Vía de la Plata / Etapa 20. Salamanca - El Cubo del Vino


Partimos de Salamanca rumbo norte, atrás dejamos una de las ciudades más hermosas de este Camino declarada Patrimonio de la Humanidad.

La próxima joya monumental que nos encontraremos en este maravilloso Camino es la inigualable Zamora, también Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Unos 68 km separan Salamanca de Zamora, para alcanzarla tenemos dos opciones, dividirlos en 2 ó 3 etapas. 

Nosotros nos declinamos por alcanzarla en dos días, en el primero tendremos que superar los más de 36 km que separan la ciudad Salmantina de El Cubo del Vino, la primera localidad de la provincia de Zamora, una etapa que necesita de una buena fortaleza mental ya que puede llegar a parecer interminable. El segundo día será algo más llevadero y corto, necesitaremos poco más de 31 km para cruzar el puente romano que nos abre las puertas de Zamora.

Desde la Catedral Nueva de Salamanca comenzamos a dar nuestros primeros pasos, nos dirigimos a la Plaza Mayor, una de las plazas más bellas de España y del mundo y uno de los monumentos barrocos capitales de la arquitectura peninsular.

Una concha de vieira de bronce incrustada en el suelo nos baja del cielo, nos indica continuar por la calle Zamora, al final de esta nos encontramos con la iglesia de San Marcos, superamos una glorieta y entramos en el Paseo de las Carmelitos o N-630, le sigue el Paseo del Doctor Torres Villarroel que nos lleva hasta la glorieta de Santiago Martín El Viti, en el centro una majestuosa escultura de un toro de lidia.



Continuamos  por la Avenida Raimundo de Borgoña hasta una gran rotonda, la de la Ruta de la Plata, la superamos por la izquierda, cruzamos por un paso de peatones a la zona derecha de la N-630, a nuestra izquierda queda el centro comercial Carrefour, continuamos por la avenida por un carril peatonal (Km 2,3 de la etapa), tras dos kilómetros llegamos al Estadio Helmántico, campo de fútbol del equipo de la ciudad. Junto a la N-630, pasamos bajo la Autovía A-62.

Caminamos por el arcén de la N-630 hasta llegar al Km 335, unas flechas amarillas nos indican virar a la izquierda por una pista de tierra que nos lleva hasta la cercana Aldeaseca de Armuña (Km 7 de la etapa).



Se ha convertido en una ciudad dormitorio de Salamanca, aunque su desarrollo poblacional y tasa de natalidad están dándole mayor importancia, siendo ahora el núcleo de población más importante del tramo de la carretera N-630 entre Salamanca y El Cubo del Vino.

Parece que los primeros pobladores de Aldeaseca de Armuña fueron los celtíberos y más tarde los romanos, siendo repoblada posteriormente por los moriscos, judíos, castellanos y gallegos.

En el siglo X el rey Ramiro II de León mando construir torres de defensa o castillos para defenderse de los moros, como el de Ribas en Cabrerizos y más tarde el Castillo, hoy desaparecido donde vivió la Princesa que fuera más tarde Reina de Castilla.

A principios del siglo XIII, Alfonso IX contrae matrimonio con Doña Berenguela, hija de Alfonso VIII de Castilla, en el que se unirían las coronas de León y Castilla, para conseguir la paz tras las incesantes luchas que existían entre los dos reinos, de este matrimonio nacería Fernando III el Santo.

La mayor parte de Aldeaseca de Armuña estuvo bajo influencia de la Iglesia Catedral de Salamanca, señalando además que fue lugar habitual de veraneo de curas y frailes. Con la desamortización de Mendizábal prácticamente todos los terrenos fueron repartidos entre los habitantes del lugar.

A mediados del siglo pasado (siglo XIX), Aldeaseca de Armuña era un municipio independiente. Actualmente es una pedanía de Villares de la Reina.
El Camino nos lleva callejeando por el pueblo hasta la iglesia de la Santa Cruz.

La Iglesia de la "Santa Cruz", es un edificio de una sola nave con capilla mozárabe y un coro o tribuna. Una obra clasicista de 1607. En el interior se distingue el retablo principal de finales del siglo XVII, donde realza el sagrario tallado en 1559 una obra de Martín de la Haya.

Rodeamos el templo y continuamos hasta llegar a un túnel bajo la autovía. El camino se aleja algo más de la N-630 y vira rumbo noroeste en busca de un cómodo paso que nos permite cruzar el arroyo de la Encina (Km 9,7 de la etapa). Se salva sin mayor problema por un piso de cemento.


Comenzamos a familiarizarnos con las pistas de concentración parcelaria, largos tramos de tierra rodeados de campos de cultivo de cereales. Tras superar una instalaciones deportivas (km 11,5 de la etapa) la cercana localidad Castellanos de Villiquera aparece ante nosotros. Unos edificios con unos murales espectaculares nos dan la bienvenida a esta pequeña localidad del Camino.



Castellanos, alude a los colonos de origen castellano que durante la repoblación de la frontera más allá del río Duero (Extremadura) por parte de Ramiro II lo fundaran allá por el año 975; y Villiquera, que era otro pueblo más antiguo y medio despoblado en tiempos de la fundación de Castellanos de Villiquera, situado de uno a dos kilómetros más al sur.

Al parecer, Villiquera tiene su origen en la palabra latina villicus que representaba el nombre del funcionario o capataz romano encargado de la finca de un propietario.

También describían la heredad con que frecuentemente se premiaba a dicho funcionario por los servicios prestados durante la vida útil, como una especie de premio de jubilación. Villiquera, pues, aludiría a las tierras ganadas por un cierto villicus durante la última etapa del Imperio romano en esta zona fronteriza entre las provincias Lusitana y Tarraconense, en las cercanías de la gran finca de un gran terrateniente, seguramente junto al río Tormes, hacia el pueblo de Villamayor.

A los oriundos de castellanos de Villiquera se les llama "cucos" en alusión a los dos cucos que aparecen en el escudo situado tras el altar mayor de su iglesia, que se considera como el escudo del pueblo.

Seguimos las flechas que nos envían hasta la iglesia de San Juan Bautista (Km 12,2 de la etapa). La iglesia fue reconstruida en el siglo XVI, para su construcción se emplearon materiales de un templo anterior de origen medieval. En el pórtico meridional se reutilizó una columna románica con capitel decorado con crochet. También encontramos una dovela románica decorada con dos rosetas de cinco y seis pétalos empotrados en el muro de una dependencia situada al lado del pórtico.


Pasamos junto a su torre de la iglesia y continuamos por la calle Calzada, nombrada así por la calzada romana de La Plata que pasaba muy cerca de Villiquera, al oeste de la actual carretera N-630. 

La zona aledaña a Villiquera, al norte del Arroyo de La Encina, también llamado Arroyo de Villiquera, fue la concedida por Ramiro II a un grupo de castellanos de su ejército, así como sus familias. Para su emplazamiento buscaron un lugar topográficamente más elevado que el antiguo Villiquera para no tener problemas con las crecidas del Arroyo de la Encina y su pequeño afluente el Arroyo o Regato de Cedillos construyendo varias casas en la zona donde se encuentra hoy el actual cementerio; un promontorio elevado desde el que se divisa casi toda la comarca de La Armuña, la capital salmantina, en días claros se puede ver la sierra de Gata.

Dejado atrás la pequeña localidad tomamos una amplísima recta rodeada de campos de cereales, ponto en el horizonte comenzaremos a divisar la torre de la iglesia de Santa Elena de Calzada de Valdunciel. Continuamos entre fincas parcelarias sin desviarnos en ningún momento, así llegamos hasta nuestra tercera localidad de la jornada, Calzada de Valdunciel, localidad con varios albergues para peregrinos, el municipal y otro de iniciativa privada, La Casa del Molinero.



Entramos en la localidad por la calle del Carrascal que nos lleva hasta la Plaza de la Constitución, donde se observaremos una pista de frontón (Km 16,5 de la etapa)Las flechas nos llevan por detrás del frontón, dejando a la izquierda el edificio del ayuntamiento, continuamos por la calle Ruta de la Plata hasta el final, donde veremos a la derecha el ACVM (Aula Cultural de Usos Múltiples), al final de la calle nos toparemos con una hilera de grandes piedras cilíndricas, hoy a modo de escultura e identificadas como probables restos de miliarios de la Vía XXIV del Itinerario de Antonino.


Nos dirigimos a la iglesia que está frente a la plaza del Corrillo. Una hermosa iglesia, la de Santa Elena, del siglo XVI. Un templo de una sola nave con armadura simple de madera a dos aguas sobre grandes arcos transversales. El retablo del XVIII dentro de la tradición de Churriguera. 

Aún se conservan interesantes restos de lo que debió de su anterior iglesia, que sería románica del siglo XII o XIII. En el exterior se observa vestigios de muro en el flanco norte y acceso a la sacristía, así como unos grandes canes con figura humana que se asoman, como pétreos campaneros, al cuerpo alto de la torre. En el interior persisten dos columnas bajo la tribuna, con capiteles románicos de hojas.

Empotrada en uno de los arcos de la nave, se conserva asimismo una escultura de estilo gótico, probablemente del siglo XIII, que representa a un rey, con una cruz y globo en las manos. La figura aparece enmarcada en un doselete compuesto por un arco ojival sobre columnas coronado por torrecillas. Probablemente, la escultura fue trasladada de la iglesia antigua al realizarse la nueva obra en el siglo XIV.
Es de destacar asimismo la imagen del Cristo de la Piedad, de gran devoción en Calzada, el crucifijo probablemente del siglo XV-XVI, de tamaño natural.

Calzada conserva un monumento funerario romano, el pretil de la llamada Fuente Buena, en la salida hacia Valdunciel, no se encuentra en nuestro trazado, pero merece y mucho visitarlo. Se trata de una estela de granito con un interesante motivo tallado: una figura femenina yacente de medio cuerpo, con la mano derecha descansando bajo el pecho y la otra asida a un recipiente para libaciones, tal vez de hidromiel. Los extremos del epígrafe y del remate superior están cortados, probablemente para adaptar la estela a su función de brocal. Parece tratarse una estela bajo imperial, fechable entre el siglo II y el IV, y que tal vez sea indicio de la presencia en las proximidades de la vía de algún caserío romano o villa, o incluso de un pequeño núcleo rural ligado al camino. En cuanto a la fuente, pertenece a un tipo constructivo que debió de ser común desde la Edad Media, de sillares y bóveda.

Esta localidad está muy vinculada al Camino de la Plata desde tiempos inmemoriales. La antigua calzada romana cruzaba el pueblo por la mitad, coincidiendo en gran parte su recorrido con el de la calle de Santa Elena, en cuyo extremo del sur pervive el topónimo de la Cruz de Santiago, que hace referencia a una ermita antigua.

Calzada de Valdunciel es el típico pueblo de la meseta, situado a unos 800 metros sobre el nivel del mar, el clima se considera de montaña lo cual, unido a su posición geográfica, hace de Calzada de Valdunciel un lugar en el que se debe tener en cuenta las condiciones meteorológicas especialmente si se realiza en Camino durante los fríos inviernos.


Salimos de Calzada de Valdunciel cruzando el arroyo de la Vega, avanzamos un poco y nos encontramos con una pequeña ermita de reciente construcción, a nuestra izquierda, en un montículo un mirador ornitológico, pasamos junto a una pequeña laguna. Continuamos por una larga recta rodeado de campos de cultivo, pronto giramos a la derecha junto a un monolito de granito con un peregrino que nos desea buen camino. Continuamos por una larga recta que nos acerca a la carretera N-630 y la autovía. 



La nacional y la autovía a nuestra derecha, (km 19,5 de la etapa)con su compañía caminaremos unos 15 km sobre una pista con continuos toboganes. Tras unos dos kilómetros llegamos a un punto conflictivo, una zona inundable el Rivera de Cañedo, lo salva los de la carretera nacional y la autovía, si no hay agua continuaremos bajo ellos sin dificultad, pero si las aguas del arroyo han crecido nos imposibilitará el paso. Para solucionarlo tenemos que hacer caso a unas señales que nos indican un camino en caso de agua, este nos lleva hasta la carretera nacional por la que caminaremos unos 800 m, tras llegar a un desvío a la izquierda tomamos la carretera CV 115, a pocos metros enlazamos con el trazado del camino (Km 22,5 de la etapa)



Continuamos por la pista, este tramo será el más difícil de sobrellevar sobre todo mentalmente, el cansancio acumulado y un camino que parece no tener final serán la dura prueba de hoy. Nombraré varias referencias que nos ayudará a hacernos una idea de cuánto nos falta aún para llegar. Una de ellas está tras llegar a las instalaciones de la Prisión provincial, (Km 32,3 de la etapa), al otro lado de la autovía, en este punto tan solo nos quedan cuatro kilómetros para alcanzar nuestro deseado destino, la población de El Cubo del Vino.




Pasada la Prisión provincial el camino continúa con la misma monotonía, largas rectas sin más distracción que la carretera a nuestra derecha, tras dos kilómetros y medio más llegamos hasta la carretera N-630 (Km 34,8 de la etapa). Por ella caminaremos unos cuatrocientos metros, un camino a la izquierda nos lleva hasta la carretera que entra ya en la localidad de El Cubo del Vino.




Antes de entrar en la población podemos dirigirnos al albergue de peregrinos, lo encontraremos en un desvío a la derecha (Km 36 de la etapa), el albergue turístico Torre de Sabre está regentado por Berto, Loli su esposa nos prepara una ricas cenas

El final de la etapa lo tenemos junto a la iglesia (Km 36,5 final de la etapa), desde donde comenzaremos mañana.

El Cubo de la Tierra del Vino se presenta como primera población zamorana, revelando en su apellido la vocación de cultivo del territorio, destrozada en el siglo XIX por la plaga de la filoxera. Aún quedan algunas viñas en la zona, así como abundantes bodegas, que denotan un pasado vinícola más activo que el presente.

El nombre de El Cubo se cree que podría proceder de la existencia en otros tiempos de un cubo cuyo objetivo podría ser la defensa de esa zona estratégica por ser una vía de paso. Ubicado en plena Ruta de la Plata, pudo haber sido la Sabaria que citan las antiguas crónicas romanas.

El Cubo del Vino está a la misma distancia de Salamanca que de Zamora, alzado en la meseta, este pueblo se caracteriza por sus gentes acogedoras, y su capacidad para celebrar con alegría sus fiestas patronales. Los vecinos logran gracias a sus flores y balconadas trasmitir una imagen mimada de su pueblo. A las afueras se mantienen todavía algunas bodegas excavadas en la tierra, donde se elabora el vino familiar, manteniendo viva la tradición de encontrarse a su sombra en verano y en su interior en invierno para merendar.


Vía de la Plata / Etapa 19 - San Pedro de Rozados > Salamanca



En esta jornada caminamos por tierras charras hasta la hermosa ciudad ciudad universitaria de Salamanca. Un final de etapa espectacular tras un trayecto poco llamativo. Los cuatro primeros kilómetros transcurren por una cómoda pista hasta Morille.

De San Pedro de Rozados salimos por la Avenida de los Comuneros, tras cruzar la carretera de Pedrosillo de los Aires y continuamos por una cómoda pista de tierra.

Tras unos 4 kilómetros llegamos a Morille, primera localidad intermedia de la jornada y punto de unión con la variante de Pedrosillo de los Aires.



Entramos por la Calle Salas Pombo, que atraviesa todo el núcleo hasta llegar a una plaza donde se encuentra el ayuntamiento de la localidad, junto a él el Monumento de la Maestra, a escasos metros se encuentra el albergue de peregrinos municipal.







La fundación de Morille se encuadra dentro del proceso de repoblación emprendido en la Edad Media por los reyes de León, quedando integrado en el cuarto de Peña del Rey de la jurisdicción de Salamanca, dentro del Reino de León, denominándose entonces "Moriel"(1)

Pequeña localidad de la comarca del Campo de Salamanca. En la localidad se celebra en el mes de abril la Fiesta de Los Comuneros, un evento anual que celebra la rica historia y tradiciones de la región castellano-leonesa durante los días 20, 21 y 23 de abril.

A las afueras del pueblo podemos visitar el Cementerio del Arte, también conocido como Museo-Mausoleo. Surge en 2005 por iniciativa de los artistas Domingo Sánchez Blanco y el fallecido Javier Utray. Este no es un cementerio al uso, sus entierros son de obras de arte de vanguardia.

Continuamos por la Calle Mayor , tras dejar atrás la población salimos a una pista de tierra rodeada de de terreno de cultivo. El terreno es abierto llegando a una pequeña laguna a nuestra derecha. Varios toboganes nos esperan hasta llegar a la primera cancela de la etapa, a partir de aquí el paisaje cambia considerablemente, nos internamos por una dehesa poblada de abundantes encinas que sombrean la vereda. La temprana luz de la mañana marcaba una hermosa estampa entre las hojas de las encinas, dejando pasar los dorados rayos de sol.


Transcurrido un kilómetro aproximadamente entramos en un bosque de encinas llegamos a las casas de Anseos, continuamos entre dos muros de piedra hasta cruzar un pequeño arroyo, a unos 150 m. llegamos a un cruce donde tenemos que girar a la izquierda 90º, entrando por otra cancela. Continuamos atentos a las señales que por momentos parecen desaparecer pero la flecha amarilla siempre está ahí, acompañándonos en el camino, más adelante nos encontramos con alguna que otra portela más.



Continúa así un bonito tramo por una zona de carrascas y encinas, una de los últimas que podemos saborear porque en breve veremos en el horizonte la ciudad de Salamanca, dejamos atrás la dehesa por un camino que nos lleva hasta casas de Aldeanueva. A partir de este punto el camino transita por una una cómoda y ancha pista, unos tres kilómetros acompañados de campos de cereal.
El siguiente como referencia es el desvío a Miranda de Azán. La localidad está a unos 200 metros fuera del sendero a la derecha. La pequeña localidad tiene bares, por si es necesario hacer una parada para descansar. Poco después del cruce, superamos el Arroyo de la Fuente de la Porra. Nos quedan algo menos de 10 kilómetros hasta el final.




Pasados 3 kilómetros de Miranda de Azán, llegaremos a un cruce de caminos, a la izquierda nos lleva a Aldeatejada, de frente es el camino correcto y nos lleva en leve ascenso hasta el Teso de la Zorrera. En su punto más elevado, lo corona una gran cruz amarilla, desde el altozano ya podemos divisar con claridad Salamanca.
En un panel informativo nos informa de que estamos en un lugar histórico, esta zona fue el escenario en 1812 de la Batalla de Arapiles, en la que los ejércitos español, portugués y británico se enfrentaron a las tropas invasoras francesas durante la Guerra de la Independencia Española.




Un kilómetros después llegamos hasta la A-66, la superamos por debajo y poco después repetimos la operación con la SA-20.
Llegamos a una rotonda. la pasamos de frente y bajamos unas escaleras que nos da acceso a un parque junto al Arroyo Zurguén. Al final, daremos con otra glorieta con una estación de servicio. Continuamos por la derecha por la Carretera de Fregeneda hasta dar al fondo con el Puente Romano sobre el Río Tormes.

El primer estudio que los romanos llevaban a cabo tenía que ver con la bajada del río, para identificar aquel lugar donde el agua tuviera descanso y pasara con mayor reposo. 
Curiosamente los estudios actuales demuestran que éste es el punto de acceso a la ciudad donde más sencilla y menos costosa resultaría la construcción de un puente.

Este puente se construye en el año 89, en época del emperador Trajano. Los romanos eran verdaderos expertos en el corte de la piedra y en su colocación, pues se basaban en el peso de la misma, como si de un puzle se tratase. Esta técnica era conocida como a “soga y a tizón” y les permitía no tener que utilizar argamasa para su unión; ni siquiera en los arcos, que se sujetaban por su propio peso.

Para prolongar la vida de sus puentes los romanos construyeron tajamares, bases en que apoyan los pilares y que tienen forma de proa de barco. Con ellos conseguían frenar el efecto directo de la corriente de agua sobre el pilar, que de no haber sido mitigado habría sido devastador para la piedra a lo largo de los casi 2000 años desde que fue construido.

Los nueve arcos más próximos a la ciudad pertenecen a la época de Trajano, y los restantes se deben a la ampliación de l540 y a posteriores modificaciones. En el año 300 antes de Cristo, Roma había conquistado toda Hispania. Salamanca, conocida como Salmantica, era una de las principales ciudades de paso de la Ruta de la Plata, que unía Mérida con Astorga.




Al final del puente nos encontramos con la escultura del “berraco” ibérico -toro que hay a la entrada del puente-, que estuvo treinta años sumergida bajo las aguas del río Tormes. Esta escultura se rompió en tres pedazos pero sólo pudieron rescatarse dos partes, quedando sin cabeza. 
En 1954, año del centenario del Lazarillo de Tormes, fue devuelta a su lugar de origen, donde había estado desde tiempo inmemorial.
Aquí comenzó en 1454 la historia del personaje más popular de la picaresca española, Lázaro de Tormes.

Desde este mismo lugar podemos disfrutar de la Iglesia de Santiago, que se encuentra junto al Puente Romano en la zona extramuros, se construyó en el siglo XII, en ladrillo, según el estilo románico-mudéjar, para ser la parroquia de los mozárabes. Según la leyenda fue construida por un miembro de la Familia Maldonado como una promesa por salir con vida de un enfrentamiento con los moros de Córdoba.

Cruzamos el Paseo de San Gregorio y entramos el casco histórico de Salamanca.



El albergue de peregrinos está cercano a la catedral,  junto al jardín de Calixto y Melibea. Si hemos llegado temprano tendremos que esperar, no abren hasta las 15 h.




La historia de Salamanca tuvo su origen en una aldea asentada en  el cerro de San Vicente sobre el río Tormes. Esto sucedió hace unos 2.700 años, durante la Primera Edad del Hierro, y desde entonces el lugar fue testigo del paso de vacceos, vettones, romanos, visigodos y musulmanes. La repoblación medieval fue llevada a cabo por Raimundo de Borgoña, yerno del rey Alfonso VI, que sentó las bases de una ciudad que tras ocho siglos acumulando arte y sabiduría ha llegado a convertirse, gracias sobre todo a su carácter universitario, en una de las capitales con mayor tradición cultural y esplendor monumental de todo el continente europeo (2).

Desde mediados del siglo IV a C. ya se puede hablar de la antigua ciudad celtibérica de Salmantica. Protegido por una muralla de piedra, aún se conservan algunos fragmentos en varias calles  del casco antiguo, el castro presentaba una marcada estructura urbana y estaba dentro de la zona de influencia de dos singulares pueblos prerromanos: vacceos y vettones. Precisamente a estos últimos se les debe atribuir la autoría del Toro del Puente, escultura zoomorfa que ha acabado convertida en uno de los más conocidos de Salamanca (3).

Ciudad Romana

En el año 220 a.C., los casi cinco mil habitantes de la Salmantica prerromana asistieron al asalto protagonizado por el general cartaginés Aníbal Barca, acompañado por un exótico escuadrón  de cuarenta elefantes. Este acontecimiento, que supuso para la ciudad su entrada en la historia, fue  el anuncio de una no muy lejana conquista romana.

A partir de mediados del siglo I a C., los romanos convirtieron Salmantica en una poblada civitas y un estratégico enclave dentro del trazado de la Vía de la Plata.

Para facilitar el paso de esta calzada (que comunicaba Mérida y Astorga), los ingenieros romanos construyeron un largo puente, que aún hoy sigue salvando las aguas del Tormes. La ciudad, que pertenecía a la Lusitania, llegó a alcanzar la categoría de municipio (4).

Comenzamos nuestra visita a esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Un paseo por la Plaza Mayor y observar los detalles de sus medallones. Después nos acercamos a la Universidad, en la que se pueden visitar estancias únicas como la biblioteca antigua o los claustros (5).



Frente a la Casa de las Conchas, hoy biblioteca pública, encontramos la Universidad Pontificia y la iglesia de La Clerecía; desde las torres de La Clerecía podemos descubrir una panorámica espléndida de la ciudad. Esta zona está transitada por multitud de estudiantes que acuden a clases en alguna de las facultades del centro de la ciudad. Abundan los cafés y librerías. Una visita también merece el Palacio de Monterrey, es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura civil del renacimiento español y máximo exponente del Plateresco (6).


Continuamos el paseo con la visita a las catedrales. Después completamos esta visita con la subida a las Torres Medievales de la Catedral. Es uno de los lugares imprescindibles porque nos ofrecen vistas únicas de los templos y de la ciudad. En verano las visitas se pueden hacer también por la noche, "impresionantes" (7).




Huerto de Calixto y Melibea. El amor, la pasión, la vida y la muerte. La complejidad y la grandeza del alma humana y sus relaciones. El pozo, el paseo, el jardín, son imágenes para recitar a media voz, para el encuentro, los mensajes (8).




Referencias:
(1) - Mínguez, José María (Coord.) (1997). Historia de Salamanca. II Edad Media. Salamanca: Centro de Estudios Salmantinos. Pág. 322
(2)(3)(4)- Ayuntamiento de Salamanca - Historia - http://www.aytosalamanca.es/es/tuciudad/historia/
(5)(6)(7)(8) - Oficina de Turismo de Salamanca - https://salamanca.es/es/