En la etapa de hoy caminaremos por interminables rectas entre campos plagados de viñedos. En época estival puede llegar a ser una etapa muy dura a consecuencia de las altas temperaturas, la escasez de sombra y carencia absoluta de fuentes de agua.
Si las temperaturas son muy altas aconsejamos no prolongar la jornada mucho más allá del medio día, de hacerlo podría convertirse en una temeridad. El mejor consejo es comenzar a caminar en compañía de las estrellas, un buen sombrero, protección solar y llevar agua en abundancia (mínimo 3 litros).
Antes de comenzar la jornada es conveniente tomar un buen desayuno o comprar algo de comida y agua para ir reponiendo fuerzas durante la jornada, en la etapa de hoy no encontraremos poblaciones intermedias. En la plaza de España hay una cafetería abierta desde tempranas horas de la mañana.
Partimos desde la iglesia de Ntra. Sra. del Valle, a la que encomendamos nuestro camino. Nos acompañan flechas amarillas desde la calle Santa Joaquina, que no lleva hasta la plaza Corazón de Jesús, tomamos la calle Calvario hasta la plaza de la iglesia de Ntra. Sra. de la Coronada.
Viramos por la calle San Ignacio, al final de esta y a la altura de la plaza de toros un cubo de granito con concha y flecha amarilla nos indica seguir una bifurcación por una pista asfaltada hasta una carretera comarcal. La cruzamos con precaución y continuamos por una pista de tierra en muy buen estado.
Etapas como esta no conlleva mucha dificultad, el perfil no es muy exigente, su monotonía puede abrir puertas a la meditación, fácilmente se puede caminar por ella, incluso con los ojos cerrados.
El trazado está bien señalizado con cubos de granito y flechas amarillas, solo hay que ir atentos al llegar a una bifurcación. En un principio caminamos entre campos de olivares y viñedos, pero poco a poco un mar de viñedos se hará el protagonista del paisaje.
Tras llegar a la primera bifurcación un mojón jacobeo nos indica tomar la pista de la izquierda, por ella entramos en el camino público de El Chaparral, de una longitud de 3,600 m. (Km 4,8 de la etapa).
Como dice un cartel "Recuerda, el Camino es de todos ¡Cuídalo! Lleva tus desechos contigo, no lo arrojes al camino por favor.
Llegamos hasta el arroyo del Bonhabal (Km 9,8 de la etapa), tras unos 260 m viramos a la derecha, en menos de un kilómetro aparecerá ante nosotros una larga e infinita recta que se fundirá con el horizonte, mucha paciencia, por ella caminaremos unos 13 km. Un tramo largo y monótono, un buen momento para poner en orden nuestros pensamientos, disfruta, respira profundo a buen paso a ritmo de bordón.
Tras 14 km de etapa sin quitar nuestra mirada del horizonte llegamos a la carretera BA-013 (Camino de los Molinos) camino que pueden tomar aquellos que quieran finalizar su jornada en Almendralejo.
Si el sol nos ha castigado demasiado y nos quedamos sin fuerzas, esta es una buena opción a tener en cuenta. Desde este punto Almendralejo tan solo está a 4 km, eso si, no tiene albergue, pero sí suficiente oferta hotelera.
Junto a la carretera nos encontramos con un monolito que detalla el recorrido y un cubo que nos muestra el camino a seguir hacia Torremejía.
A unos 2,6 km de la bifurcación anterior llegamos hasta la carretera EX-212, camino de vuelta de Almendralejo (Km. 16,7 de la etapa).
La cruzamos y continuamos sin apenas distracciones.
Tras algo más de siete km (Km 24 de la etapa) abandonamos la pista por un camino que nace a nuestra la izquierda, pronto aparecerá ante nosotros nuestro final de etapa de hoy, Torremejía, situada bajo la sierra Grajera. En apenas 2 kilómetros llegamos hasta las vías del FF.CC., las salvaremos por un túnel, que también hace de cauce del arroyo, en época estival suele ir con poca agua (km 25,9 de la etapa). Pero en temporada de lluvias es otra cosa, a veces el arroyo viene crecido y hace difícil el paso. Si nos topamos con este problema es sencillo de solventar, tan solo tenemos que seguir el trazado de las vías del FF.CC. unos 600 m, las cruzaremos por un puente que nos lleva hasta las puertas de la localidad. (ver mapa de la etapa).
Si el paso bajo las vías se ha superado sin dificultad continuamos por un camino que nos lleva hasta las primeras casas de la población. En Torremejía entramos por la calle Calzada Romana, en apenas 200 m viramos a la izquierda por calle García Lorca, al final de esta llegamos a la Av. de Extremadura (carretera N-360) la cruzamos y continuamos por la calle Miguel Hernández, en menos de 100 m volvemos a girar, esta vez a la derecha por calle Badajoz que nos lleva a la Calle Grande, a la izquierda encontraremos nuestro final de etapa, la iglesia de la localidad, la parroquial de Ntra. Sra. de La Concepción.
"La Vía de la Plata no pierde su importancia tras la caída del Imperio Romano, sino que, por el contrario, vuelve a recobrarla durante la Edad Media, sobre todo después de ser reconquistada a los árabes, a consecuencia de transformarse en aquellos momentos en una de las Rutas .Jacobeas, pues por ella transitaban gran parte de los peregrinos santiaguistas que, desde Andalucía Occidental y Extremadura, subían a visitar la tumba del Apóstol Santiago, en Compostela.(1)
- Miguel Muñoz de San Pedro, conde de Canilleros, en su obra: Extremadura, tierra donde nacían los dioses (1).
En su escudo heráldico aparece una torre de plata en campo de azur, la torre sobre arena. Se cree que esta torre, denominada Torre de los Mojicones fue edificada por D. Diego García Torres y Mejía dando lugar al nombre del Término.
El origen de esta torre según D. Bernabé Moreno de Vargas - Regidor perpetuo de Mérida y su Comarca - fue la defensa de la Calzada Romana, constituyendo en aquella época una de las principales vías de comunicación, contra bandidos y maleantes que asolaban y desvalijaban a los caminantes, refugiándose después en las Sierras cercanas de Gragera, San Serván y La Moneda, llamada así porque allí estaba ubicada una fábrica de moneda de la época romana (2).
Es, por lo tanto, lógico pensar que en Torremejía existiría desde la época romana, junto a la torre, algún tipo de asentamiento hostería, posada o posta en donde los legionarios del Imperio, los viajeros y caminantes (y después también los peregrinos jacobeos) pararían para reponer sus desgastadas fuerzas.
Al igual que muchas de las poblaciones vecinas Torremejía tiene su origen en la repoblación que hicieron los reyes cristianos tras reconquistar estas tierras a los musulmanes.
Estos territorios fueron reconquistados liberándoles de la dominación musulmana por el rey Alfonso IX de León, en el año 1229 y después, según consta en los Anales Toledanos, se apoderó de las ciudades de Mérida, Badajoz, Elvas y Montánchez, entre otras. Posteriormente venció al caudillo moro Aben Hut, al otro lado del Guadiana, en el año de 1230. Ese mismo año murió el rey en Villanueva de Sarria, cuando se dirigía hacia Santiago de Compostela para visitar la tumba del Apóstol Santiago, con el fin de darle las gracias por sus nuevas conquistas. Su hijo, Fernando III el Santo, terminó la tarea reconquistadora de todas las tierras de la región extremeña.
Posteriormente Torremejía, perteneció a la Orden Militar de Santiago, provincia de León, como todo el territorio, de más de 9.000 kilómetros cuadrados de extensión, de la margen izquierda del Guadiana
La fundación de Torremejía fue por don Gonzalo Mejía, 21 Maestre de Santiago por los años 1370. (3)
Don Gonzalo Mejía fue Maestre de la Orden de Santiago entre los años de 1369 al 1371, terminando, por tanto, de construir la torre que lleva su nombre un año antes de que le sorprendiera la muerte.
2 comentarios:
Por lo que se cuenta etapa dura, buen consejo de abastecerse de agua, esas eternas pistas de kilometros y kilometros, que daran para todo, pensar, meditar, y grandes dosis de paciencia, gracias por la minuciosa informacion.
Es cicleable la vis de la plata?
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