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HISTORIA Y ATENCIÓN AL PEREGRINO

   
Foto:Xacopedia


Historia y atención al peregrino en el Camino de la Plata



En 1170 se funda la Orden Militar de Santiago, la más genuinamente española. Su fin fundacional era: luchar contra el infiel y defender el camino de la peregrinación, dando amparo a los peregrinos, ayudándoles y asistiéndolos en sus enfermedades. La fundan dos caballeros: Suero Rodríguez y Pedro Fernández, asistidos de Don Pedro Suárez de Deza (Aguado Bleye). Fernando II de León les dona la villa de Cáceres recién reconquistada. El arzobispo de Santiago y cabildo hacen con ellos pacto de hermandad, poniendo la Orden bajo protección y enseña de Santiago, asignándoles la mitad de los ingresos por el voto del Apóstol en las ciudades del camino: Zamora, Salamanca, Ciudad Rodrigo y Transierra. En ella se integran en seguida los Frères de Cáceres poco antes creados con el mismo fin.

La cruz de Santiago, una espada roja en forma de cruz, sobrepuesta una concha blanca, le fue regalada por el arzobispo de Santiago Don Pedro Gudestéiz a Pedro Fernández, primer Gran Maestre de la Orden, en su visita al Apóstol, haciéndole al mismo tiempo canónigo honorario de la catedral: en su estandarte figuró ya en la toma de Córdoba y Sevilla.

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La cruz de Santiago, una espada roja en forma de cruz, sobrepuesta una concha blanca
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Ilustración: Fresnos


En la iglesia de Santiago de los Caballeros, por ellos así nombrada, extramuros de Zamora, eran armados caballeros los de la Orden. En las Huelgas de Burgos es el brazo articulado de la talla de Santiago el que daba el espaldarazo y armaba caballeros.

En los caminos que sirven a los peregrinos de Santiago, en la zona liberada, se establecen hospitales o albergues, se reparan puentes y pasos difíciles. Colaboran en la obra otras Órdenes Militares, como la de los Templarios y la de Alcántara, en la que se integrara la de San Julián de Pereiro, sobre todo aquélla. Es significativo, el carácter especial que tiene la peregrinación meridional, la intensa y extensa colaboración de las Órdenes Militares.

Después de la reconquista a finales del siglo XII, es repoblada por la Orden Militar de Santiago, que erige en Los Santos de Maimona su Encomienda, su escudo luce la cruz de Santiago con dos conchas.

La Orden de Santiago, constituida en Cáceres en 1170 como orden religiosa y militar, tenía el objetivo principal de proteger a los peregrinos del Camino de Santiago y hacer retroceder a los musulmanes de la península ibérica.

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La Orden de Santiago,
constituida en Cáceres en 1170
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En Montánchez se instala la Encomienda de la Orden Militar de Santiago en 1230.

En Zafra, también en Badajoz, se instala un hospital de Santiago.

En 1169, Fernando II de León con una espectacular incursión guerrera conquista Cáceres para las huestes cristianas. En ese momento se funda la orden militar y religiosa, la Congregación de los Fratres de Cáceres, pasando poco después a ser conocida como los Fratres de la Espada por tener como emblema una cruz roja en el pecho en forma de espada. El 1 de agosto de 1170, el Rey Fernando II de León les hace entrega de la villa de Cáceres para que la protegieran y defendieran de posibles ataques árabes.

En Salamanca está la Casa de las Conchas: su fundador fue el canciller de la Orden de Santiago.

La Orden de Santiago se instaló en Castrotorafe con su castillo sobre el Río Esla (1176) en el camino de Galicia, en seguida de creada.


Castillo de Castrotorafe


Adentrándonos en la provincia de Ourense, en Santiago de Campobecerros está la Orden Militar de Santiago, encomienda de San Marcos de León, precedidos de los Canónigos Regulares de San Agustín, sus mentores, que también están en Xunqueira de Ambía (1150).

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La Orden del Templo se instaló en la comarca del Río Ambroz, entre Hervás y Cáparra (Cáceres), sobre el Camino de la Plata
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Adelante, en Zamora, están en Mombuey, Sanabria, con iglesia románica y alta torre-vigía del siglo XIII: atienden todo el valle y las vecinas sierras, con otro destacamento en Vilar de Ciervos.

A la derecha de Puebla de Sanabria, fundado por monjes mozárabes evadidos de la persecución por nuestro camino en el siglo X, está San Martín de Castañeda (hasta el XV Castiñeira). Al lado, sub monte Suspiaço, funda doña Urraca y su hijo Alfonso VII un hospital y albergue de peregrinos en la década de 1120.

Los Templarios tenían bajo su vigilancia el valle de Sanabria: y empalmando, las Portelas de O Padornelo y A Canda, As Frieiras y Serra Seca, destacados en A Mezquita, donde queda su 'palacio' aunque trasladado de lugar, construcción románica interesante. Sabemos por documento de Celanova (siglo X) que ya entonces usaban la palabra mezquita por 'oratorio', de origen árabe. No hay misterio alguno en los lugares Mezquita y Mezquitilha que hay en Galicia y Portugal.



San Martin de Castañeda (Fotografías de: Ricardo Martín Herrero)

Por este mismo tiempo Alfonso VII crea sobre el camino, en paraje del todo yermo, un hospital in Monte Misero, que andando el tiempo vino a ser la actual Alberguería entre Laza y Vilar de Barrio. Ponen por obra lo que su descendiente, Alfonso X, deja estatuido en las Partidas (II, XI, 1): "Los reyes deven fazer alberguerías en los lugares yermos". En Alberguería debieron de estar los Caballeros de San Juan -su cruz está grabada en un ventanal-, y luego los Caballeros de Santiago, que, al pie del monte, ya en la gran llanura de A Limia, tenían Sta. María de Codesedo, Encomienda de San Marcos de León.

El espacio próximo, sobre el Río Arnoia, lo cubrían los Canónigos Regulares de San Agustín, ya citados, hermanados con los de la Colegiata de Sta. María del Sar a la entrada del Camino Meridional o Mozárabe en Santiago.

Por el año 1530 (AHPO. Clero. Libro., 4324) don Alonso de Piña, prior de la colegiata de Xunqueira de Ambia, funda aquí "un hospital cabe el monasterio, en el que acogía y albergaba a los pobres peregrinos extranjeros y nacionales en número de hasta cien... puesto que por allí pasaba el camino francés (sic) o real".

En Verín-Monterrei, donde llega el camino de Chaves, hay hospital (1429) con portada ojival de cuatro arquivoltas y tímpano, hoy restaurado como albergue. Antes ya (1320) hubo alberguería en San Lázaro.

Función similar en relación con el Camino de Santiago tienen los monasterios, a donde los peregrinos se desviaban en busca de cobijo y por devoción. Así podemos citar aquí Sta. María de Valparaíso en Peleas de Arriba, límite entre Salamanca y Zamora, y pasado el río, San Salvador de Tábara y Sta. María de Moreruela, creados en el siglo X por Alfonso III, valiéndose de San Froilán y San Atilano, primeros benedictinos, luego del Cister. El de San Martín de Castiñeira o Castañeda, fundado por monjes mozárabes (916), luego del Cister, con su alberguería, etc.


San Salvador de Tábara / Torre Templaria, Mombuey / Colegiata de Xunqueira de Ambia


Apuntar que la hospitalidad en el Camino de la Plata como itinerario de peregrinación a Santiago surgió por iniciativa sobre todo de familias mozárabes del sur (Los mozárabes eran comunidades cristianas que vivían en territorio bajo dominio musulmán), pero que algunas de ellas comenzaron a emigrar hacia el norte, fundando monasterios y hospitales para peregrinos, sobre todo en la actual provincia de Zamora (zona de Tábara, etc.)

Y es que habría que advertir que el primer albergue-hospital de peregrinos a Santiago que se tiene documentado no fue en el "Camino Francés", sino en el "Camino Mozárabe de Santiago", en el s. X, concretamente en el año de 932 en la actual Iglesia de San Salvador de La Bañeza (León), en pleno Camino de la Plata; el más antiguo camino jacobeo, anterior incluso al Camino Francés·.


Diego M. Muñoz Hidalgo
- Escritor e Historiador -
Cofundador de los Amigos del Camino de Santiago-Vía de la Plata
y de la Plataforma Ibérica por los Caminos Públicos (PICP)

Oración a Santiago Apostol



Oración a Santiago Apóstol


Gloriosísimo Santiago el Mayor,
padre de infinitos mártires y santos,
aclamado por todos como Apóstol de la Paz,
a quien se le da enormemente las gracias
en todas las naciones, en cualquier parte y lugar,
que fuiste recompensado con un trono Celestial
por tu amor y obediencia al Señor,
¡ruega por nosotros!

Santiago gran defensor de la fe,
que dejando todo, familia y trabajo,
despreciando lo que el mundo te ofrecía,
a la primera llamada respondiste con un ¡sí!
y seguiste a Jesús incondicionalmente,
incluso antes de ser testigo de sus milagros,
que con tu predicación convertiste a tantos,
ya a muchos más ganaste para mayor gloria del Señor,
hoy te invoco con fe y confianza,
escucha mi súplica, dame tu ayuda y bendición.

Tú que saliste victorioso de la batalla que libraste
contra las legiones de demonios,
contra magos y hechiceros,
y contra todos los poderes de la oscuridad,
préstame tu brazo poderoso
y líbrame de toda envidia, de todo enemigo y mal.

Glorioso Santiago,
tú que das alivio y esperanza
a los que están lejos de su país,
que manifiestas tu poder
restableciendo rápido la salud de los enfermos,
que eres liberador de los que padecen
cualquier clase de esclavitud,
que eres defensor de los que injustamente son tratados
y eres consuelo de los afligidos y necesitados,
intercede ante Dios para que pueda obtener
lo que humildemente te solicito:

(Hacer la petición).

Santo Apóstol Santiago, ante ti me arrodillo
para pedirte protección para el peregrino
ante las adversidades del Camino.

Te ruego que extiendas tus manos
para que su sombra le proteja del sol abrasador.
Te ruego que seas su fuente de agua clara donde saciar su sed.
Su esperanza cuando se sientan perdidos o fatigados.
Su cordura en momentos de incertidumbre y desesperación.

Santo Apóstol Santiago, te ruego tomes de la mano a tus peregrinos, que dejaron su vida en tu sendero sagrado. Dales la Paz y tu infinita bondad en su nuevo Camino hacia la eternidad.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén

Rezar, pidiendo su gran ayuda al poderoso y bondadoso Santiago Apóstol, el Mayor, el Credo y la Salve.

LA FLECHA AMARILLA



LA FLECHA AMARILLA


La encontrarás en los lugares más insospechados... pintadas con brocha gorda sobre mojones, muros de piedra, postes de luz, troncos de árboles, piedras, latas, puertas, fuentes, asfalto... una sencilla flecha amarilla, símbolo de la generosidad, pintada con el cariño de una mano amiga que nos devuelve el aliento y nos anima en la incertidumbre.

La flecha amarilla es una marca sencilla, modesta, sin pretensiones. Realizada con pintura barata de un modesto amarillo, sencilla como el mismo peregrino que las pinta y como los peregrinos que las siguen,. Así tendría que ser el peregrino que la sigue, sencillo, generoso y fiel a sus valores peregrinos.

Saldrá en tu ayuda cuando te encuentres desorientado o perdido.
La echarás en falta cuando no la encuentres, será tu mas fiel compañera en la soledad del camino. Fue pintada por una mano amiga que te acompañará hasta tu horizonte deseado. Su presencia te dará seguridad en la incertidumbre, consuelo y animo. Escucharás su voz que te dirá "un poquito mas, animo, ya casi estás".

Mientras caminamos estamos tan ensimismados con nuestros pensamientos que parece que mas que caminar levitamos. Cuando volvemos al mundo real echamos de menos a nuestra compañera de color amarillo, en ese momento nos preguntamos... ¿Cuando fue la última vez que vi una flecha amarilla?.

Las dudas nos abruman al darnos cuenta que hace mucho que no la vemos
¿Me habré equivocado de camino?

Cuando nuestra amiga parece haber desaparecido de la faz de la tierra hay que serenarse y tomar la decisión correcta. Tenemos que recordar cuál fue la última vez que la vimos, hay que volver sobre nuestros pasos y dar con ella, solo así estaremos seguro de llevar el buen camino. Posiblemente un despiste nos llevó a tomar el camino equivocado.




Todo en la vida tiene un por qué, un principio, un precursor.
Para ver la primera flecha amarilla hay que remontarse al siglo pasado, a 1984. Mucho antes de que el Camino de Santiago que hoy conocemos estuviese en boca de todos y se pusiese de moda.
En aquellos años había un sacerdote en Galicia, el padre Elías Valiña Sampedro.
En aquellos tiempos la rectoral de la iglesia estaba en muy mal estado y hacía las veces de hospedería para peregrinos. El padre Elías, gozaba recibiendo a los peregrinos y escuchando sus historias. Ese interés lo llevó a convertirse en el primer estudioso serio de las rutas jacobeas, como pilares de la fe pero también de la unidad de Europa.

En aquella época los peregrinos no eran muchos, pero a veces la hospedería se hacía pequeña, entonces acondicionaba algunas pallozas con paja por el suelo para poder alojar a más gente, en aquellos tiempos el peregrino rogaba al cielo por un refugio donde pasar la noche, cualquier chamizo era un buen lugar para él.

Cuando Don Elías se hizo cargo de la parroquia de "O Cebreiro" inició las gestiones para conseguir la restauración de la iglesia, la hospedería y el poblado, en aquellos tiempos en peligro de extinción.
Los peregrinos que se sentaban junto a él en la mesa de la parroquia de O Cebreiro solían tener la misma queja: era demasiado fácil extraviarse en el Camino, haciéndoles perder a veces jornadas enteras.

El cura de O Cebreiro, como le gustaba que le llamaran, se propuso solucionar este problema señalizando los senderos originales de las rutas jacobeas, entonces prácticamente olvidados.

A principios de la década de los ochenta comenzaban a llegar las carreteras a Galicia y el padre Elías le pidió ayuda a las empresas constructoras, estas le dejaron a un bajo precio restos de pintura amarilla sobrante de las obras de señalización. Tenía un firme propósito, acabar con los problemas de señalización del Camino de Santiago, cargó los botes en su viejo "dos caballos", y se dio a la tarea de marcar con flechas amarillas el Camino.
Así recorrió incontables veces los 800 kilómetros que median entre Finisterre y los Pirineos, y luego también los caminos de Francia, y la gente podía verlo mientras acarreaba botes de pintura amarilla por la carretera, pintando flechas sumando voluntarios a la causa.




Durante años, Don Elías Valiña dedicó todos sus esfuerzos al Camino. Fue el precursor de muchas asociaciones de amigos del Camino, colaboradoras hoy de la conservación de la flecha amarilla.
En 1982 fue comisionado por la Secretaría de Turismo para la redacción de El Camino de Santiago. Guía del peregrino. Desde entonces el "Cura do Cebreiro" siguió trabajando en el tema de las guías para ofrecer a los peregrinos una herramienta lo más útil posible en su caminar. Siendo la edición de la guía hecha por Everest en 1985 su obra más difundida.
En esta misma línea siguió trabajando hasta los últimos días de su vida, pues la Cartografía complementaria a la Guía, la concluía en la primavera de 1989, muriendo en diciembre de este mismo año a la edad de 60 años.

Poco a poco las flechas amarillas se han convertido en emblema indiscutible del Camino de Santiago, y todo gracias al esfuerzo infatigable de nuestro querido "Cura do Cebreiro" D. Elías Valiña y su amor al Camino de Santiago.

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Peregrino, cada vez que te sientas perdido en el Camino y una flecha amarilla te devuelva la sonrisa, eleva tu mirada al cielo para brindársela al cura de O Cebreiro.
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LA VÍA DE LA PLATA, SU HISTORIA



  LA VÍA DE LA PLATA  


Introducción

     Perfilar los extremos geográficos de la Vía de la Plata no es tan fácil, hay que profundizar tanto en su dilatada Historia, como en el origen etimológico de su nombre y fenómeno territorial del mismo. De una forma metafórica-poética podríamos decir que este camino es como un gran árbol, con sus raíces y ramas, que ha conformado la ordenación territorial de gran parte del occidente peninsular, además de haber contribuido en la Historia española, europea y universal. Al respecto, la visión que algunos (con buena fe) tienen de este camino, es parcial; volviendo a la metáfora anterior, es como ver sólo la mitad superior del tronco mientras que la otra mitad inferior la ignoran, sin tener en cuenta que es precisamente esta mitad inferior la que le da significado y sustenta a la otra mitad. Intentaremos hacer aquí una breve reflexión sobre algunos aspectos que debemos considerar a la hora de tener una visión más integral y acertada de este fenómeno viario.


Factores que dieron lugar a este Camino

     Este histórico eje de comunicación Sur-Norte/Norte-Sur, que vertebra todo el occidente peninsular, fue fruto básicamente de dos factores:

Necesidades humanas

     Los cambios estacionales dieron lugar a continuas migraciones de la fauna salvaje en busca de pastos, por culpa de las nieves y los estíos. Tras ella, y por razones cinegéticas, los primitivos cazadores comenzaron a trazar los primeros senderos a lo largo del occidente peninsular. Después, con la revolución del neolítico y la domesticación de los animales, llega la trashumancia, aprovechando y consolidando estos primitivos cauces. Todo esto ocurre en la prehistoria, desde las actuales zonas atlánticas andaluzas hasta tierras leonesas y cornisa cantábrica. Ya en esta época prehistórica detectamos, en excavaciones arqueológicas, un incipiente flujo comercial por este recorrido. Poco después, en la protohistoria, en la “Edad del Bronce Orientalizante” (I milenio a.C.) y Edad del Hierro (s.V a. C.), descubrimos, sorprendentemente, cómo una serie de elementos comerciales de prestigio (cerámicas, marfiles, vidrios, bronces…) venidos del otro lado del Mediterráneo (de Oriente Próximo, Egipto, Grecia…) penetran, como una “cuña”, en el interior de la Península Ibérica, y casi exclusiva y sorprendentemente por este corredor viario, desde la factoría fenicia de Cádiz hasta la zona leonesa. Por otro lado, se aprovecha este trazado con fines militares para la dominación del territorio, desde el siglo III a.c. hasta hoy.

Condicionantes físicos

     Para poder saciar todas estas necesidades humanas (cinegéticas-trashumantes, comerciales y militares) hay que salvar barreras naturales que obstaculizan perpendicularmente a este itinerario: grandes ríos y sistemas montañosos. Esto se realiza por pasos obligados: vados y puertos de montaña. Pero he aquí que lo que posibilitó que este itinerario tuviera un “cuerpo” en toda su extensión, desde la zona gaditana a la leonesa, fue la coincidencia aquí de esos pasos naturales obligados, posibilitando un trazado histórico casi rectilíneo. Así tendríamos: la conjunción de varios vados en el Guadalquivir, en el entorno de Sevilla; el Puerto del Viso, en Sierra Morena, en Monasterio; el Vado del Guadiana, en Mérida; el Puerto de las Herrerías, en la Sierra de san Pedro, en Alcuéscar; el Vado de Alconétar, en el Tajo; el Puerto de los Castaños, en Grimaldo; el Puerto de Béjar; el Vado del Tormes, en Salamanca; el Vado del Duero, en Zamora; etc. Como ya veremos, en estos pasos estratégicos es frecuente el asentamiento humano, que se confirma en el descubrimiento de una concentración de restos arqueológicos y lugar de nacimiento de principales ciudades históricas.




Roma

Conquista del territorio

     La conquista del territorio de la zona occidental de la Península Ibérica se produce de Sur a Norte, desde la vega del Guadalquivir, aprovechando este antiguo trazado. Tenemos documentación de cómo, los cuarteles de Itálica (Santiponce), Hispalis (Sevilla) y Córduva (Córdoba), son puntos de partida de tropas romanas o recepción de razias indígenas, en las Guerras Lusitanas.

Infraestructura, el puente de Mérida

     Lo único que hacen los romanos fue consolidar un camino ya preexistente. Un ejemplo de ello fueron sus puentes. Centrándonos en el Puente de Mérida, habría que decir que aquí existe un histórico vado. Las informaciones arqueológicas de las que disponemos es que desde la prehistoria hay una gran concentración de asentamientos en todas las épocas (incluso debajo de su casco urbano); cosa lógica por la existencia de este paso natural. Donde hubo un vado de este camino los romanos hacen un puente, como el de Guadiana; y para controlar este paso obligado del camino Augusto funda una ciudad (25 a.c.). Aunque hay evidencias que, con anterioridad, con César pudo haber aquí un asentamiento militar. Este Puente se encuentra al sur de Mérida y se puede considerar el más largo del imperio. Todo esto es significativo a la hora de comprender la integridad territorial Sur-Norte de esta calzada.

Planificación viaria del territorio

     A lo largo de los siglos de dominación romana este camino pre- y protohistórico fue consolidándose por tramos, con arreglo a las posibilidades económico-administrativas en cada momento. Así pues, la Provincia de Lusitania con capital en Augusta Emérita (Mérida), se le dedica más inversión y dedicación a este trazado, siendo esta ciudad el “kilómetro cero” de la planificación viaria-administrativa. Es por ello por lo que vemos que los restos más evidentes documentados de su trama pétrea van desde las Sierras de Los Santos de Maimona, al Sur, que servían de límite de Lusitania con la Bética (provincia ésta que le dedicó menos atención); hasta la zona de Helmántica (Salamanca) -Ocelo Duri (Zamora), por donde se encontraba el límite con la Provincia Tarraconense, luego Gallecia (también esta administración del dedicó menos atención). Es lo que pasaba hasta hace poco, cuando íbamos en coche por carretera y al cambiar de provincia o región el firme estaba en peor o mejor estado, pero seguía siendo la misma carretera. En resumen, donde la calzada está mejor conservada es entre Los Santos y Salamanca; en el resto del trazado, hasta Astúrica Augusta (Astorga) o hasta Itálica (Santiponce) -Hispalis (Sevilla), en sus tramos Norte y Sur, los restos de calzada son más pobres por las razones expuestas, tramos considerados como “vía terrenae”.


Itinerario Antonino

     En esta época no hubo un nombre específico para este trazado, que unía el Sur más romanizado, de la Bética, con el Norte. La evidencia documental más antigua que conocemos que hace referencia al diseño de este trazado, data del s. III., conocido con el nombre: “Itinerario Antonino”. Es una recopilación de itinerarios variados de todo el Imperio, muchos de ellos van en zig-zag, y no responden a un itinerario uniforme y lógico. Ello se debe, según los estudiosos, a que estos itinerarios sueltos eran los recorridos que los administradores hacían para el cobro de la “annona”, o impuesto; y que fueron recopilados para servir a estas funciones, y no como una guía para los caminantes. Así vemos, por ejemplo, cómo la “Vía Augusta”, Cádiz-Roma, se representa en este antiguo documento como la suma de varios tramos de distintos itinerarios.

           Un ingeniero español del siglo XIX, Eduardo Saavedra, cogió los itinerarios peninsulares de este documento y los enumeró con arreglo a la redacción existente. Si cogemos todos ellos y lo ponemos en un plano, nos sorprenderíamos al ver cómo coincide con las evidencias arqueológicas del itinerario pre- y protohistórico. Es decir, la panificación territorial romana tradujo este camino primitivo, sobre todo desde Gades (Cádiz) hasta Astúrica (Astorga), de forma continua y casi rectilínea, y lo consolidó, dotándole de infraestructuras: puentes; firme, más o menos atendido; “mansios” o lugares de parada y avituallamiento; “miliarios”, para marcar las distancias en millas en algunos de sus tramos; etc. Con la numeración de Saavedra su trazado se correspondería a diversos tramos de los recopilados por el Itinerario de Antonino:


VÍA Nº VII
- Gades (Cádiz)-Hispalis (Sevilla).
Después finaliza en Corduba (Córdoba).

VÍA Nº IX
- Hispalis-Itálica (Santiponce).

VÍA Nº XXIII
- Itálica-Emérita (Mérida).
Arranca en la desembocadura del Guadiana dando un rodeo.

VÍA Nº XXIV
- Emérita-Ocelo Duri (Zamora).
Se dirige después a Caesaraugusta (Zaragoza) dando un rodeo

VÍA Nº XXVI
- Ocelo Duri-Astúrica Augusta (Astorga).
Arranca en Astorga para dirigirse a Zaragoza.



Uso histórico de su trazada de forma unitaria

Camino de ejércitos y reyes

     Esta calzada, que fue la consolidación paulatina en época romana de un trazado pre- y protohistórico, siguió siendo utilizada por culturas posteriores dado que su infraestructura era estratégica, sobre todo en lugares de obligado paso, con fines militares y comerciales. Por ejemplo, tenemos un documento del siglo VII d. c. conocido bajo el nombre: “Anónimo de Rávena”; en donde se enumeran las mansiones o paradas de los diversos tramos de todo su recorrido, añadiendo algunas poblaciones más. En época goda sirvió como itinerario para las tropas de los reyes: Gunderico, Requila, Teodorico II, Ágila…; prácticamente desde todo el Norte hasta todo el Sur peninsular, siendo el puente romano de Mérida un paso clave hacia el Sur. En época musulmana nuestra calzada sirvió como un gran instrumento militar Sur-Norte para las primeras tropas de Muza, en el 712, posibilitando su fulgurante conquista desde Cádiz-Sevilla hasta Mérida (fue la primera calzada que pisaron). En este periodo fue utilizada por innumerables campañas intestinas, correrías y desplazamientos. En los primeros momentos de la conquista cristiana la anduvieron reyes como Alfonso IX y X, Sancho IV…; y, después, por los propios Fernando el Católico y Carlos V. De todos estos reyes tenemos documentación de su paso desde Cáceres-Mérida hasta Sevilla-Cádiz, siguiendo la calzada, es decir: era utilizada de forma unitaria desde el Norte de Mérida y hasta el Sur, y viceversa.


Camino de Caminos

     Este camino romano fue aprovechado en algunos de sus tramos por caminos pecuarios para la trashumancia. También fue camino de peregrinación o “Camino Mozárabe de Santiago”, por los cristianos residentes en territorio musulmán, pues aprovechaban sus infraestructuras hacia el Norte. Al respecto tenemos noticias de un documento de 1622 que nos narra el traslado de las reliquias de San Isidoro desde Sevilla a León, en el s. XI, dice así: “(…) por el muy antiguo camino romano, hoy de peregrinos (…)”.

          Pero los peregrinos o viajeros de la época no siempre utilizaron el trazado romano, ya que hubo ciudades de nueva creación que hicieron de polo de atracción, saliendo de la calzada ramales medievales, como por ejemplo a las ciudades de Zafra o Plasencia, que luego se convirtieron en carreteras.

          Todo evoluciona y como un río que cambia de cauce sigue siendo el mismo río, se moderniza su trazado primigenio dando nuevos trazados y tipologías: Carretera Nacional 630, Ferrocarril, Autovía-66; todas hijas del trazado romano. Así se ha creado un corredor geográfico-viario que se ha venido a denominar: “Ruta de la Plata”; un galicismo o préstamo del francés que da nombre, de forma genérica, al recorrido que básicamente se relaciona o identifica con el espacio geográfico Sevilla-Astorga; con la prolongación hasta Gijón, que también fue ramal romano secundario, y hoy es la C.N.-630; y con la prolongación hasta Cádiz, solapada calzada con la más conocida: “Vía Augusta”; hoy C.N.-4 y Autovía IV.


Un nombre para un Camino

Ningún nombre, pero sí un mismo trazado

     En resumen, como ya hemos dicho, en época romana este recorrido no tiene ningún nombre (que sepamos), pero su traza y su reflejo en el Itinerario Antonino (con multitud de “mansios” o paradas en todo su recorrido) se nos representa ante nuestros ojos como un cuerpo íntegro y casi rectilíneo, básicamente desde Cádiz y Sevilla hasta Astorga, vertebrando todo el occidente peninsular y uniendo principales ciudades administrativas romanas y medievales.


Sobre el topónimo "Plata"

Resumidamente estas son las versiones sobre su procedencia:

1ª. / del latín “platus”  (ancho, llano, avenida principal).
2ª. / del árabe “al-balath” (pavimento) o de “balata” (camino enlosado, empedrado, o importante), en donde su primera sílaba (ba-) se pronuncia de una forma cerrada, con “a” muda, parecida a la “p”, evolucionando al castellano en el medievo como “(p)lata”
3ª. / de “delapidata” (empedrada).


     Por mi parte propongo una solución intermedia: la expansión musulmana se encontró con una magnífica y estratégica red viaria romana. Hubo entonces un “latinismo”, un préstamo idiomático del latín al árabe, y después al castellano. En resumen: “platus” (o “delapidata”) = “b(a)lata” = “plata”.

(Ver Bibliografía: MUÑOZ HIDALGO-2009).

          Los testimonios de “balata”, “albalat”, “albaladejo”… son frecuentes verlos relacionados con itinerarios históricos o calzadas romanas. Del mismo modo “de la plata” es frecuente encontrarla en otros puntos del territorio hispano, básicamente en su mitad sur, asociándose a viejos caminos romanos o importantes, siendo el eje occidental S.-N./N-S, desde el Estrecho gaditano hasta la zona leonesa, en donde mejor se ha conservado de forma continua. También hay testimonios en el norte de África y Palestina. Por ejemplo, al Sur de Mérida lo encontramos en Los Santos de Maimona, como “Puerto de la Plata” y “Camino de la Plata”, prolongándose éste por los términos de Zafra, Medina de las Torres, Calzadilla de los Barros, Fuente de Cantos, Monesterio, Real de la Jara, Almadén “de la Plata”, Castilblanco de los Arroyos, Alcalá del Río y hasta llegar a Sevilla. También entre Cádiz y Sevilla encontramos el topónimo “plata”, ligado a hitos geográficos ligado a la calzada que unía ambas poblaciones, más conocida también como “Vía Augusta”.


(Archivo Municipal de Sevilla)

     Precisamente el testimonio más antiguo que tenemos documentado como “Camino de la Plata”, data del siglo XIV, de 1.370 (Archivo Municipal de Sevilla), en referencia a su paso por Sierra Morena. También es este entorno tenemos una pista evidente, la actual población de Almadén “de la Plata”, en cuyo término se viene situando una de las paradas de nuestra calzada, citadas por el Itinerario Antonino: “Mons Mariorum”; y en donde existen canteras de mármol romanas, utilizando esta calzada para suministrar su producción, como está demostrado, a ciudades como Emérita (Mérida), Itálica (Santiponce) e Hispalis (Sevilla).

          Por tanto, “Camino de la Plata” no es más que el nombre meramente circunstancial y popular, relativamente moderno, ya que procede del medievo, pero que expresa una unidad y realidad viaria e histórica que ha vertebrado todo el occidente peninsular, y que ha servido de instrumento en importantes acontecimientos; nombre que conocemos desde, al menos, mediados del siglo XIV.

          Con el tiempo este nombre, en el Renacimiento español cuando se vuelve la mirada por el gusto de la cultura clásica, y sobre todo a partir del siglo XVI … es cuando de forma “culta” se comienza a denominar en ciertos círculos académicos: “Vía de la Plata”; ya que “vía” es palabra latina y quedaba mejor para nombrar a una calzada romana o a este importante camino histórico. Como “camino” se ha seguido utilizando hasta nuestros días, manteniéndose aún vivo en la conciencia colectiva en las zonas rurales, sobre todo en la gente mayor, como lo he constatado en mis trabajos de campo; y tanto al Norte como al Sur de Mérida.


Origen del entuerto Mérida - Astorga

Iter ab Emerita Asturicam
El Camino de la Plata

     Aunque en latín, no es más que el moderno y arbitrario título de una tesis doctoral de 1971, del ilustre Profesor D. Roldán Hervás. Gran trabajo de investigación, su importancia radica en la recopilación de múltiples estudios locales o generales sobre algún especto de esta calzada. Aunque en algunos aspectos ha quedado desfasado, es obra importantísima y de obligada consulta.
Pero el problema viene cuando, en esta obra, nuestro camino lo hace arrancar en Mérida en base a algún antiguo autor y al origen de la numeración de sus “miliarios”, columnas pétreas en donde se solía inscribir el emperador que ejecutó o reparó la obra, y la milla correspondiente (del latín: “millia passuum” = mil pasos = una milla romana = 1480 metros).
Pero hagamos una reflexión: lógico era que, siendo Emérita Augusta la capital de Lusitania, aquí estuviera la milla “cero” para diversos trazados que desde aquí se ordenaban para el resto del territorio provincial. Pero eso no quiere decir que Mérida fuera “arranque” del Camino de la Plata (ya hemos demostrado que fue “consecuencia” de este camino que aquí aprovechaba un vado en donde se hizo un puente y una ciudad para su control), sino que, al ser el núcleo político-administrativo, las millas se contaban desde aquí. Por otro lado, al Norte de Itálica (Santiponce) se han encontrado miliarios. También tenemos algunas noticias al sur de Mérida.
En este sentido hay que advertir una inadvertida incongruencia en la importante obra de Roldán Hervás: identifica como “Camino de la Plata” a la calzada que unía Emérita y Artúrica, pero reconociendo en sus páginas que tal topónimo, como identificador de la vía romana que él propone, se desconoce al Norte de Salamanca (aunque sí se conoce como camino pecuario existente en su entorno hasta la zona leonesa); del mismo modo reconoce casi la inexistencia de miliarios y menores restos de calzada al Norte de esta ciudad. Al mismo tiempo, no menciona, o no quiere reconocer, las mansiones, restos y testimonios de calzada y topónimo “de la Plata” existentes hasta Hispalis (Sevilla), básicamente. Esta incongruencia echa por tierra el propio título de esta obra como identificación exclusiva al “Camino” o “Vía de la Plata”


La "bola de nieve" de una interpretación arbitraria

     Desde la publicación de su Tesis, en 1971, tanto los investigadores y escritores posteriores, sin advertir tales incongruencias y sin documentarse lo debido, repitieron este mismo error de enfoque que daba una imagen parcial (Mérida-Astorga), cosa que ha sentado cátedra hasta tal punto que en prestigiosas obras de Historia y modernos vehículos de información de Internet (Wikipedia, Instituto Cervantes, etc.) repiten lo mismo; sin que se diga nada de que, por ejemplo, el más antiguo testimonio documental que se menciona como “Camino de la Plata”, se encuentra entre Sevilla y Mérida; etc.


Disputas estériles entre Vía y Ruta

     Actualmente este farragoso entuerto ha dado lugar a serias disputas entre asociaciones, también políticas entre ayuntamientos y organismos. Así vemos cómo, con miras a la rentabilización del Patrimonio Cultural y Natural de este histórico corredor viario, se crea la “Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Plata”, sobre todo para captar inversiones estatales y europeas. La conforman algunas ciudades directamente relacionadas con el trazado real que aquí hemos documentado, y otras próximas al trazado romano o indirectamente relacionadas, como las existentes desde Gijón hasta León, que es un ramal o prolongación de la básica Sevilla-Astorga, pero no menos histórica. El cuerpo fundamental de esta asociación es el eje de la Carretera Nacional-630 Gijón-Sevilla.

          Pero aquí ocurre un problema, que hay ciudades o pequeñas poblaciones por donde pasa la calzada romana que no están en esta red de ciudades, creándose la “Asociación de Pueblos de la Vía de la Plata”, al sentirse discriminados y denunciando, con buena fe, pero de forma errónea, la “falsificación de la Historia” por parte de la “Red de Ciudades” (que no buscan más que la puesta en valor del gran Patrimonio Cultural y Natural existente en este recorrido geográfico y como oportunidad de progreso). Algunos miembros de la asociación de “Pueblos” no están en la C.N.-630, pero sí están en la calzada romana, por lo que reivindican sus legítimos derechos, como es lógico y con razón. El problema viene que lo hagan con la tesis de Roldán Hervás en la mano, el trazado Mérida-Astorga, y con todo lo que ello conlleva de arbitraria interpretación parcial de la amplitud real y protagonismo histórico de este camino; con una falta de miras de las grandes posibilidades del Patrimonio que contiene este corredor geográfico-viario; y sin comprender que la unión entre todos “hace la fuerza”, con miras a su desarrollo socioeconómico conjunto.

          Por otro lado, aquí ocurre una contradicción por parte de la asociación de “Pueblos”, mientras se alza la voz sobre cierto purismo histórico, se ignora o se olvida o no se quiere reconocer, las evidencias documentales y materiales, anteriormente expuestas, y la trascendencia histórica a lo largo de todo su recorrido. Personalmente estoy con toda asociación que defienda este camino, como es la de “Pueblos”, por lo que aplaudo su gran labor y esfuerzo, que me causa admiración; pero con lo que no estoy de acuerdo es en que me lo corten en Mérida, y que tengan una visión más bien localista al no considerar su corredor geográfico que, a mi parecer, sería enriquecedor para todos y para ellos mismos.


La Vía de la Plata un camino para nuestro desarrollo

Solución integradora

     Por un lado, hay que tener una visión no parcial de la Vía de la Plata (Mérida como “arranque” del camino), sino en su totalidad, como la documentación lo constata (Mérida como “consecuencia” del paso del camino).

          Por otro, sería el reconocimiento precisamente de la Historia a la que se hace referencia, y de tener una visión integradora teniendo el concepto de “corredor geográfico”, en donde se consideren, sin exclusiones, todos sus trazados conjuntamente, y que aquí coinciden, se abrazan y se interrelacionan (Calzada Romana, Camino Mozárabe de Santiago, Cañadas Reales, Carretera Nacional-630, Ferrocarril y Autovía-66). Esto hay que hacerlo distinguiendo sus diferencias de trazados, pero, también, sus coincidencias, dentro de un mismo paisaje y entorno, ya que todos estos trazados son el fruto de una misma evolución histórica; un mismo río que se alimenta de varios caudales y que ha esculpido un mismo cauce. En conclusión, tener la visión de un cuerpo integral.


Posibilidades de futuro

     En relación con todo ello tener conciencia de la gran trascendencia de este itinerario cultural (Calzada Romana, Camino de Civilizaciones, Camino de Santiago, etc.). Toda esta suma nos serviría para hacer que la Vía de la Plata, en ese concepto de “paisaje cultural”, sea reconocida como “ITINERARIO CULTURAL EUROPEO” y como “PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD” (advertir que está en la lista del Ministerio de Cultura para esta última declaración). Y puesto que este camino es el resultado de un “crisol” de civilizaciones, es una gran oportunidad para el encuentro y el diálogo de culturas: un Camino para la Paz.

          En conclusión, el “Camino” o “Vía de la Plata” es una realidad más amplia de la que, con buena fe, algunos pretenden; y que Mérida no es “arranque” sino “consecuencia” de un mismo camino y calzada Sur-Norte/Norte-Sur. Si no, ¿por qué ubicar esta ciudad aquí para el control de su puente romano sobre el Río Guadiana, antiguo e histórico vado de un camino anterior?... Para concluir definitivamente todo esto, volvamos a aquella metáfora con la que iniciamos este escrito.

          Os brindo una poesía de mi cosecha del libro: “Del Hombre y sus Ruinas. Un viaje poético, de mar a mar, por la Vía de la Plata”; para que sepáis apreciar los múltiples aromas y trinos que nos ofrece este ancestral y fértil árbol.


Diego Muñoz Hidalgo
(Historiador, Escritor y Artista)
Cofundador de Amigos de la Vía de la Plata-Camino de Santiago
Artículo publicado con permiso del Autor

Ilustración de cabecera: Diego Muñoz Hidalgo


DE UNA UNIVERSIDAD ABIERTA Y DE LAS HUMILDES ENSEÑANZAS QUE ESCONDE EN SUS PAISAJES Y EN SUS PIEDRAS
(A la Vía de la Plata, en un iniciático viaje desde las “Columnas” a la “Torre” de Hércules)

"Eres un camino viejo y fecundo,
como un gran árbol con raíces y ramas;
un sabio jardín de encinas, retamas…
un rico hogar del pobre vagabundo.

Sacias tu sed en mares andaluces,
subes tu savia por tronco extremeño,
castilla y león multiplica tu sueño,
y al galaico, astur, cántabro… seduces.

De hondos océanos a copas al viento,
viajan -hermanos- hombre y cigüeñas…
¡cuánta piedra entre silencio y espliego!

Hoy ando tu dormido pavimento,
reflejos de plata en valles y peñas…
-de mar a mar en tus sueños navego-".


/ Diego Muñoz Hidalgo

Buen Camino