El espíritu del peregrino


  El espíritu del peregrino  

       Convertirse en peregrino es una decisión trascendental. Quién realiza el Camino de Santiago lo hace impulsado por un profundo deseo espiritual que llama a la búsqueda interior, al descubrimiento de la verdad, a la compasión y al perdón. Este poderoso sentimiento es el “espíritu del peregrino”.

Según el mito y los testimonios de los peregrinos, el espíritu se hace cada vez más latente en el corazón del viajero a medida que este avanza en la ruta. Al mismo tiempo, se materializa en forma de acciones espontáneas de generosidad como compartir el almuerzo, el agua de tu cantimplora o ayudar a otro con dificultad para continuar el trayecto.

El espíritu del peregrino es una suerte de ángel guía, un aura dulce de esperanza y fe que ayuda a los viajeros a cumplir sus metas y a adquirir nuevas enseñanzas. Con seguridad, cada peregrino experimenta pequeños milagros a lo largo del camino que transforman su perspectiva de la vida.

El poder espiritual del Camino de Santiago es tan intenso, que algunas personas se echan a llorar o realizan hazañas físicas que de otro modo no hubiesen podido conseguir.

El espíritu del peregrino también es colectivo. Desde que inicia la ruta, puedes sentir cómo el ambiente se llena de un humor positivo y el terreno es mucho más amigable a tus pasos. Siempre estarás rodeado de sonrisas y al mirar a los desconocidos es fácil tener la sensación de que son viejos amigos.


¿Cómo desarrollar el espíritu del peregrino?

       El espíritu del peregrino aparece de forma natural en tu interior a medida que avanzas en el Camino de Santiago, pero puedes realizar ciertas acciones para intensificar este sentimiento y ayudarte a cumplir los objetivos del viaje.

Fíjate en los detalles: disfruta los sonidos del camino, admira la naturaleza a tu alrededor y camina lo suficientemente despacio como para fijar los paisajes en tu mente. La naturaleza es el lugar por excelencia para el desarrollo espiritual, las respuestas a las interrogantes de tu vida llegarán poco a poco.

Comparte con otros: acércate a alguien que esté solo o únete a un grupo de caminantes durante algún tramo. Conversa, escucha atentamente y aprende de sus historias. No tengas miedo de compartir tus pensamientos e inquietudes, recuerda que todos los peregrinos están unidos por un mismo sendero, aunque tengan objetivos diferentes.

Ora y reflexiona: ocúpate de tu relación personal con Dios. Ora a tu manera y ten conversaciones contigo mismo. Algunas personas guardan sus reflexiones en apuntes, otras las graban y otras deciden guardarlas en su interior.

Sea cual sea la forma que adquiera el espíritu del peregrino en tu viaje, ten la certeza de que cambiará tu vida para siempre.

          Autor:  Juan Belda 


Buen Camino

El peregrino a Santiago, su búsqueda

  La búsqueda  

       El peregrino es hombre de esperanza, es alguien que peregrina en la fe, su búsqueda es la del camino en la verdad de su propia existencia, la que renueva cada día, mientras se reafirma a cada paso en su fe.
Su sed no la sacia una fuente lejana, sino la búsqueda de lo divino, la del abrazo de la misericordia.

“El peregrino tiene una experiencia auténtica del tiempo: se levanta antes de que haya salido el sol; ve amanecer; hace silencio por la mañana para levantar la mirada a la Presencia de Dios mientras empieza de nuevo su vida; va viendo cómo cambia el color de las cosas a medida que avanza el día; vive intensamente cada momento; reposa en una iglesia, en una sombra; vive sin reloj, sin calcular el tiempo".

Lo importante no es lo pasajero, sino lo eterno. Cada día pasa, pero el tiempo recibe la huella de lo eterno.

Permanece viva en él la esperanza de alcanzar la meta movido por el deseo del destino.

Comprueba que lo importante es descubrir el sentido de la existencia, frente al cual se renueva a cada instante la necesidad de la conversión

Monseñor Eugenio Romero Pose 


Buen Camino

No te detengas


  No te detengas   

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión.


La vida es desierto y oasis.

Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.

No caigas en el peor de los errores: el silencio.

La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes. Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo"dice el poeta.


Valora la belleza de las cosas simples.

Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.

Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.

Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.

Las experiencias de quienes nos precedieron de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros: Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...


Autor: Walt Whitman

Buen Camino