el final del Camino, debería acompañarle el resto de sus días. En la concha de venera (vieira), se quiere ver una mano abierta, que simboliza la generosidad. Esta virtud también se alcanza hoy en día, ya que quién ha vivido la experiencia de ser peregrino a Santiago de Compostela nunca vuelve a ser el mismo, el CAMINO les cambió para siempre.

En aquel entonces fue tal la relevancia de esta concha en la peregrinación que hasta el mismo molusco terminó llamándose "vieira" por el razonable parecido entre la palabra venera y “vieiro” que significa camino en gallego.

Hay que remontarse hasta el «Códice Calixtino» la primera "guía" para peregrinos, donde se registra el significado de las conchas de vieira y por qué los peregrinos las llevaban en sus capas para mayor gloria del apóstol.


"Por lo mismo que los peregrinos que vienen de Jerusalén traen las palmas, así los que regresan del santuario de Santiago traen las conchas.

Pues bien, la palma significa el triunfo, la concha significa las obras buenas. Pues hay unos mariscos en el mar próximo a Santiago, a los que el vulgo llama vieiras, que tienen dos corazas, una por cada lado, entre las cuales, como entre dos tejuelas, se oculta un molusco parecido a una ostra. Tales conchas están labradas como los dedos de la mano y las llaman los provenzales nidulas y los franceses crusillas, y al regresar los peregrinos del santuario de Santiago las prenden en las capas para gloria del Apóstol, y en recuerdo de él y señal de tan largo viaje, las traen a su morada con gran regocijo. La especie de corazas con que el marisco se defiende, significan los dos preceptos de la caridad, con que quien debidamente los lleva debe defenderse, esto es: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo.

Se cuenta que siempre que la melodía de la caracola de Santiago, que suelen llevar consigo los peregrinos, resuena en los oídos de las gentes, se aumenta en ellas la devoción de la fe, se rechazan lejos todas las insidias del enemigo; el fragor de las granizadas, la agitación de las borrascas, el ímpetu de las tempestades se suaviza en truenos de fiesta; los soplos de los vientos se contienen saludable y moderadamente; las fuerzas del aire se abaten."

Moralejo, S., C. Torres, y J. Feo. Liber Sancti Jacobi; Codex Calixtinus. Santiago de Compostela, 1951. Pp. 205-206 and???


Buen Camino

LORCA Y EL CAMINO



Santiago Balada ingenua


Esta noche ha pasado Santiago
su camino de luz en el cielo.
Lo comentan los niños jugando
con el agua de un cauce sereno.

¿Dónde va el peregrino celeste
por el claro infinito sendero?
Va la aurora que brilla en el fondo
en caballo blanco como el hielo.

¡Niños chicos, cantad en el prado
horadando con risas en el viento!

Dice un hombre que ha visto a Santiago
en tropel con doscientos guerreros;
iban todos cubiertos de luces,
con guirnaldas de verde luceros,
y el caballo que monta Santiago
era un astro de brillos intensos.
Dice el hombre que cuenta la historia
que en la noche dormida se oyeron
tremolar plateado de alas
que en sus ondas llevose el silencio.

¿Qué sería que el río paróse?
Eran ángeles los caballeros.

¡Niños chicos, cantad en el prado!
horadando con risas al viento.

Es la noche de luna menguante.
¡Escuchad! ¿Qué se siente en el cielo,
que los grillos refuerzan sus cuerdas
y dan voces los perros vegueros?

Madre abuela, ¡cual es el camino.
madre abuela, que yo no lo veo!

Mira bien y veras una cinta
de polvillo harinoso y espeso,
un borrón que parece de plata
o de nácar.
¿Lo ves?
Ya lo veo.

-Madre abuela. ¿Dónde está Santiago?
-Por allí marcha con su cortejo,
la cabeza llena de plumajes
y de perlas muy finas el cuerpo,
con la luna rendida a sus plantas,
con el sol escondido en el pecho.

Esta noche en la vega se encuentran
los relatos brumosos del cuento.

¡Niños chicos, cantad en el prado,
horadando con risas el viento.

Una vieja que vive muy pobre
en la parte más alta del pueblo,
que posee una rueca inservible,
una Virgen y dos gatos negros,
mientras hace la ruda calceta
con sus secos y templones dedos,
rodeada de buenas comadres
y de sucios chiquillos traviesos.,
en la paz de la noche tranquila,
con las sierras perdidas en negro,
va contando con ritmos tardíos
la visión que ella tuvo en sus tiempos.

Ella vio en una noche lejana
como esta, sin ruidos ni vientos,
el apóstol Santiago en persona,
peregrino en la tierra del cielo.

-Y comadre, ¿Cómo iba vestido?
-le preguntan dos voces a un tiempo.

Con el bordón de esmeraldas y perlas
y una túnica de terciopelo.

Cuando hubo pasado la puerta,
mis palomas sus alas tendieron,
y mi perro, que estaba dormido,
fue tras él sus pisadas lamiendo.
Era dulce el Apóstol divino,
más aún que la luna en enero.
A su paso dejó por la senda
un olor de azucena y de incienso.

-Y comadre, ¿no le dijo nada?
-la preguntan dos veces a un tiempo.
-Al pasar me miró sonriente
y una estrella dejóme aquí dentro.

-¿Dónde tienes guardada esa estrella?
-la pregunta un chiquillo travieso.

-¿Se ha apagado. -dijéronle otros-
como cosa de un encantamiento?.

-No, hijos míos, la estrella relumbra,
que en el alma clavada la llevo.

-¿Cómo son las estrellas aquí?
Hijo mío, igual que en el cielo.

-Siga, siga la vieja comadre.
¿Dónde iba el glorioso viajero?

-Se perdió por aquellas montañas
con mis blancas palomas y el perro.
Pero llena dejome la casa
de rosales y de jazmineros,
y las uvas verdes en la parra
maduraron, y mi troje lleno
encontré la siguiente mañana.
Todo obra del Apóstol bueno.

-¡Grande suerte que tuvo, comadre!
-sermonean dos voces a un tiempo.

Los chiquillos están ya dormidos
y los campos en hondo silencio.

¡Niños chicos, pensad en Santiago
por los turbios caminos del sueño!.

¡Noche clara, finales de julio!
¡Ha pasado Santiago en el cielo!

La tristeza que tiene mi alma,
por el blanco camino la dejo,
para ver si la encuentran los niños
y en el agua la vayan hundiendo,
para ver si en la noche estrellada
a muy lejos la llevan los vientos.


 / Federico García Lorca (1918)

Vía de la Plata / Etapa 9. Torremejia - Mérida


Información actualizada 2 de agosto de 2023


La etapa de hoy es corta y prácticamente llana, no conlleva dificultad alguna, eso sí, no perder de vista las flechas amarillas.
 
Mérida, la primera ciudad importante que nos encontramos tras salir de Sevilla. Al ser un recorrido corto nos permitirá aprovechar la tarde para visitar la ciudad de Mérida que atesora un espectacular patrimonio romano, un merecido premio a la constancia y al esfuerzo hasta ahora realizado.
El camino es cómodo y está bien señalizado con flechas amarillas y cubos de granito. El único inconveniente que puede surgirnos en esta etapa es si caminamos en temporada de lluvias, algunos tramos del camino suelen  convertirse en un auténtico barrizal.

Vamos allá, nuestro km 0 de hoy lo situamos en la iglesia de Ntra. Sra. de la Concepción. Por la calle ancha salimos a la Avda. de Extremadura (N-630), continuamos por el arcén, una vez pasada la gasolinera a 400 m tomamos un carril de tierra que va en paralelo por la derecha. En caso de lluvia aconsejamos continuar por la carretera, el terrero fácilmente se puede convertir en un barrizal.

Una vez pasado unos viveros nos sale al paso un arroyo, en temporada seca no suele llevar agua. Una vez superado el arroyo y en menos de 300 m llegamos hasta una carretera, la EX-105 (Km 3 de la etapa).

Continuamos por un camino paralelo a la carretera N-630. En menos de 400 m llegamos hasta un tramo asfaltado de una antigua carretera, pronto las vías del tren irán apareciendo a nuestra derecha, las cruzaremos tras unos 900 m (Km 4,2 de la etapa).




En unos 700 m volvemos al asfalto de la carretera N-630. (km 4,9 de la etapa)
Por ella caminamos unos 2 km hasta que unas flechas amarillas nos indica salir de la carretera para tomar un camino a la derecha (Km 7 de la etapa), que nos lleva a una pista ancha junto a una factoría de celulosa. La dejamos atrás por un camino de tierra. Atención, a partir de este punto comenzamos un largo tramo rodeado de campos de viñedos, en época de lluvias se convierte en un auténtico barrizal.






El camino discurre paralelo a una granja, tras unos 800 m tomamos una amplia pista vecinal que nos lleva hasta las puertas de la ciudad de Mérida.

Cruzamos la carretera, las flechas amarillas nos indican pasar bajo un puente sobre la carretera N-360 (km 13,9 de la etapa). En este punto podemos tomar dos alternativas: la primera es tomar el recorrido oficial marcado con flechas amarillas que nos lleva por debajo del puente y la avenida Alange hasta el puente romano (Km 14,5 de la etapa). La segunda es continuar por un hermoso paseo a la vera del río Guadiana, esta alternativa es algo más corta y también más bonita, al final del paseo llegamos hasta el puente romano, por el que entraremos en la ciudad de Mérida.

El puente romano nos lleva tras cruza el río Guadiana a la milenaria ciudad de Emerita Augusta, fundada hace más de 2.000 años por orden de Octavio Augusto como premio a sus soldados eméritos licenciados de sus dos legiones veteranas de las guerras cántabras.
El puente romano de Mérida tiene 792 m de longitud, el segundo puente más largo del Imperio Romano, solo superado por el puente sobre el Danubio.





El puente presenta una longitud de 792 metros de largo, cuenta con 60 arcos y aliviaderos en las zonas donde el río discurre con más fuerza. Aunque denominado romano, ha sufrido varias modificaciones y restauraciones, necesarias tras los destrozos producidos por las crecidas del río como por los conflictos bélicos.

La primera restauración que existe constancia es de época visigoda, aunque se cree que pudo haber otras en época romana.

Así consta en una inscripción del puente de Emerita, transmitida por un manuscrito (Codex Toletanus, del siglo VIII, f. 52 v.) en el que se menciona la presencia de un dux, Salla, un godo en la ciudad, que colabora en las obras de reparación de las murallas y del puente.


"Solberat antiquas moles ruinosa vetustas,
Lapsum et senio ruptum pendebat opus.
Perdiderat usum suspensa via p(er) amnem.
Et liberum pontis casus negabat iter.
Nunc tempore potentis Getarum Ervigii(Eurici) regis,
Quo deditas sibi precepit excoli terras,
Studuit magnanimus factis extendere n(o)m(e)n,
Veterum et titulis addit Salla suum.
Nam postquam eximiis nobabit moenib(us) urbem,
Hoc magis miraculum patrare non destitit.
Construxit arcos, penitus fundabit in undis
Et mirum auctoris imitans vicit opus.
Nec non et patrie tantum crare munimen
Sumi sacerdotis Zenonis suasit amor.
Urbs Augusta felix mansura p(er) scla. longa
Nobate studio ducis et pontificis. era DXXI."
(Codex Toletanus)

La última restauración del puente se realizó en el siglo XIX dotándolo de su apariencia actual. Se ha estado utilizando incesantemente hasta el año 1993, año en que se restringió el tráfico de vehículos para el uso peatonal.

El puente romano nos lleva hasta la Plaza de Roma, lugar donde se encuentra la estatua de "la loba Capitolina". (Un presente de hermandad de la ciudad de Roma con Mérida).

Junto a la plaza comienza el "Parque de las Siete Sillas", un hermoso espacio verde junto al río Guadiana.
El curioso nombre de las "Siete Sillas" hace referencia al lugar donde se encontraba enterrado el marmóreo Teatro Romano de Mérida y su contiguo anfiteatro. Hace cien años estos se hallaban sepultados bajo toneladas de tierra y escombros.
De tan magno monumento solo sobresalían algunos centímetros de las columnas más altas, que el pueblo atribuía a las sillas de siete reyes moros. De ahí el nombre del lugar: “Las siete sillas”.


A nuestra derecha tenemos la antigua Alcazaba, continuamos por la calle del Puente hasta la Plaza de España donde se encuentra nuestro final de etapa, la Catedral de Santa María la Mayor (Km. 15,5 de la etapa).


Si se prefiere dejar la visita para más tarde desde la plaza de la loba nos dirigimos hacia el albergue de peregrinos; para ello giramos a la izquierda por el parque junto a la orilla de río Guadiana, este nos lleva hasta el Puente Lusitania, que dejaremos a nuestra izquierda, lo pasamos y llegamos hasta una rotonda con el monumento al emperador Octavio. Continuamos por el paseo hasta alcanzar las puertas del albergue de peregrinos Molino de Pan Caliente (Km 16 de la etapa).





Después de Roma es difícil encontrar una ciudad cuyos restos romanos sean tan impresionantes como los de Mérida. La ciudad se funda el año 25 a.C. en la época de Augusto por Publio Carisio, para los veteranos eméritos de las legiones V Alaudae y X Germina que lucharon contra los cántabros y Astures, de aquí tomó el nombre de Emérita Augusta.

El término emeritus significaba en latín retirado y se refería a los soldados jubilados con honor. Se inicia así un periodo de gran esplendor del que dan testimonio sus magníficos edificios: el teatro, el anfiteatro, el circo, los templos, los puentes y acueductos.

Durante siglos y hasta la caída del Imperio Romano de Occidente, Mérida fue un importantísimo centro jurídico, económico, militar, cultural y una de las poblaciones más florecientes en la época romana, que Ausonio catalogó el noveno lugar entre las más destacadas del Imperio (incluso por delante de Atenas) y en el siglo III se convirtió en la capital de la Diócesis Hispaniarum.

En épocas posteriores Mérida sufrió incursiones de los pueblos bárbaros hasta el asentamiento de los visigodos, que la hicieron capital de su reino, y por lo tanto de Hispania, en el siglo VI, bajo el mandato de Agila I.

En el siglo VI sobresalen las figuras de varios obispos, los llamados Santos Padres de Mérida (Pablo, Fidel y Masona), el cristianismo se arraiga con fuerza. De esta fe popular da muestra la figura de la Mártir Santa Eulalia, patrona y alcaldesa perpetua de la ciudad. /1

La basílica dedicada a la patrona de Mérida atrae a fieles y turistas a diario. Fue uno de los principales centros de peregrinación del país en torno al siglo V.

También muchos emeritenses profesan con fervor el culto a Santa Eulalia, como demuestra su constante presencia en la basílica y, especialmente, el Hornito, el pequeño templo construido con restos de un templo romano hace 400 años y que acaba de ser restaurado.

Con la invasión árabe de la ciudad, la comunidad cristiana de Mérida se ve obligada a abandonar la población llevándose consigo las reliquias de la iglesia emeritense, entre las que se encontraban las de la mártir Eulalia. La irrupción de las tropas árabes en la ciudad traerá consigo la pérdida, en un principio provisional, de la sede metropolitana de Mérida. Posteriormente, bajo el pontificado de Calixto II, por bula de 28 de febrero de 1119, la Sede emeritense fue trasladada a Santiago de Compostela.

En marzo de 1230, Alfonso IX reconquista la ciudad, que es cedida al arzobispo de Compostela. Será en ese mismo año cuando comienza la construcción de una capilla dedicada a Santa María sobre las ruinas de la seo visigoda. En el año 1479, Don Alonso de Cárdenas, Maestre de la Orden de Santiago, ordena la ampliación de dicha capilla dando forma, de este modo, al templo actual, con el fin de convertirlo en la Iglesia Mayor de la ciudad, para lo que suprime las parroquias de Santiago y San Andrés, que quedarán anexionadas a la actual concatedral.

En 1994, con la Bula Universae Ecclesiae del papa Juan Pablo II, mediante la cual se restituye el antiguo arzobispado emeritense con el nombre de Mérida-Badajoz, el templo de Santa María recupera la dignidad catedralicia constituyéndose, junto con la Catedral de Badajoz, en sede de los arzobispos extremeños.

A Principio del siglo XIII, en 1230, las tropas cristianas del rey Alfonso IX de León, reconquistará Mérida y la convertirá en sede del Priorato de San Marcos de León, de la Orden de Santiago.

Durante la baja edad media será en época de los Reyes Católicos cuando la ciudad inicie una recuperación política gracias al apoyo del Maestre de Santiago, defensor de la causa de Isabel la Católica. Su contribución a la Conquista y colonización americana será numerosa y significativa.

Según Navarro del Castillo salieron para Indias unas 210 personas, entre las que destacan dos capitanes de renombre en la conquista de Venezuela, Juan Rodríguez Suárez y Garci González de Silva. (2)

La llegada de los visigodos continuó manteniendo su importancia y fue tras la presencia de los árabes cuando comienza el declive de la ciudad, quedando prácticamente relegada al ostracismo hasta el siglo XX. Desde 1993 Mérida ha recobrado su grandeza ya que en diciembre de ese mismo año fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, siendo éste un reconocimiento de su proyección turística, uno de sus motores económicos.

Actualmente Mérida se ha convertido de nuevo en el centro económico y político, administrativo y cultural que fue en otra época, ya que desde 1983 es la sede la Capital de la Comunidad Autónoma de Extremadura. 


Visita a la ciudad

Llegó uno de los momentos más esperado del día de hoy, adentrarse en la monumental Emerita Augusta, su rico y excepcional patrimonio es una de las más preciadas "joyas" de este Camino.

He considerado interesante crear una sencilla ruta monumental por la ciudad, a través de ella se pueden visitar sus monumentos más relevantes (la ruta viene reflejada en el mapa de la etapa).


Basílica de Santa Eulalia

Mérida se considera un núcleo muy importante del nacimiento del cristianismo en la península ibérica.

Según los investigadores, fue el primer templo cristiano erigido en Hispania tras la Paz del Emperador Constantino; esta iglesia fue por tanto edificada como basílica martirial en memoria de Eulalia de Mérida; por ello se convirtió, durante los albores de la Edad Media, en lugar de peregrinaciones que llegaban desde el Occidente Europeo y desde el Norte de África; al mismo tiempo la noticia del martirio de Eulalia se divulgó por todo el imperio romano y con sus reliquias se erigieron numerosas iglesias especialmente en la Europa occidental. (6)

El lugar estuvo ocupado por casas romanas desde la fundación de Augusta Emerita hasta el siglo III. A partir del siglo IV se utiliza como necrópolis cristiana hasta que se construye una basílica dedicada a la mártir Eulalia en el siglo V.
La llegada de los musulmanes en el siglo IX hizo que parte de la comunidad cristiana migrara a la ciudad de Badajoz, con lo que la basílica fue abandonada hasta la reconquista de Mérida.

La basílica martirial o iglesia matriz
La iglesia madre se construyó a mediados del siglo IV, cuando las reliquias de la mártir fueron enterradas ex novo sobre un lugar en el que no había habido tumbas romanas ni cristianas; previamente sobre este lugar se había construido una pequeña iglesia; y bajo su altar, tal y como estaba establecido por la Iglesia Occidental, se situó la tumba o túmulo sobre el que se había grabado el título martirial de Eulalia. A este tipo de iglesias, tanto en el Oriente como en Occidente cristianos, se las denominaba martyrium.

A partir del enterramiento de la mártir, a su alrededor se formó una gran necrópolis, debido la querencia de los cristianos de ser enterrados ad sanctos o junto a reliquias de santos mártires. Pero tan solo los obispos y algunos privilegiados conseguían ser sepultados inmediatamente al lado de los huesos de Eulalia. Prácticamente destruida cuando sobrevino la invasión musulmana, la Basílica de Santa Eulalia fue reconstruida hacia 1235 por la Orden de Santiago, institución que hacia 1270 levantó el actual templo siendo maestre Don Pelayo Pérez Correa. (7)

A principios de 1990 se aprobó la reforma y acondicionamiento de la basílica de Santa Eulalia, realizándose una meticulosa excavación en la zona de la cripta, sacando a la luz los restos materiales que corroboraron la historia y tradición sobre la existencia de la mártir y su culto. Los estudios arqueológicos han logrado diferencias las distintas etapas por las que atravesó este lugar, pasando de ser espacio doméstico a espacio sagrado. Así, podemos observar cuatro zonas bien diferenciadas: casas romanas (s. I-II), necrópolis cristiana (desde el s. IV), basílica dedicada a la mártir (s. V-IX) y la iglesia actual (desde 1230 hasta hoy). 


Será en la necrópolis cristiana donde se sitúe el túmulo al que alude Prudencio. En este túmulo se enterró a Eulalia tras su martirio. Parece corresponder con uno de los edificios descubiertos. Prudencio describió este túmulo como un edificio con mármoles, techo dorado y suelo de mosaico que recordaba a un prado de flores. (10)


En el acceso al atrio de la Basílica de Santa Eulalia vemos un edificio de reducidas dimensiones, se trata de un oratorio dedicado a la santa niña Eulalia, es conocido como “El Hornito”, el hito religioso popular más destacado de la ciudad.

Una capilla gótica que alberga una imagen de la Santa y rememora el horno donde ésta fue quemada durante su martirio. Su pórtico está realizado con piezas de mármol extraídas a principios del siglo XVII de un lugar indeterminado de la ciudad. Todas ellas pertenecieron al Templo que la colonia Romana dedicó al Dios Marte. (7)


Santa Eulalia de Mérida

Desde el 284 el emperador Diocleciano pone fin a la crisis política con la Tetrarquía o “gobierno de cuatro emperadores”, con la que se otorgan las provincias hispanas a Maximiano. Eulalia nace en el seno de una familia patricia hacia los primeros meses del año 292(8). Aunque algunas fuentes sitúan su vida más tempranamente, y datan su martirio en el tiempo del emperador Decio (249-251). Era hija del senador romano Liberio (9)​ y tanto ella como toda su familia eran cristianos. (8)

¿QUIÉN FUE EULALIA DE MÉRIDA?

Para conocer la figura de Santa Eulalia de Mérida, la mejor forma es acercarse a las fuentes escritas. Cuatros son las fuentes que aluden a la mártir:

- Peristephanon (Poema de las coronas) obra de Prudencio, poeta hispanorromano de finales del s. IV, a pocos años del martirio, que debió de ser sobre el año 304. 

- Vitae patronum emeretensium (La vida de los padres emeritenses) que narra los sucesos ocurridos en Mérida en torno a los años 530-605, época de los obispos Paulo, Fidel y Masona.

- Crónica, obra de Hidacio, obispo hispano de mediados del s.V.

- Libro en honor de los mártires, obra de Gregorio de Tours, obispo francés de la segunda mitad del s. VI.

Será Prudencio quien narre de forma más extensa el martirio que sufrió la joven Eulalia en un himno dedicado exclusivamente a ella.

La noticia de la vida y martirio de la santa emeritense se expandió rápidamente por el Imperio Romano, convirtiendo a la ciudad en una de las metas más importantes de peregrinación de Europa occidental durante la Alta Edad Media. De hecho, y hasta la proclamación de Santiago Apóstol, Eulalia fue invocada como protectora de las tropas cristianas durante la Reconquista, y como patrona de las Españas. (8)

En el siglo VIII, para evitar que sus restos fueran profanados, el rey Silo (774 – 783) se lleva las reliquias de la niña mártir a Asturias. Más adelante, Alfonso II (791 – 842) los trasladó a la basílica de El Salvador. Permanecieron en la Cámara Santa hasta la construcción de su capilla entre los años 1660 y 1669. 

Tras la reconquista de Mérida, se solicita a Oviedo que se devuelvan las reliquias, que el rey Silo se había llevado. La demanda de las reliquias de la Mártir, por parte de Mérida, daría origen al primer poema escrito en bable, mostrando su negativa de entregarlas.

Cuando examen les abeyes 

"Dirán ellos: morrió acá
diremos nos: non morrió,
que está viva pa Asturies,
si está muerta pa vos (..)

Ella está mui bien acá.
L'otro vaya per ú fo, 
porque están del nuestru llau
l'obispu y gobernador.
Nosotros los del capote,
cual con un ral, cual con dos,
seguiremos esti pleitu 
asta llevalu ante Dios".

Mérida espera la vuelta de su niña mártir, una que le fue arrebatada, un pleito que parece la tierra sepultó. Obispos y gobernantes con una de las partes, solo queda una solución, que la ponga Dios.


Martirios de Eulalia de Mérida

Cuando Eulalia andaba por los doce años, Maximiliano y Diocleciano publican los edictos por los que se persigue a los cristianos, al profesar una fe contraria al Imperio Romano. La niña sintió un gran disgusto por estas leyes, y se propuso protestar ante los magistrados imperiales de la ciudad.

Viendo su madre y su padre que la joven podía correr peligro de muerte si se atrevía a protestar contra el decreto imperial, la llevaron a vivir al campo, a una casa situada a orillas del río Albarregas. Pero la muchacha escapó de allí y regresó a Mérida; según la tradición, llegó a la ciudad el 10 de diciembre del año 304, tras una travesía que plagada de hechos milagrosos.

Eulalia se presentó osadamente ante el gobernador Daciano, y le protestó, declarando que esas leyes que "mandaban adorar ídolos y prohibían a Dios" eran totalmente injustas, y no podían ser obedecidas por los cristianos.

Siguiendo el relato de la tradición, Daciano habría intentado al principio ofrecerle a la niña regalos y promesas de ayudas, para que cambiara de opinión, Pero, al ver que permanecía firme en sus creencias cristianas, cambió de táctica y decidió asustarla mostrándole todos los instrumentos de tortura con los que le podía hacer padecer horriblemente si no obedecía la ley del emperador que mandaba prestar culto a los dioses. Y añadió:

"De todos estos sufrimientos te vas a librar si le ofreces este pan a los dioses, y les quemas este poquito de incienso en los altares de ellos".

La jovencita lanzó lejos el pan, echó por el suelo el incienso, y le dijo valientemente:

Al solo Dios del Cielo adoro; a Él únicamente le ofreceré sacrificios y le quemaré incienso. Y a nadie más".

Entonces el magistrado mandó que la destrozaran golpeándola con varillas de hierro, y que sobre sus heridas pusieran antorchas encendidas. Al fin fue echada en un horno, donde murió, sin quemarse su cuerpo. Dice el poeta Aurelio Prudencio que en el momento de expirar se vio salir de su boca su bendita alma en figura de blanca paloma, que voló hacia el cielo, de cuyo prodigio fueron testigos todos los circunstantes y que los verdugos salieron huyendo, llenos de pavor y de remordimiento por haber matado a una criatura inocente. Sufrió su martirio el día 10 de diciembre del año 304, y los autores refieren que hallándose desnuda, cayó una copiosa nevada para cubrir su desnudez. 

Allí, en el lugar de su sepultura, se levantó un templo en honor de Santa Eulalia; y continúa el poeta diciendo que él mismo vio que a ese templo llegaban muchos peregrinos para orar ante los restos de tan valiente joven, y para conseguir favores de Dios por medio de su intercesión.

Sigilosamente se aprestarían los cristianos de Mérida a rescatar las preciosas reliquias de aquella intrépida niña que con su muerte acababa de dar tan espléndido testimonio de la fe. (9)

Peristephanon de Aurelio Prudencio Clemente (himno III), Sobre la historicidad de la muerte y sepultura compone con gran lirismo el vate calagurritano “De allí sale rauda impetuosa paloma, que más blanca que la nieve abandonó la boca de la mártir y subió hacia los astros. Era el espíritu de Eulalia, puro, ligero y tenue” (estrofa 33).

Mosaico de la Iglesia de San Apolinar Nuevo, Rávena. En él se representa a Santa Eulalia.


Plaza de España

La tomamos como punto de partida para nuestra visita por la ciudad.
Rodeada de soportales por tres de sus lados, alberga, actualmente edificios de finales del siglo XIX y comienzos del XX realmente interesantes, estos son: el Ayuntamiento, el Palacio de la China, la Casa de Alonso Segundo Pacheco, el Palacio de los Vera Mendoza de origen medieval o la Iglesia de Sta. María, hoy concatedral, que se levanta sobre la que fuera Catedral de Santa Jerusalén, sede del arzobispado visigodo de Emérita.


Concatedral de Santa María

El edificio más antiguo de todos cuantos rodean la Plaza de España es la Concatedral de Santa María la Mayor. El hallazgo de alguna pieza visigoda hace pensar que aquí se ubicó la famosa catedral de Santa María de Jerusalénsede del arzobispado visigodo de Emérita. Sus restos más antiguos corresponden al sXIII.

El conjunto está declarado Bien Cultural Prioritario de Mecenazgo.
En marzo de 1230, Alfonso IX de León, que reconquista la ciudad, siendo cedida al arzobispo de Compostela.

Este hecho conlleva la dificultad de la recuperación de la Sede Metropolitana emeritense y, en consiguiente, supone la pérdida definitiva de la dignidad catedralicia para el templo mayor de Mérida.

Será en ese mismo año cuando comienza la construcción de una capilla dedicada a Santa María sobre las ruinas de la seo visigoda. En el año 1479, Alonso de Cárdenas, maestre de la Orden de Santiago, ordena la ampliación de dicha capilla dando forma, de este modo, al templo actual, con el fin de convertirlo en la Iglesia Mayor de la ciudad, para lo que suprime las parroquias de Santiago y San Andrés, que quedarán anexionadas a la actual concatedral. (3)



Convento de Sta. Clara

Fue fundado por el médico emeritense D. Lópe Sánchez de Triana, en 1602. Su advocación inicial era «Santa María de Jesús». Y quedaba acogido bajo la Orden Tercera franciscana. Más tarde, pasaría a la de Santa Clara.

El cenobio se comienza a construir en 1622 y finalizan las obras en 1639.

Ya en 1838, en plena Desamortización de Mendizábal, el Estado Español cedió la Iglesia de Santa Clara al Ayuntamiento de Mérida para que allí se instalaran las piezas arqueológicas encontradas en la ciudad, siendo el primer Museo arqueológico de la ciudad. El Convento, sin embargo, se vendió a particulares.

Las dependencias del edificio conventual por su parte acogen hoy la «Sala de Exposiciones Santa Clara» y su templo es la «Sede del Museo de Arte Visigodo». 

La colección de piezas visigodas de este museo recoge los vestigios de Mérida sobre los siglos IV al VIII, como capital de la Diócesis Hispaniarum y como sede metropolitana de la provincia de Lusitania. (4).


Arco de Trajano

Su denominación es producto de la tradición popular emeritense. Se encuentra situado en el Kardo Maximus -vía principal de la ciudad romana que la cruzaba de Norte a Sur- y quizá daba acceso a un recinto sagrado que precedería a un templo dedicado al culto imperial, construido en la primera mitad del siglo I d. C., cuyos restos se localizan en la calle Holguín. Así mismo, a través del arco se comunicarían el Foro Municipal con el Provincial que se ubicaba en torno a la zona de la actual Plaza de la Constitución. En este foro se levantarían edificios civiles y religiosos relacionados con la administración de la provincia de Lusitania. (5)



Antiguo Hospital de Jesús Nazareno

Hoy habilitado como Parador Nacional, aún conserva la estructura del antiguo convento del S. XVIII, instalado sobre los restos de un templo dedicado a la Concordia de Augusto.


Anfiteatro Romano

Erigido en el 8 a.C. como atestiguan las inscripciones halladas en sus tribunas, el Anfiteatro sirvió de escenario para espectáculos muy populares: los juegos de gladiadores, las cacerías de fieras y la lucha entre animales salvajes en escenarios artificiales que recreaban bosques, selvas con lagunas o desiertos, todo ello sobre las grandes tarimas de madera que formaban la arena. La cabida aproximada de este coso gigantesco era de entre quince y dieciséis mil espectadores.



Teatro Romano

El Teatro se construye bajo el patrocinio de Agripa, yerno de Augusto, a caballo entre los años 16 y 15 a.C., cuando la Colonia fue promovida como capital provincial de la Lusitania.



Pórtico del Foro

Se trata de la esquina de un pórtico monumental que formaba parte del grandioso programa propagandístico del antiguo Foro Municipal de Augusta Emerita.

Este pórtico fue erigido hacia mediados del siglo I a imagen y semejanza del Foro de Augusto en Roma.



Templo de Diana

Es la única construcción religiosa que se conserva en su sitio en Mérida. Data del final del siglo I a.C. Es un edificio de gran tamaño, que, debido a su ubicación en el Foro Municipal debió de ostentar gran lujo y decoración. Posiblemente el templo estuviese dedicado exclusivamente al culto del Emperador Augusto, no a Diana, como así lo indican los materiales escultóricos localizados. Estos representan a miembros de la familia imperial, al mismo Emperador Divino y al Genio del Senado.




Acueducto de los Milagros

Este colosal acueducto forma parte de una conducción hidráulica que traía aguas procedentes del pantano de Proserpina o Charca de la Albuera. Popularmente es conocida como “Los Milagros” por la admiración que causaba en lugareños y forasteros su estado de conservación a pesar de los avatares del tiempo.



La Alcazaba Árabe

Conserva en su interior restos de varias épocas como la romana, visigoda y árabe. Fue construida por Abderramán II para evitar ataques externos y revueltas internas. Es una fortaleza de planta cuadrada de sillares de granito y muros con reductos cuadrados. Fue donada después de la reconquista a la Orden de Santiago que le añadió torres y otras construcciones medievales con el fin de habilitarlo como convento y residencia. En el patio de armas conserva el aljibe romano con bóveda de cañón, situado junto al río de forma que filtra agua continuamente. Se accede por una escalinata. Sede de la Junta de Extremadura.


Museo Nacional de Arte Romano

En su interior podremos admirar una de las mejores colecciones de escultura romana y de mosaicos de la península. A través de la visita a sus salas comprenderemos cómo funcionaba una gran ciudad romana y cómo desde ésta se administraba una vasta provincia, la más occidental del Imperio Romano.


Casa del Anfiteatro

Este recinto, conocido genéricamente como Casa del Anfiteatro, incluye un tramo de la muralla, otro de la conducción del acueducto de San Lázaro, una torre de decantación de agua de este, restos de dos viviendas y un mausoleo. Las casas, datadas a finales del s. I d. C., conservan restos de sus patios, pasillos y habitaciones, algunas pavimentadas con mosaicos -Vendimia, peces-.


Circo Romano

El Circo romano de Mérida posee un centro de interpretación, que permite un mejor entendimiento de la estructura del monumento antes de entrar en él.
Con sus más de 400 m de longitud y 100 m de anchura era el mayor de los edificios de espectáculos de la ciudad y, junto con el anfiteatro, era el que gozaba de los favores de un público más dado a emociones fuertes que a cultas obras teatrales.

Debido a sus grandes dimensiones se encontraba fuera del recinto amurallado, al lado de la calzada que unía Emérita con Corduba (Córdoba) y Toletum (Toledo). Este monumento es totalmente visitable.


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Buen Camino




(1) - HISTORIA DE MÉRIDA / Diputación de Badajoz / https://www.dipbadajoz.es/municipios/municipio_dinamico/historia/index_historia.php?codigo=098.
(2) - Arzobispado de Mérida - Badajoz.
(3) - Concatedral de Mérida - Wikipedia
(4) - PARES - Portal de Archivos Españoles - Ministerio de Cultura - Convento de Santa Clara de Mérida (Badajoz, España). \ Museo de Arte y Cultura Visigoda - Extremadura Turismo - Turismodeextremadura.com 
(5) - Arco de Trajano - Consorcio Ciudad Monumental de Mérida - https://www.consorciomerida.org/
(6) - Arzobispado de Mérida-Badajoz / Basílica de Santa Eulalia (Mérida) - Wikipedia
(7) - Hornito de Santa Eulalia - Wikipedia
(8) - Santa Eulalia de Mérida - Real Academia de Historia - https://dbe.rah.es/biografias/9132/santa-eulalia-de-merida
(9) - Santa Eulalia de Mérida - Wikipedia / Contreras Gil, Francisco (noviembre de 2013). «La mártir del pueblo. Tras las huellas de Santa Eulalia». Historia de Iberia Vieja (101).
(10) - CABALLERO L., MATEOS P. «Santa Eulalia de Mérida. Excavación arqueológica y centro de interpretación». Editora Regional de Extremadura. Mérida, 1993.