Etapa 27. Asturianos - Requejo



Comenzamos la etapa con un buen desayuno, lo hacemos en "La Trucha", una vez cargados de energía. Salimos del pueblo cruzando el puente carretero, dejando el medieval a nuestra derecha. Continuamos por el escaso arcén de la carretera,  después de un kilómetro y antes de llegar a las indicaciones hacia Orense o Zamora, tenemos que ir mirando a nuestra izquierda, donde, allá abajo, observamos el río Castro.





Llegamos hasta una estaca naranja, y abajo un cartel de madera que dice: "Camino de Santiago. Bienvenidos al Ayuntamiento de Cobreros".
El camino baja hasta el río Castro avanzando paralelo al cauce, durante un buen trecho, un camino precioso. Se alternan tramos de piso cómodo con otros más molestos de cantos rodados. Un fácil tramo bien señalizado con tablillas que ejercen de guía. En este punto nos alcanzan los peregrinos que hacen el Camino a caballo.



Nos encontramos con alguna flecha pintada en postes eléctricos que nos llevan hasta una empresa con depósitos e instalaciones de una arenera, rodeados de alambrada.
Tras la fábrica se sale a la N-525 y caminamos por ella dejando atrás los puntos kilométricos 88 y 89. Entre este y el punto kilométrico 90 y a la altura del cruce a Santa Colomba salimos de la carretera por la izquierda para cruzar un arroyo. Pasamos por una zona de extracción de tierras, pronto llegamos a un refugio de pescadores. Avanzamos unos seiscientos metros junto al río girando noventa grados a la derecha por una senda trazada campo a través. La escasa señalización en este punto nos hacer desistir y buscamos la carretera nacional, situada sólo a unos cientos de metros a nuestra derecha, caminamos quinientos metros por el asfalto llegando punto kilométrico 91. Abandonamos el asfalto por la derecha siguiendo la dirección marcada por otra tablilla de madera. El desvío a la derecha, dejando el asfalto, está bien señalizado.  
Bonita senda por el bosque, que nos lleva cruzando un campo de futbol hasta la misma portada de la iglesia de Santiago de Terroso.


Terroso es una pedanía del municipio de Cobreros. Situado en el valle del río Castro.
El número de habitantes ha ido descendiendo de modo paulatino desde la mitad del siglo XX, llegando a los 31 censados en el año 2010.
Tradicionalmente los habitantes de este pueblo se han dedicado a la agricultura y ganadería. Desde mediados del siglo XX la mayor parte de la población joven comenzó a emigrar, preferentemente a Madrid, aunque también a Sevilla y al País Vasco.
La iglesia parroquial pertenece al Camino de Santiago y la comparte con San Martin de Terroso. En la iglesia destaca su sobresaliente espadaña triangular a la que se puede subir por una escalinata exterior de piedra, y el presbiterio, obra del siglo XVIII, con una larga ventana ornada con un jarrón de azucenas y un reloj de sol.




El pueblo lo atravesamos por la calle Cabecero, a continuación cruzamos el puente sobre la Autovía A-52, para continuar por un sendero en ligero ascenso adentrándonos en un bosque, las señales andan algo escasas en este punto, las que hay están pintadas en arboles pero algo desdibujadas. Cruzamos un arroyo (flecha en la piedra). Al salir del bosque volvemos a cruzar la autovía por otro paso elevado, que al final nos lleva a la carretera N-525, la cruzamos y entramos en Requejo.




Entramos en este hermoso pueblo, de antiquísimas calles, formadas por hileras de casas, dotadas de balconadas y escaleras pétreas, clarísima influencia de la arquitectura gallega. Dispone de todo tipo de servicios para el peregrino y, sus gentes, amabilísimas, están deseando interesarse por nuestra marcha y darnos consejos para aliviar el peso del viaje.
Localidad que se convirtió en un importante centro hostelero, ya que se encuentra situado unos kilómetros antes que los puertos de Padornelo y La Canda, pero como tantas otras localidades, la construcción de la autovía A-52 ha mermado sustancialmente sus fuentes de ingresos. Está ubicado al pie del puerto del Padornelo.

En la entrada al pueblo nos recibe un crucero y la ermita de la Virgen morena de Guadalupe, construcción barroca en cuya fachada figura la imagen de la Virgen de Guadalupe, la Virgen morena que ha servido de hermanamiento a poblaciones tan diferentes como Requejo y Rianxo (A Coruña). En el altar se conserva una reproducción de pequeño tamaño de la talla de la Virgen de Rianxo.

Frente a la iglesia de San Lorenzo se encontraban descansando los peregrinos que hacían el Camino a caballo, paramos un instante a saludarlos y marchamos a tomar un refrigerio a un bar que se encuentra frente a la iglesia.
La iglesia Parroquial de San Lorenzo está curiosamente situada en una posición más alta que la ermita y desde ella se domina de un vistazo toda la población. De la iglesia destaca demás del pórtico de entrada, su torre apuntada que flanquea a la espadaña de tres ojos.

En los alrededores de Requejo se encuentra el Bosque del Tejedelo, una masa forestal de 139 hectáreas. El bosque del Tejedelo o Teixedelo lo forman unos cien tejos de más mil años. Los más grandes tienen un perímetro de 8 metros y alcanzan los 13 metros de altura. Dispone también de un buen número de plantones jóvenes que garantizan la supervivencia de la especie. El Tejo es un árbol relevante para todas las civilizaciones europeas, símbolos de la muerte, de la vida, de la eternidad, presentes en Iglesias, cementerios y plazas. El tejo tiene la madera muy dura, con la posibilidad de romper las hachas. Se empleaba para la construcción de los ejes de los carros de las vacas, además de para cocinar y calentarse.







Cruzamos el pueblo hasta llegar al cementerio. En este punto encontramos dos flechas amarillas alternativas para subir hasta Padormelo, una que nos hace continuar de frente por un camino que sube y otra que nos indica que giremos a la derecha por la carretera que sube hasta la N-525. Las dos posibilidades difieren en que una escoge hacer la ascensión al puerto del Padornelo por camino y la otra por el piso de la nacional.

Nosotros caminaremos por la carretera nacional, es más monótona pero en cambio más suave y algo más corta, la larga etapa de ayer y sus casi 41 km nos aconseja no forzar hoy nuestras marcha.
Para salir a la N-525 desde el cementerio tomamos la flecha de la derecha, en unos cientos de metros llegamos hasta la N-525. La ascensión nos la tomamos con calma para no llegar asfixiados, nos queda cerca de siete kilómetros por duro asfalto, que abarca los puntos kilométricos 95 al 101. En este punto llegamos a un túnel, cruzamos los 435 m. de longitud, para dar por coronado el puerto del Padornelo (Km 19,8 de la etapa).






Pasado el túnel, en descenso y pisando el terreno de la considerada Alta Sanabria, salimos de la carretera para coger un carretil de cemento por el que entramos en Padornelo.

Pasamos junto a  la iglesia de Santa María de la Asunción, iglesia románica con espadaña y rodeada aún de su pequeño cementerio. Una enorme cruz de granito con inscripciones en lo que antaño debió de ser la frontera entre el Reino de Galicia y el de Castilla.

A lo largo del pueblo se pueden todavía apreciar muchas casas al estilo constructivo típico de la Alta Sanabria, con gruesos muros de granito y con pequeñas aberturas al exterior, vigas, suelos y corredores de madera y tejados pizarra. Apenas quedan ya tejados de paja pero sí se pueden apreciar en muchas casas las enormes lastras de piedra escalonadas en los extremos de los tejados que sujetaban esa paja.






Tras una pequeña visita salimos de nuevo a la nacional por la que dejamos atrás una gasolinera y un hostal. Después de kilómetro y medio prestamos atención para coger el desvío que señala a Hedroso y Lubián por la ZA-106 y seguimos ahora por esta carretera comarcal hasta llegar a la altura de un camino que sale a mano izquierda, y que cogemos para bajar serpenteando hasta Aciberos.





La ermita de Santa Ana, nos sale al encuentro, para darnos la bienvenida a la localidad. Pequeña edificación bajo la advocación de la Madre de la Virgen María.
Interesante la iglesia de Santa Marina, sencillo edificio, situado en una loma a la salida del pueblo. Compuesta de un pequeño pórtico de tres arcos y cubierta curva de cemento. En este templo, los espacios del atrio son utilizados como cementerio como es habitual en los pequeños pueblos de Galicia.
En el centro del pueblo hay una hermosa fuente, donde podemos saciar nuestra sed.




Salimos de Aciberos a través de un camino dotado de buena señalización, y que que ya existía como vía de comunicación entre ambas poblaciones desde mucho antes de que existieran las carreteras modernas y que nos resarcirá de los tramos de asfalto anteriores. 

Caminaremos entre maravillosos bosques de brezo y robles; pasamos por un puentecillo de piedra y un poco más allá, bajo la vía férrea. Tras pasar por otro bello puente, nos enfrentaremos a una pequeña subida, tras la cual accederemos a la población de Lubián.









El albergue de peregrinos está casi a la entrada del pueblo y se compone de dos plantas, un lugar bien acondicionado para la estancia de peregrinos.

A la llegada al albergue me llevé una grata sorpresa, después de muchas estabas vuelvo a encontrarme con mis compañeros de Camino, a los que no veía desde Montamarta.
Pensaba que no volvería a verlos, pero el Camino te regala tantas cosas..., entre ellas esta, el grato reencuentro con tus amigos de Camino.
A otros no he podido alcanzarlos, es el caso de Fernando, Jorge o Chema que aún van por delante, unos cuatro días de diferencia, no obstante me sigo comunicando por teléfono con ellos.

En el albergue me recibe en primer lugar Jürgen, mi amigo alemán, también estaba mi cariñosa y simpática amiga Annette, nunca pierde su gran sonrisa. En una mesa estaba la pareja de peregrinos polacos que conocí en Salamanca. Tristemente quedaron atrás sus compatriotas Andrea, Elizabeth y Robert a los que dejé en Asturianos.
Mis amigas madrileñas Laura y Raquel dos verdaderas maratonianas también estaban en el albergue, llenas de dulzura y alegría, las dos engalanaban por el camino sendas camisetas de la selección española de fútbol, no quiero pensar lo que armarían ayer cuando la selección consiguió la victoria en la final del Mundial de Fútbol, ...templaría la tierra!!.
En la planta superior del albergue conocí a una nueva pareja de peregrinos, estos alemanes, también se encontraba con ellos el peregrino inglés al que perdí rastro después de Tábara.

Después de los abrazos no había más remedio que perpetuar el ritual de lavado de ropa, cosa tediosa pero indudablemente necesaria.
Una buena ducha me dejó como nuevo alentando mis ganas de visitar el bonito pueblo de Lubián.







Mas tarde acordamos cenar juntos en Casa Irene, una casa rural situada junto al refugio de peregrinos.
Irene regenta este bonito establecimiento, hacia poco tiempo que había dejado Barcelona para volver a este pueblo que la vio nacer. Decidió alejarse de la selva de cemento buscando la paz y serenidad de estas tierras. Con mucho trabajo rehabilitó la vieja casa convirtiéndola en un acogedor lugar para el descanso y buen vivir.
Para aquellos peregrinos que quieran darse un suspiro y no dormir en literas, o cansados de los “conciertos” nocturnos, no hay mejor lugar en este pueblo, Irene te hará sentir como en casa.


Lubián siempre ha sido y sigue siendo "tierra de lobos". Las gentes del lugar tuvieron que inventar diversas trampas para evitar que estos acabaran con sus ganados. Una de ellas, El Cortello dos Lobos que se sitúa en lo alto del pueblo, se trata de una trampa de varios siglos de antigüedad consistente en un corral de forma circular hecho de piedra, de unos 30 metros de diámetro, la parte superior está a la misma altura que el suelo y la parte de abajo está a unos tres metros del suelo y metida hacia dentro de forma que los lobos no pudieran escapar. Para atraparlos había que poner una oveja enferma como reclamo que balaba durante la noche atrayéndolos hasta el Cortello. Los lobos saltaban a por ella, quedaban atrapados dentro del recinto y posteriormente eran capturados por los vecinos, que los encadenaban y paseaban vivos por el pueblo.





Todos los años se encadena el penúltimo fin de semana de agosto para organizar el "Día del Camino" y el "Día de la Bicicleta", una ruta un día para senderistas y otro para caminantes en las que participa gran parte del pueblo. También, el sábado anterior al "Día del Camino" se organiza el "Día do Cortello", una cena en el interior de la antigua trampa para lobos donde se degustan 100 kilos de cordero y donde vienen algunos cuenta cuentos que animan la velada con toda clase de historias.

En este pueblo el peregrino podrá encontrar todo tipo de servicios.




Uno de los lugares más singulares e interesante para la visita es la Iglesia Parroquial de San Mames. A la izquierda del camino y acompañada por un enorme tejo centenario, se encuentra la iglesia de San Mames, realizada según los cánones estilísticos del barroco tardío. La profunda portada de acceso queda flanqueada por cuatro pilastras rehundidas, formando, de este modo, el cuerpo central. La fachada presenta una hornacina que alberga la talla de San Mames, titular del templo. El campanario, decorado con balaustradas y acroteras, se cubre con cúpula.

Junto al río Tuela y a unos 3 kilómetros de Lubián se encuentra el Castro de As Muradellas. Poblado celta, el castro prerromano As Muradellas, declarado Bien de Interés Cultural, de la cultura de los marracos, con fosas, murallas y piedras hincadas.
Este castro cuenta con las defensas más importantes, en proporción a su tamaño, de los castros zamoranos: en primer lugar, dos fosos paralelos de 3 y 2 m. de anchura; después una muralla de grandes bloques graníticos, cuyos paramentos todavía subsisten parcialmente. Cuenta con un campo de piedras hincadas de una anchura de 10 m. y una longitud de 23 m. La muralla de este castro consta en algunos puntos de 4 m. de altura, aunque se encuentra en muy mal estado de conservación. Resulta sorprendente la desproporción entre el pequeño espacio defendido y la magnitud de las defensas. En este castro se han realizado diversas campañas de excavaciones que han puesto de manifiesto la existencia de dos viviendas de mampostería, de planta rectangular con esquinas redondeadas. Las cerámicas recuperadas apuntan cronológicamente hacia el siglo III a.C.

Próximo a Lubián, en el fondo del valle y al pie de la autovía A-52, se levanta el Santuario de la Tuiza, en los términos de Chanos y Lubián, el pueblo de los manantiales. Edificio religioso de estilo barroco construido en 1764 con los materiales de una antigua ermita de 1508. Acoge en su interior la talla de la Virgen de las Nieves, patrona de la Alta Sanabria. Este santuario era venerado por los segadores gallegos que a su regreso de Castilla, antes de atravesar el puerto de la Canda para regresar a sus hogares, ofrecían a la Virgen sus hoces en acción de gracias. En el año 1994 fue declarada Monumento Cultural por la Junta de Castilla y León.

Durante el recorrido de mañana podremos visitarlo ya que el Camino pasa junto a él.

El Camino Sanabrés se despide de Castilla y Zamora en esta localidad de la Alta Sanabria separada de Orense por la portilla de A Canda.