UN CRISTO REAL


  Un Cristo real  

En estas fechas de Semana Santa, recordamos este hermoso poema de una de las pocas mujeres en recibir el Premio Nobel de Literatura, la chilena Gabriela Mistralen los que expone la auténtica esencia de la imagen de Jesús.


Un Cristo al que solo encontraremos en los más desamparados.


***

¿De qué quiere usted la imagen?
– preguntó el imaginero-
Tenemos santos de pino,
hay imágenes de yeso.
Mire este Cristo yacente,
madera de puro cedro.
Depende de quién la encarga:
una familia o un templo.
O si el único objetivo
es ponerla en un museo.

– Déjeme, pues, que le explique
lo que de verdad deseo:
Yo necesito una imagen
de Jesús el galileo
que refleje su fracaso
intentando un mundo nuevo,
que conmueva las conciencias
y cambie los pensamientos.
Yo no la quiero encerrada
en iglesias ni conventos,
ni en casa de una familia
para presidir sus rezos.

No es para llevarla en andas
cargada por costaleros.
Yo quiero una imagen viva
de un Jesús, hombre, sufriendo
que ilumine a quien la mire
el corazón y el cerebro,
que den ganas de bajarlo
de su cruz y del tormento,
y quien contemple esa imagen
no quede mirando un muerto,
ni que con ojos de artista
solo contemple un objeto
ante el que exclame admirado:
“¡qué torturado más bello!”.

-Perdóneme si le digo
– responde el imaginero –
que aquí no hallará seguro
la imagen del Nazareno.
Vaya a buscarla en las calles
entre las gentes sin techo,
en hospicios y hospitales
donde haya gente muriendo.
En los centros de acogida
en que abandonan a viejos,
en el pueblo marginado
entre los niños hambrientos,
en mujeres maltratadas,
en personas sin empleo.

Pero la imagen de Cristo
no la busque en los museos,
no la busque en las estatuas,
en los altares y templos,
ni siga en las procesiones
los pasos del nazareno.

No la busque de madera,
de bronce, de piedra o yeso.
Mejor… ¡busque entre los pobres
su imagen de carne y hueso!

Buen Camino

Juan Pablo II, un grito lleno de Amor


  Un grito lleno de Amor  

Te lanzo, vieja Europa,
un grito lleno de amor:
descubre tus orígenes y aviva tus raíces.
Revive aquellos valores auténticos
que hicieron gloriosa tu historia
y benéfica tu presencia
en los demás continentes.
en un clima de pleno respeto
a las otras religiones
y a la genuina libertad…
de civilizaciones y estímulo de progreso
para el mundo.
Los demás continentes te miran
y esperan también de ti
la misma respuesta que Santiago
dio a Cristo:

“…Yo, desde Santiago,

Vuelve a encontrarte, sé tú misma,

Reconstruye tu unidad espiritual,

Tú puedes ser todavía faro

«lo puedo»

Juan Pablo II, durante su peregrinación a Santiago de Compostela
el 9 de noviembre de 1982

***

PAZ Y LIBERTAD PARA UCRANIA


Oración por la Paz
San Francisco de Asís

San Juan Pablo II la rezó frente a los representantes
de las Iglesias cristianas y las religiones del mundo
cuando se reunió con ellos para rezar por la paz en 1986.

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.

Maestro, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender, ser amado, cuanto amar.

Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.

Amén.

Buen Camino

El espíritu del peregrino


  El espíritu del peregrino  

       Convertirse en peregrino es una decisión trascendental. Quién realiza el Camino de Santiago lo hace impulsado por un profundo deseo espiritual que llama a la búsqueda interior, al descubrimiento de la verdad, a la compasión y al perdón. Este poderoso sentimiento es el “espíritu del peregrino”.

Según el mito y los testimonios de los peregrinos, el espíritu se hace cada vez más latente en el corazón del viajero a medida que este avanza en la ruta. Al mismo tiempo, se materializa en forma de acciones espontáneas de generosidad como compartir el almuerzo, el agua de tu cantimplora o ayudar a otro con dificultad para continuar el trayecto.

El espíritu del peregrino es una suerte de ángel guía, un aura dulce de esperanza y fe que ayuda a los viajeros a cumplir sus metas y a adquirir nuevas enseñanzas. Con seguridad, cada peregrino experimenta pequeños milagros a lo largo del camino que transforman su perspectiva de la vida.

El poder espiritual del Camino de Santiago es tan intenso, que algunas personas se echan a llorar o realizan hazañas físicas que de otro modo no hubiesen podido conseguir.

El espíritu del peregrino también es colectivo. Desde que inicia la ruta, puedes sentir cómo el ambiente se llena de un humor positivo y el terreno es mucho más amigable a tus pasos. Siempre estarás rodeado de sonrisas y al mirar a los desconocidos es fácil tener la sensación de que son viejos amigos.


¿Cómo desarrollar el espíritu del peregrino?

       El espíritu del peregrino aparece de forma natural en tu interior a medida que avanzas en el Camino de Santiago, pero puedes realizar ciertas acciones para intensificar este sentimiento y ayudarte a cumplir los objetivos del viaje.

Fíjate en los detalles: disfruta los sonidos del camino, admira la naturaleza a tu alrededor y camina lo suficientemente despacio como para fijar los paisajes en tu mente. La naturaleza es el lugar por excelencia para el desarrollo espiritual, las respuestas a las interrogantes de tu vida llegarán poco a poco.

Comparte con otros: acércate a alguien que esté solo o únete a un grupo de caminantes durante algún tramo. Conversa, escucha atentamente y aprende de sus historias. No tengas miedo de compartir tus pensamientos e inquietudes, recuerda que todos los peregrinos están unidos por un mismo sendero, aunque tengan objetivos diferentes.

Ora y reflexiona: ocúpate de tu relación personal con Dios. Ora a tu manera y ten conversaciones contigo mismo. Algunas personas guardan sus reflexiones en apuntes, otras las graban y otras deciden guardarlas en su interior.

Sea cual sea la forma que adquiera el espíritu del peregrino en tu viaje, ten la certeza de que cambiará tu vida para siempre.

          Autor:  Juan Belda 


Buen Camino