Con las primeras luces del día nos despedimos agradecidos de la acogida prestada por los hospitaleros voluntarios y la Comunidad Religiosa de los Esclavos de María y de los Pobres. Desgraciadamente uno de los pocos lugares de acogida cristiana en este Camino jacobeo.
La salida de hoy es fácil, junto al crucero situado junto a la entrada del recinto rogamos al Santo Apóstol que nos guíe y proteja en nuestro camino de hoy.
Salimos de la población haciendo caso a las indicaciones que nos marca la flecha amarilla. Tras pasar el polideportivo el asfalto da paso a una pista de tierra, en muy buen estado.
Por delante tenemos unos 8 kilómetros de soledad por un sendero que atraviesa un extenso campo de olivos que poco a poco va dando paso a un terreno adehesado. Si comenzamos antes del amanecer merece mucho la pena echar la vista atrás para disfrutar de un hermoso amanecer...
La Vía de la Plata extremeña nos ofrece una notable cantidad de elementos que dan fe de su ajada importancia. Tras casi 8 km cruzamos el río Ayuela por un coqueto puente de unos 36 m de longitud, algunos suelen conocerlo como el puente romano, pero en realidad su origen es medieval.
En el entorno se conservan interesantes elementos de interés etnográfico, como un lavadero, un pozo y un molino, que tanto abundaban en la zona.
Durante la época romana, cuando la Vía de la Plata estuvo en su apogeo, se construyó cerca de esta ubicación un puente para salvar el río. Los sillares del puente romano original han aparecido cerca de una zona cercana a la N-630. Apenas quedan restos de él, lo mismo que de la mansio Ad Sorores.
Con el transcurso de los siglos este camino y por lo tanto este vado caen en el olvido y en la ruina. No se recupera hasta la Baja Edad Media, cuando los caballeros de la Orden de Santiago construyen el puente actual para garantizar las comunicaciones en sus amplios dominios reconquistados.
Una vez cruzado el puente sobre el río Ayuela, (Km 7,8 de la etapa) las flechas amarillas nos indican desviarnos a la izquierda por la carretera. No sabemos el por qué, pero no alcanzamos a entender algunos criterios a la hora de señalizar el Camino. Nosotros sin dudarlo dos veces nos adentramos en la pintoresca villa de Casas de Don Antonio. Pienso que al camino venimos a sumar pasos y no a restarlos, algunos atajos que te evitan pasos no tienen sentido.
Esta pequeña y modesta población tiene un casco antiguo que ha sabido conservar un nutrido y variado conjunto de valores urbanísticos y patrimoniales que supera lo estrictamente local, teniendo especial protagonismo por haber sido la sede de una de las mansio más importantes de la época romana, en plena Vía de la Plata.
La Villa de Casas de Don Antonio está situada en la mansión de Ad Sorores, más concretamente en la dehesa de Santiago de Bencáliz, a 1500 metros al Norte de la población. Ad Sorores era la primera mansio de la vía XXIV del Itinerario Antonino, el primer asentamiento romano al Norte de Emérita, a unas 26 millas.
Las vías romanas importantes no las conocemos hasta que, en torno al 217 d. C, se redacte el Itinerario de Antonino (Itinerarium Provinciarum Antonini Augusti) al que podemos considerar como un libro de carreteras actuales. Tiene su origen en época de Antonino Pío y sufrió algunos cambios en época de Diocleciano. En él se indica el número de vías romanas importantes de Hispania, así como los lugares, mansiones, por los que pasaba y la distancia entre ellos.
La historia nos cuenta que el municipio actual fue fundado por la Orden de Santiago en los Cortijos o Casas de un caballero de nombre Antonio, de donde le quedó el nombre de Las Casas de Don Antonio, año 1290, reinando el señor don Sancho IV. Fue aldea de Montánchez. El rey Carlos III, le concedió el privilegio de Villa, un 24 de septiembre de 1769. (1)
La vida es tranquila en las calles de esta pequeña población, sus vecinos son especialmente amables, sus casas están construidas con los materiales característicos de la zona a base de mampostería de pizarra, aunque también podemos apreciar piedras de cantería y ladrillo, sobre todo, enmarcando las puertas y ventanas.
En su Plaza Mayor, se alza un artístico crucero de granito, de finales del s. XVI. Cruceros como este son una de las manifestaciones más genuinas de la arquitectura popular cacereña.
Camino de la iglesia, en la Plaza de España, frente al ayuntamiento hay un Rollo o Picota sobre tres escalones circulares, conocido en la población popularmente como “La Cruz de la Horca”, símbolo de la jurisdicción. Tristemente eran levantados en los villazgos y servían para los ajusticiamientos públicos.
Su iglesia está consagrada a Ntra. Sra. de la Asunción, una obra de finales del s. XV, su torre de principios del s. XVI. En su interior encontramos un interesante púlpito, varios retablos barrocos, un curioso cuadro en el coro que representa al obispo Pavón, una imagen del Apóstol Santiago a caballo y una meritoria imagen de la Virgen de la Asunción.
Tras un kilómetro y medio aproximadamente llegamos al arroyo Vendinar, si lleva agua se puede cruzar sin mayor dificultad sobre unos bloques de granito. Tras unos 700 metros llegamos al cruce que lleva a Aldea de Cano (Km. 14,8 de la etapa).
Aldea de Cano está a nuestra derecha, a unos 500 m. Quizás sea esta una buena ocasión para hacer una parada en el camino, el final de la etapa aún está lejana, a unos 11 km.
A la entrada de la población nos encontraremos con el albergue de peregrinos y un bar cercano, el bar-Restaurante Las Vegas.
Localidad con todos los servicios para el peregrino, albergue, bar-restaurante, farmacia, tiendas e incluso una casa rural para los más exigentes.
Merece la pena destacar su iglesia parroquial, la de San Martín de Tours, patrón del pueblo. Fue construida con mampostería y sillería a finales del siglo XV y principios del XVI. Su torre es de planta cuadrada con abundante decoración de bolas que nos marcan la procedencia portuguesa de sus canteros. En su interior hay varios retablos de estilo barroco y rococó, el más importante de ellos es el retablo mayor que data del siglo XVII y donde se ubica el Patrón.
Otros lugares de interés
El Convento de Angelita Llorens, la Ermita de la Virgen de los Remedios, la Casa del cura y el Ayuntamiento Palacio de los Excmos. Marqueses Martín Borrego, construido en el s. XVI.
Aldea de Cano, su Historia
Aldea de Cano, sus Fiestas
Aún nos queda un tramo de algo más de 6 km para lograr nuestro objetivo de hoy, la población de Valdesalor. En los duros meses de verano donde el calor aprieta a lo lindo, este tramo puede llegar a resultarnos especialmente duro, no encontraremos sombra alguna donde cobijarnos.
Algo más de trazado ondulado entre retamas y una larga bajada que nos lleva hasta el puente viejo que salva el río Salor, el de La Mocha (Km 24,7 de la etapa).
Aunque muchos se empeñan en considerarlo un puente romano, no lo es. Posiblemente lo que vemos se construyó sobre uno de esa época, ya que su emplazamiento corresponde con la vía XXIV del Itinerario de Antonino. Sólo se aprecia la traza romana en los sillares que seguramente se usaron para levantar las bóvedas apuntadas, pero poco más queda. Se considera, por lo tanto, que los cinco arcos centrales corresponden a una época bajomedieval, con una clara reminiscencia gótica, el resto de los arcos y estribos corresponden incluso a épocas posteriores, habiendo constancia de una gran rehabilitación en el año 1751. La plataforma está restaurada recientemente con cantos rodados y con un eje central de losetas de granito.
Una vez superado el puente gastamos nuestros últimos cartuchos en una larga recta que nos adentra en la población.
A la entrada de la localidad se encuentra el albergue municipal de peregrinos, situado frente al parque (Km. 25,7 de la etapa). Trescientos metros más adelante llegamos al final de la etapa de hoy (km 26), la Plaza de España donde se encuentra la iglesia y el ayuntamiento de la localidad.
Frente a la iglesia, en la calle Cristóbal Colón se encuentra el Hogar del Pensionista, donde tenemos que recoger la llave del albergue, inscribirnos y sellar la credencial.
Esta localidad debe su nombre al río Salor y a la hermosa vega que le pertenece. Está documentado su poblamiento en época romana gracias al tesoro datado en el año 81 a.C. posiblemente relacionado con las guerras sertorianas.
Es una localidad eminentemente agrícola, se sirve del aprovechamiento de los regadíos derivados del embalse de Salor, ubicado a 6´5 km del pueblo. A esta localidad llegaron 60 colonos procedentes de localidades situadas en un radio entre 30 y 40 km, que recibieron en cada caso 6 hectáreas de cultivo. Por lo tanto, el pueblo como tal tiene el interés que aporta un tipo de arquitectura de colonización, referencia de aquél “desarrollismo” del campo español en la segunda mitad del s. XX.
A pesar de no contar con un pasado lejano, por su término transcurre la Vía de la Plata, como también el cordel de merinas. En él se han encontrado varios miliarios reutilizados en las cuadras de la Finca del Trasquilón.
Los atractivos principales de esta localidad están en su puente romano-medieval, una ermita visigoda, un embalse como espacio natural y zona de baños, un refugio de pescadores, rutas senderistas, dos castillos, una casa palacio para uso hostelero y desde hace unos años se ha sumado su coqueto y cómodo albergue de peregrinos.
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Poblaciones con alojamientos
1 comentario:
Es una delicia leer la etapa XI, sevive "in situ " al ser contada con todo tipo de detalles historicos, y actuales para el peregrino. Esa coleccion de miliarios, que guardan tantos siglos de historia, curioso el miliario-correo. He disdfrutado mucho de su lectura, pues no dejo de aprender,es fantastico leerte, gracias Antonio
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