I - Seguirás las flechas sobre todas las cosas.
A pesar de que la señalización es mejorable y necesita de un constante mantenimiento estas flechas amarillas te van a sacar de muchos apuros. Si estás atento perderse es tarea difícil, las encontrarás en todas partes, pintada a brocha en calzadas, mojones, muros de casas, vallas, árboles o piedras. Si te pierdes no te preocupes, siempre habrá algún lugareño que te indicará que camino seguir para volver al camino.
Nuestra flecha es uno de los símbolos más internacionales del Camino, su origen es relativamente reciente, (1984, apenas 40 años) pero ya forma parte de la tradición contemporánea de nuestro camino. Esta fue iniciativa de un curita de O Cebreiro, Don Elías Valiña, que señalizó de este sencillo modo, desde Roncesvalles hasta Santiago todo el Camino de Santiago. Hoy en día esta tradición de pintar el camino de amarillo está en manos de las asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, que con sus peregrinos voluntarios se encargan de mantener el Camino bien señalizado.
II - No recorrerás kilómetros en vano.
Procura no separarte de las flechas amarillas ni te desvíes para llegar antes, por lo común cierto tipo de atajos hacen que llegues a caminar más de la cuenta. En el camino no hay rutas alternativas, su trazado es claro y está señalizado con flechas amarillas, los demás suelen ser consecuencia de intereses turísticos o comerciales, muchos no entienden o no quieren entender cuál es nuestro camino (ni falta que nos hace).
III - No descansarás ni en fiestas.
Evitarás caminar en las horas de más calor, estas suelen ser las posteriores al medio día. También con ello llegarás antes a los albergues, por lo que no deberías tener problemas para encontrar alojamiento. Tendrás más tiempo para descansar y aprovechar mejor el tiempo para visitar los lugares más interesantes de la localidad.
Qué duda cabe que madrugar es muy importante. Si te haces el remolón no te preocupes que los demás peregrinos te despertarán con las primeras luces, te lo puedo asegurar estos serán el más potente despertador.
"A quién madruga Dios ayuda".
IV - Llamarás a tu padre y a tu madre.
Esto es importante sí, pero siempre que encuentras cobertura, no siempre es así. Cuando esto ocurra lo mejor es relajarse, desconectar de aquellos hábitos que nos quitan tanto tiempo es importante para nuestro equilibrio mental. ¿Llamar? Siempre, pero piensa... también puede hacerlo mañana. Casi todos los albergues tienen wifi. Por tanto, relájate, deja a un lado el móvil y disfruta de la experiencia en soledad o de chachara junto a otros peregrinos. Si no puedes contar hoy tu experiencia ni compartir tu selfi en las redes sociales no pasa nada. Podrás hacerlo mañana, o pasado... o cuando llegues a la plaza de Obradoiro, esa foto bien merece la espera.
V - No pasarás de los demás peregrinos.
Relaciónate. Caminar en solitario es un auténtico placer, pero comunicarse con los demás una vez hemos terminado nuestra jornada es una de las experiencias más enriquecedoras del Camino. El camino no solo es sumar kilómetros para llegar a tu destino, también es sumar amigos a tu vida. Quien sabe, quizás esas personas hoy desconocidas puedan a llegar a ser un buen amigo/a para toda la vida.
Durante el Camino, la mochila puede pasar de ser tu amiga, tu acompañante, a ser tu mayor enemiga. Lleva siempre, siempre, siempre lo imprescindible: solo y únicamente lo que necesites en verdad. Y recuerda el sol tampoco es tu mejor amigo: protégete y bebe agua constantemente. Durante la ruta, se pierden un montón de minerales que necesitas recuperar. Lleva siempre contigo una botella de agua y bebe a sorbos pequeños cada 20 minutos. En el Camino, sé tú mejor amigo.
VI - No llevarás calcetines impuros.
Te recomiendo que en cuanto llegues al albergue te, te des una buena ducha y pongas tus piececillos al aire; no andes descalzo, ponte unas chanclas.
Bajo ningún concepto estrenes botas o zapatillas en tu camino o serán para ti la peor de las pesadillas. Lleva siempre un calzado que ya esté acostumbrado a tus pies.
VII - No te quejarás ni molestarás.
Cuando te levantes de mañana ten tu mochila lista para la marcha. Si las circunstancias no lo hicieron posible, en cuanto te levantes coge todas tus pertenencias y las sácalas fuera del dormitorio haciendo el menor ruido posible. Respeta el descanso de los demás.
Si eres peregrino de caminos largos tendrás momentos de debilidad, sin duda, pero cuando asomen no cedas.
Recuerda nuestro lema: "El peregrino insiste, resiste, persiste y nunca desiste".
VIII - Respetarás el descanso de los demás.
Este es uno de los mandamientos del peregrino que afecta de manera colectiva. El descanso es fundamental. Hay peregrinos que se acuesta muy temprano, pero otros más tarde porque quizás quiere disfrutar de una cena tranquila y volver al hospedaje sin prisa. Todo es respetable mientras no perjudiques el descanso de los demás, sea cuando llegues o cuando marches.
IX - Disfrutarás por encima de todo.
Te recomiendo que sabiendo todo esto disfrutes al máximo, te quejes lo menos posible y despreocupate, la magia del camino te elevará a lo más alto.
Muy importante es cuidar tus pies. Es importante que lleves unos calcetines transpirables. Recuerda siempre que los pies tienen que estar lo más secos y cómodos posibles; si no, llegarán las ampollas y las heridas, que es lo último que queremos. Por eso, lleva siempre a mano un par de calcetines limpios para que te puedas cambiar en cualquier momento del Camino. Es muy aconsejable que lleven siempre contigo calcetines técnicos a prueba de rozaduras y ampollas. Este junto a un calzado adecuado es uno de los mejores consejos para la prevención de ampollas.
Ventila los pies, necesitan respirar... al igual que tus compañeros.
La ropa del día directamente a la lavadora, si las circunstancias no lo permite utiliza la pila para lavar manualmente. Tus botas o zapatillas en un lugar donde se aireen, fuera del dormitorio SIEMPRE.
X - No abandonarás.
Es el último de los mandamientos del peregrino, pero no el menos importante. El Camino de Santiago no nada fácil, es una experiencia dura en la que tendrás momentos difíciles y otros más alegres. Las pruebas que juzgarán tu fortaleza física, mental y espiritual serán constantes. Procura alejar de ti la queja, siempre viene acompañada de la desdicha, no caigas en ella o dirás adiós a tu camino. Aunque no antepongas tu salud para alcanzar tus objetivos, estos podrán esperar, la salud es lo más importante.
Sé en todo momento amable, agradecido y generoso con quien te acoge. Ayuda a quien necesita una mano amiga y sé honesto, respetuoso y cordial con quienes como tú viven con ilusión y esfuerzo el sentir de un peregrino a Santiago.