El Camino, una experiencia vital



EL CAMINO DE SANTIAGO
Una experiencia vital

Una ruta de peregrinación que conduce al peregrino al santuario de un apóstol de la cristiandad, Santiago el Mayor.


Los orígenes

En una noche estrellada de hace mas de mil años (820 aprox.) un eremita de nombre Paio, localizó en el bosque sagrado de Libredón, un primitivo enterramiento, en el se encontraban las tumbas del apóstol Santiago el Mayor y sus discípulos Teodoro y Atanasio. En aquellos entonces reinaba en el cercano reino de Asturias el rey Alfonso II, que tras la buena nueva mandó edificar el "locus Sancti Iacobi”, el lugar sagrado para venerar sus restos. Una pequeña iglesia como piedra angular de la actual catedral y de la ciudad de Santiago.
Desde entonces las huellas de peregrinos de todo el mundo van haciendo camino, desde el norte, este y sur, todos buscando un mismo horizonte, el que guarda el sepulcro del Apóstol de la Cristiandad: Santiago el Mayor.

En la actualidad los motivos que llevan a una persona a sumergirse en esta extraordinaria experiencia no son tan solo los de la fe, va mucho más allá, tantos como peregrinos pisan el camino de Santiago.

El Camino que une Roncesvalles con Santiago de Compostela es el itinerario más frecuentado de las peregrinaciones jacobeas, es conocido como el Camino Francés. Pero no es el único, existen otros muchos Caminos en la Península Ibérica que también nos llevan a Santiago de Compostela. En el sur, desde Andalucía parten caminos de cada una de sus provincias, Caminos Mozárabes de Santiago todos ellos. El más transitado es el de la Plata, columna vertebral de todos los caminos mozárabes del sur peninsular.

La conocida como Vía de la Plata tiene su comienzo en Sevilla, el inicio de esta gran travesía cargada de historia, ciudad que espera siempre paciente a los peregrinos que comienzan en la Vía Augusta, el Camino Jacobeo mas al sur de Europa y que tiene su inicio en la ciudad de Cádiz.
Ya en tierra extremeñas el Camino de la Plata acoge en Zafra a los peregrinos que llegan desde el Camino del Sur provenientes de Huelva. Un poco más al norte, en la Emérita Augusta (Mérida) se van sumando los peregrinos del Camino Mozárabe, proveniente de Almería, Granada, Jaén, Málaga y Córdoba.

Ya en tierras de Castilla, la ciudad de Zamora concede al peregrino dos alternativas para continuar su Camino de Peregrinación a Santiago: continuar hacia el norte por la Vía de la Plata o tomar rumbo oeste y adentrarse en Portugal para enlazar con el Camino Sanabrés en Verín. A esta variante se le denomina Camino de la Plata Portugués o Camino de Bragança, una antigua ruta jacobea histórica que unía las poblaciones de Zamora con la de Verín y que se adentra en Portugal por tierras de Tras Os Montes hasta su capital, la ciudad amurallada de Bragança.




La Concha Peregrina

En la actualidad desde que damos nuestro primer paso todos colgamos de nuestra mochila una concha de vieira, pero en la antigüedad no fue así. En aquel entonces la concha era tan solo portada por aquellos peregrinos que ya habían finalizado su peregrinación a Santiago de Compostela y que ya estaban de regreso a su lugar de procedencia. Esta recibía el nombre de “Pecten Maximus” y simboliza la generosidad, una virtud que desde el momento en que había alcanzado el final del Camino, debería acompañarle el resto de sus días. La concha de venera (vieira) significa una mano abierta, que simboliza la generosidad. Esta virtud también se alcanza hoy en día, ya que quién ha vivido la experiencia de sentirse peregrino a Santiago de Compostela nunca vuelve a ser el mismo, el CAMINO les cambió para siempre.




La Flecha Amarilla

La encontrarás en los lugares más insospechados... pintadas con brocha gorda sobre mojones, muros de piedra, postes de luz, troncos de árboles, piedras, latas, puertas, fuentes, asfalto... una sencilla flecha amarilla que será tu más fiel compañera de camino y que buscarás cuando te encuentres desorientado, dubitativo o perdido.
Realizada con pintura barata de un modesto amarillo, sencilla como el mismo peregrino que las pinta, la única que se mantiene fiel a su cometido, ser la estrella que lleve al peregrino a su deseada Ítaca, Santiago de Compostela.

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Para ver la primera flecha amarilla pintada en el Camino hay que remontarse al siglo pasado, al año 1984, mucho antes de que el Camino de Santiago que hoy conocemos estuviese en boca de todos y se pusiese tan de moda.
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En aquellos años había un sacerdote en Galicia, el padre Elías Valiña Sampedro. En aquella época los peregrinos no eran muchos, pero a veces su hospedería en O Cebreiro se hacía pequeña, entonces acondicionaba algunas pallozas con paja por el suelo para poder alojar a más gente, en aquellos tiempos el peregrino rogaba al cielo por un refugio donde pasar la noche, cualquier chamizo era un buen lugar para su descanso.

Cuando Don Elías se hizo cargo de la parroquia de "O Cebreiro" inició las gestiones para conseguir la restauración de la iglesia, la hospedería y el poblado, en aquellos tiempos en peligro de extinción.
Los peregrinos que se sentaban junto a él en la mesa de la parroquia de O Cebreiro solían tener la misma queja: era demasiado fácil extraviarse en el Camino, haciéndoles perder a veces jornadas enteras. El cura de O Cebreiro, como le gustaba que le llamaran, se propuso solucionar este problema señalizando los senderos originales de las rutas jacobeas, entonces prácticamente olvidados.

A principios de la década de los ochenta comenzaban a llegar las carreteras a Galicia y el padre Elías le pidió ayuda a las empresas constructoras, estas le dejaron a un bajo precio restos de pintura amarilla sobrante de las obras de señalización. Tenía un firme propósito, acabar con los problemas de señalización del Camino de Santiago, cargó los botes en su viejo "dos caballos", y se dio a la tarea de marcar con flechas amarillas el Camino. Así recorrió incontables veces los 800 kilómetros que median entre Finisterre y los Pirineos, y luego también los caminos de Francia, y la gente podía verlo mientras acarreaba botes de pintura amarilla por la carretera, pintando flechas y sumando voluntarios a la causa.

Hoy en día parece que este generoso símbolo pintado con brocha por un peregrino es demasiado sencillo e insignificante para unas autoridades que solo conocen del Camino los ingresos que aportan los peregrinos a sus arcas municipales. Por lo que parece la sencillez de su factura no está a la altura de las expectativas de su reclamo turístico. Unos y otros han "engendrado" una señalética "mas adecuada", "mas acorde" a los gustos de sus clientes, los turistas de Camino.

Desde aquí reivindicamos como Patrimonio del Camino a nuestra flecha amarilla, un legado a preservar y que simboliza la sencillez y generosidad de nuestra naturaleza humana. Una que da sin esperar nada a cambio, que trabaja para los demás como vocación. Rechazamos la señalética institucionalizada que solo persigue conducir al peregrino a objetivos turísticos.
Peregrino, cuando una flecha amarilla te devuelva la sonrisa elévala hacia el cielo y grita bien fuerte.

¡¡¡Ultreia Cura de O Cebreiro !!!




La Credencial y la Compostela

La credencial es sólo para los peregrinos a pie, bicicleta o a caballo, que desean hacer la peregrinación con sentido cristiano, aunque sólo sea en actitud de búsqueda. La credencial tiene el objetivo de identificar al peregrino; por eso la institución que le presenta deberá ser una parroquia, cofradía, diócesis, asociación de Amigos del Camino de Santiago, o cualquier institución cristiana relacionada con la peregrinación. La credencial no genera derechos al peregrino. Tiene dos finalidades prácticas:

1) el acceso a los albergues que ofrece la hospitalidad cristiana del camino.

2) servir como certificación de paso para solicitar la “Compostela” en la Catedral de Santiago, que es la certificación de haber realizado la peregrinación.


La “Compostela” se concede sólo a quien hace la peregrinación con sentido cristiano: devotionis affectu, voti vel pietatis causa (motivada por la devoción, el voto o la piedad) Y además se concede sólo a quien hace la peregrinación hasta la llegar a la Tumba del Apóstol, realizando íntegramente, al menos los 100 últimos kilómetros a pie o a caballo, los últimos 200 Km en bicicleta o 100 millas náuticas y últimos Km a pie.

¿Cómo se utiliza?

La Credencial contiene casillas para ir sellando a lo largo de la ruta de peregrinación. Los sellos se consiguen normalmente en los lugares donde duermen los peregrinos, como los albergues, pero también se pueden obtener en parroquias, monasterios, catedrales, hostales, ayuntamientos y otros lugares.






Qué necesito llevar al Camino

En verdad pocas, para realizar esta experiencia vital como peregrino necesitas en realidad pocas cosas, comencemos por lo principal:


La Mochila

Utilizar mochilas cómodas, impermeables, ligeras que no superen los 8 kilos de peso en invierno y los 6 en verano, es fundamental para evitar posibles lesiones a la hora de realizar largas caminatas.

La sujeción de la mochila es muy importante para evitar tanto la acumulación del cansancio como la excesiva carga en la espalda y los hombros. Para aquellos que no estén muy acostumbrados a llevar una mochila a la espalda sería conveniente que atiendan al siguiente consejo:

Para que la mochila esté correctamente sujeta, primero aflojamos al máximo las cintas que se cuelgan a los hombros. Después desplazamos la cinta de la cintura a la altura del hueso de la cadera, teniendo en cuenta que una vez bien apretada nos sea posible tocar con los dedos el hueso por encima de la cinta. Apretamos fuerte esta cinta de la cadera y ajustamos las cintas de los hombros sin tensarlas, de tal forma que podamos poner sin dificultad los dedos entre estas cintas y el cuerpo. De esta forma conseguimos que la mayor parte del peso de la mochila se cargue directamente sobre las piernas, liberando considerablemente la espalda y los hombros.

A la hora de hacer nuestra mochila hay que ser muy metódico. Lo más indicado será ir colocando el material en la mochila separado de forma funcional con bolsas de plástico (que no hagan ruido para no molestar a los compañeros de albergue), colocar las más pesadas en la parte inferior, de este modo mejoraremos el punto de equilibrio. Nos resultará más cómodo disponer las cosas de tal forma que siempre tengamos a mano; así no será necesario descargar y cargar la mochila cada vez que queramos beber, hacer una fotografía etc.

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Recuerda siempre la regla de oro:
todo lo que llevas, pesa.
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- Un par de botas o zapatillas de trekking (según preferencias)
- Unas chanclas para la ducha (por razones de higiene)
- 2 Camisetas
- 2 Pantalones
- 2 Pares de calcetines.
- 2 Piezas de ropa interior
- 1 forro polar por si la noche es fresca.
- 1 Capa con mangas para la lluvia o chubasquero.
- Un gorro para protegerte del sol
- Una gafas polarizadas
- 1 Saco de dormir
- 1 Toalla para la ducha
- Artículos para la higiene (lo indispensable, en pequeño formato a poder ser)


Otros objetos necesarios

Un buen bordón o palos de trekking. No solo para que nos sirva de apoyo, es infalible en caso de necesidad, a veces nos encontramos con algunos animales poco amistosos.
Lo encontrarás en Asociaciones de Amigos del Camino y en algunas poblaciones que te saldrán al paso. En la Vía de la Plata, son muy apreciados los realizados en Baños de Montemayor. También está la opción, mi preferida, una buena rama caida de algún árbol, si tienes paciencia la encontrarás.


Otros objetos que son imprescindibles para el Camino de la Plata; un sombrero de ala ancha, una navaja multiusos, unos tapones para los oídos para evitar en lo posible los conciertos nocturnos de ronquidos y cómo no, la documentación necesaria (D.N.I., tarjeta sanitaria, tarjeta de crédito y por supuesto la credencial de peregrino). 
No es conveniente llevar demasiado dinero encima, lo aconsejable es lo necesario para varios días e ir reponiendo con la tarjeta bancaria cuando lo consideres necesario.


El botiquín

Solo lo imprescindible para primeros auxilios, en la mayoría de las localidades encontrarás una farmacia con lo que necesites si surge cualquier problema.

Pero si eres de los que le gustan "los por si acaso" te recomiendo lo imprescindible:

- Analgésicos: aspirina o paracetamol.
- Unas tijeras de colegial de punta redonda, pesan muy poco pero cortan muy bien.
- Aguja de coser e hilo para las ampollas.
- Gasas esterilizadas para la limpieza de heridas.
- Esparadrapo
- Un botecito de Yodo.
- Crema de protección solar
- Vaselina (para aliviar rozadura en nalgas o pies).


La higiene en el Camino

El neceser ha de incluir todo aquello que utilizas en su vida diaria, pero eso sí, reducido a la mínima expresión: los enseres propios de cada sexo, cepillo y pasta de dientes, una pastilla de jabón -para el aseo personal pero y también para lavar la ropa.


La alimentación

La mayoría de albergues cuentan con cocina y menaje. De todos modos encontrarás bares y restaurante en  la mayoría de poblaciones.

El agua es imprescindible. En el Camino de la Plata las fuentes brillan por su ausencia por lo que hay que ser precavido y llevar agua suficiente para cada jornada.
En época de calor extremo (verano) lo aconsejable es llevar contigo al menos unos tres litros de agua.
Mientras caminas procura beber a sorbos pequeños y de vez en cuando. La toma de alimentos ligeros y energéticos te ayudarán a prevenir posibles "pájaras".


Las primeras etapas

Los primeros días son los más delicados, y es normal padecer dolores musculares si no estás habituado a largas caminatas, especialmente en las piernas, espalda y hombros. No te desanimes, nuestro cuerpo pronto se irá adaptando al esfuerzo.

Realizar una sencilla tabla de estiramientos antes y después de la caminata.
Esta es la forma de minimizar riesgos de afecciones tanto en músculos, como en articulaciones, especialmente rodillas y caderas. Muchos no son conscientes de que van a someter a su cuerpo a una dura prueba diaria, especialmente los primeros días.
Estos ejercicios de calentamiento son muy aconsejables para aquellas personas que se lanzan al camino acostumbrados a una vida sedentaria.


El calzado

Unas botas de gore-tex resistentes al agua y al barro o bien unas botas ligeras de trekking. Aparte del calzado que se utiliza en el camino, conviene llevar unas zapatillas ligeras para usarlas una vez finalizada la etapa, es conveniente airear/refrescar nuestros pies. Unas chanclas, son necesarias para la ducha, estas nos evitarán posibles problemas de hongos, fáciles de coger en duchas comunitarias.

NO UTILIZAR NUNCA CALZADO NUEVO EN EL CAMINO.
Es muy importante que lleves un buen calzado y que este no sea para estrenarlo en el Camino. Si te decides por las botas y no sabes mucho sobre el tema te aconsejo que veas este enlace, te ayudará a elegir el adecuado.


Los Calcetines

Calcetines de materiales absorbentes y lo suficientemente altos como para protegerte de las posibles rozadura del calzado. Elige la talla adecuada, las arrugas y los movimientos de la tela pueden causar ampollas. Personalmente aconsejo unos calcetines técnicos para trekking o montaña, especializados para largas caminatas. Además de protección, ventilación, anti deslizamiento y reforzamientos en lugares específicos, son el mejor de los consejos para evitar las temidas ampollas.
Los podrás encontrar en tiendas especializadas de senderismo.


Las Ampollas

¿Por qué salen?
La aparición de ampollas en nuestros pies se debe a varios motivos, suelen aparecer causadas por el roce o la presión en la bota. El sudor suele ser el la cerilla que enciende la mecha, puesto que la piel se reblandece y es más fácil que se levante, resultado: ampolla al canto.

¿Cómo prevenirlas?
El mejor modo ya lo he citado, un buen calzado echo al pie y muy importante no llevar al camino los calcetines habituales de cualquier calzado, los adecuados son aquellos que están diseñados para largas caminatas. Invertir en unos buenos será vuestra mejor compra.

El mejor consejo para cuando hacemos caminatas muy largas en parar a descansar a mitad de camino (con media horita es suficiente). Se aconsejable descalzarse y masajear un poco los pies, al airearlos eliminaremos el exceso de humedad.

¿Cómo curarlas?
Si te aparece una ampolla demasiado molesta puedes hacer una pequeña incisión para drenar el líquido. Pero de ninguna manera retires la piel sobrante pues crearás una herida que podría infectarse.

Atravesar la ampolla con una aguja y el hilo.
Para ello tan solo tienes que calentar una aguja con un mechero e impregnarla de alcohol, a continuación la ensartas con un hilo y atraviesas la ampolla. La ampolla ha de queda con hilo en los dos extremos de la perforación, así producimos su drenaje Es importante que al hilo le eches Betadine al igual que a toda la zona tratada. MUY IMPORTANTE: NUNCA RETIRAR LA PIEL.

Una ampolla en el Camino puede llegar a ser muy dolorosa. Y si en vez de tratarla no le haces demasiado caso puede llegar a convertirse en una lesión muy seria.


El camino por asfalto

En alguna ocasión las flechas amarillas nos llevarán inevitablemente a caminar por asfalto, en la mayoría de los casos será por carreteras comarcales con casi apenas arcén, en estos casos hay que extremar las precauciones. Siempre que caminemos sobre el asfalto de una carretera es de obligado cumplimiento hacerlo por el arcén izquierdo, así veremos a los vehículos que se aproximan a nosotros.
Todos conocemos por desgracia casos de peregrinos atropellados por descuido de conductores imprudentes, el peregrino es especialmente vulnerables cuando camina por carretera; el cansancio influye en nuestros reflejos, sumado al peso de nuestra mochila hacen que nuestros movimientos sean más torpes en caso de necesitar una reacción rápida. Toda precaución es poca cuando caminemos por una carretera, hay que evitar cualquier tipo de distracción que pueda ponernos en peligro.
Caminar en grupo sobre el asfalto es una temeridad, en caso de ir en grupo hay que ir siempre en fila india.


Los albergues de Peregrinos

El Camino te ofrece diferentes opciones para descansar al final de tu dura jornada.
Las "joyas de la corona" son los albergues de hospitalidad tradicional, más conocidos como albergues de donativo. Estos son los herederos de aquellos antiguos hospitales de peregrinos de la edad media. Normalmente suelen estar atendidos por peregrinos y peregrinas voluntarias.
Estos albergues se mantienen gracias a la generosidad del peregrino, que deja su donativo para que otro futuro peregrino pueda seguir recibiendo la hospitalidad que él mismo ha recibido.
Normalmente en estos establecimientos suelen servirse desayunos y cenas comunitarias. Un momento precioso donde todos los peregrinos comparten alimentos en comunidad gracias a la generosidad del hospitalero y de aquellos que dejaron el día anterior su donativo. Por desgracia no todos los peregrinos que se alojan en estos albergues tienen la virtud de la generosidad, por lo que muchísimos albergues tradicionales ven como peligra la continuidad de su labor altruista.

El peregrino encontrará muchas otras alternativas de alojamiento de gestión privada, los más abundante son los albergues turísticos, pero también hay hostales y hoteles.



BUEN CAMINO

Oración a Santiago Apostol


Oración a Santiago Apóstol


Gloriosísimo Santiago el Mayor,
padre de infinitos mártires y santos,
aclamado por todos como Apóstol de la Paz,
a quien se le da enormemente las gracias
en todas las naciones, en cualquier parte y lugar,
que fuiste recompensado con un trono Celestial
por tu amor y obediencia al Señor,
¡ruega por nosotros!

Santiago gran defensor de la fe,
que dejando todo, familia y trabajo,
despreciando lo que el mundo te ofrecía,
a la primera llamada respondiste con un ¡sí!
y seguiste a Jesús incondicionalmente,
incluso antes de ser testigo de sus milagros,
que con tu predicación convertiste a tantos,
ya a muchos más ganaste para mayor gloria del Señor,
hoy te invoco con fe y confianza,
escucha mi súplica, dame tu ayuda y bendición.

Tú que saliste victorioso de la batalla que libraste
contra las legiones de demonios,
contra magos y hechiceros,
y contra todos los poderes de la oscuridad,
préstame tu brazo poderoso
y líbrame de toda envidia, de todo enemigo y mal.

Glorioso Santiago,
tú que das alivio y esperanza
a los que están lejos de su país,
que manifiestas tu poder
restableciendo rápido la salud de los enfermos,
que eres liberador de los que padecen
cualquier clase de esclavitud,
que eres defensor de los que injustamente son tratados
y eres consuelo de los afligidos y necesitados,
intercede ante Dios para que pueda obtener
lo que humildemente te solicito:

(Hacer la petición).

Santo Apóstol Santiago, ante ti me arrodillo
para pedirle protección para el peregrino
ante las adversidades del Camino.

Te ruego que extiendas tus manos
para que su sombra le proteja del sol abrasador.
Te ruego que seas su fuente de agua clara donde saciar su sed.
Su esperanza cuando se sientan perdidos o fatigados.
Su cordura en momentos de incertidumbre y desesperación.

Santo Apóstol Santiago, te ruego tomes de la mano a tus peregrinos, que dejaron su vida en tu sendero sagrado. Dales la Paz y tu infinita bondad en su nuevo Camino hacia la eternidad.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén

Rezar, pidiendo su gran ayuda al poderoso y bondadoso Santiago Apóstol, el Mayor, el Credo y la Salve.

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Buen Camino

BUEN CAMINO 2017



Buen Camino


"Cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con qué respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieto, en silencio y escucha a tú corazón... cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve..."


/ Susanna Tamaro

AMPOLLAS EN EL CAMINO



¡ ATENCIÓN AMPOLLAS !


Las ampollas y rozaduras en los pies suelen crear alarma entre los peregrinos. Su aparición puede convertir nuestro caminar en una auténtica tortura que minan la moral de cualquiera. Y no exagero. He visto peregrinos tremendamente desmotivados, y con la moral por los suelos por culpa de las ampollas.

Estas se producen por el constante rozamiento de la piel con los calcetines, y suelen aparecer habitualmente durante las primeras jornadas del Camino. Normalmente, se deben a calcetines inadecuados, o calzado nuevo. Para evitarlas tenemos que adquirir unos calcetines que eviten rozaduras y sobre todo no estrenar calzado en el Camino.

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Debemos tener una cosa clara,
los pies son el vehículo del peregrino,
si no los cuidamos seguramente
nos sacaran del Camino.
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El calzado para el Camino ha de ser fuerte pero flexible, y sobre todo darle un uso antes de comenzar el Camino.

Por muy buenas que sean unas botas, conviene comprarlas al menos un mes antes para ir acostumbrándolas al pie. De este modo, el pie se adapta a la bota y la bota se adapta al pie. Lo que no es recomendable es comprarlas esta tarde y mañana comenzar el Camino, porque es seguro que aparezcan roces y ampollas hasta que nuestros pies se adapten al calzado.

Como medida de precaución, suelo llevar conmigo unas sandalias de tracking, así, si las botas me causan algún daño o hace excesivo calor, mis pies agradecen la “libertad” de las sandalias que, si son de calidad, garantizan una suela adherente y un ajuste perfecto.


¿Cómo prevenir las ampollas?

No hay nada mejor que untarse los pies con vaselina antes de comenzar la caminata para que los pies se adhieran perfectamente al calcetín y no cause rozaduras. Ayuda a evitar roces, especialmente los días lluviosos, que son los más peligrosos.

Los calcetines deben adaptarse a la perfección al pie. Es importante que el tejido sea natural y permita la transpiración, ya que el exceso de calor en los pies es también la causa de la aparición de ampollas. En las tiendas de deporte venden unos calcetines antiampollas que van muy bien, sin costuras y que se adaptan de maravilla al pie.

Además, a la hora de colocarlo antes de comenzar la etapa es importante que se ajuste al pie y sus contornos, evitando que se creen arrugas que pueden ser el desencadenante de una ampolla al representar un punto de fricción del pie.

También es importante mantener una correcta hidratación de los pies. Un pie en perfectas condiciones apenas experimentará rozaduras, aunque existen una serie de trucos para evitar la fricción de los pies con las botas o zapatillas, se trata de poner vaselina en las partes en las que el roce es mayor, como puede ser la zona de los talones y los dedos, Es importante que de esta manera protejamos los pies y evitemos la aparición de las temidas ampollas.


¿Y si aparecen, cómo podemos combatirlas?

Si a pesar de todo empieza a rozar alguna zona, aún se puede evitar las ampollas

Si cuando caminamos tenemos alguna molestia en los pies, nos paramos, si alguna zona de roce empieza a está roja y escuece al rozarla, o incluso hay una pequeña ampolla, se puede cubrir con un trozo de esparadrapo (sin que haga pliegues) y seguir andando como si nada... con los días esa zona se irá haciendo dureza y no habrá riesgo de ampolla.
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"Cada maestrillo tiene su librillo"
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Pero la experiencia como peregrino me ha enseñado que una buena solución, nada agresiva, es poner los pies a remojo en agua tibia con un buen puñado de sal y un potente chorro de vinagre. Ayudan a desinfectar y cicatrizar las ampollas, además de servir de relajación para los pies, cansados tras la etapa diaria.

Quizás la solución más extendida entre peregrinos y que sirve para reducir el tiempo que tarda en desaparecer la ampolla, consiste en una vez finalizada la etapa y ya en el albergue, lavamos la zona y atravesamos la ampolla con una aguja desinfectada con hilo, drenamos completamente el líquido interior y acto seguido la secamos con alcohol y aplicamos abundante Betadine. A continuación, se corta el hilo dejando unos milímetros y se deja secar sin cubrir. Lo aconsejable es que durante la tarde dejemos al descubierto los pies

A la mañana siguiente, y antes de empezar la etapa, protegemos bien la ampolla para evitar rozaduras. Es muy importante que no arranquemos la piel muerta de la ampolla, esta nos protege de infecciones.

También es imprescindible hacer las curas cada día, tras el periodo de unos días la ampolla acabará y el hilo caerá por sí solo.

Buen Camino

La concha peregrina



LA CONCHA PEREGRINA
Una mano abierta al mundo


El aspecto del peregrino ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, desde la larga capucha, con una bolsa de piel sin ataduras, sandalias, bordón y calabaza, a atuendos deportivos donde los materiales sintéticos son los predominantes. La peregrinación a Santiago de Compostela ha cambiado mucho desde entonces, algunos defienden que ha progresado, otros que ha sucumbido a las exigencias de una sociedad cada vez más alejada de los valores cristianos y sus tradiciones.

Sea cual sea el sentido que se le quiera dar a la evolución de la Peregrinación a Santiago de Compostela, esta sin lugar a duda está más viva que nunca, los caminos son frecuentados por cientos de miles de almas peregrinas cada año.

Naturalmente la motivación que empuja a muchas personas al Camino de Santiago no es únicamente religiosos o espirituales, las hay de todo tipo, deportivos, culturales, una forma de descubrimiento interior o simple y llanamente, por turismo, pero en el fondo pienso que todas ellas cumplen un mismo objetivo, LA BÚSQUEDA de la FELICIDAD.

Pero todo esto no es nuevo, no es algo surgido de una tendencia, de una "moda", en la Edad Media también era muy recorrido, como ahora no todos lo hacían motivados por sus sentimientos piadosos y amor hacia Dios, también por otros motivos. La mayoría hacían el camino por una promesa en un momento de desesperación o enfermedad, muchos otros al igual que ahora con la esperanza de superar una vida que no les gustaba. Tampoco faltaban los que saltaban al Camino para huir de algo, o aquellos aventureros ansiosos por conocer nuevas gentes y lejanos horizontes. Otros, los peores sin embargo no iban motu proprio, sino obligados. Si, obligados por una pena o castigo judicial.
 



En la actualidad, todos utilizamos la concha de vieira en nuestro camino, la colgamos de nuestras mochilas desde el primer día, pero en la antigüedad no fue así. En aquel entonces la concha era tan solo portada por aquellos peregrinos que ya habían finalizado su peregrinación a Santiago de Compostela y que ya estaban de regreso a su lugar de procedencia.

Esta recibía el nombre de “Pecten Maximus” y simboliza la generosidad, una virtud que desde el momento en que había alcanzado el final del Camino, debería acompañarle el resto de sus días. En la concha de venera (vieira), se quiere ver una mano abierta, que simboliza la generosidad. Esta virtud también se alcanza hoy en día, ya que quién ha vivido la experiencia de ser peregrino a Santiago de Compostela nunca vuelve a ser el mismo, el CAMINO les cambió para siempre.

En aquel entonces fue tal la relevancia de esta concha en la peregrinación que hasta el mismo molusco terminó llamándose "vieira" por el razonable parecido entre la palabra venera y “vieiro” que significa camino en gallego.

Hay que remontarse hasta el «Códice Calixtino» la primera "guía" para peregrinos, donde se registra el significado de las conchas de vieira y por qué los peregrinos las llevaban en sus capas para mayor gloria del apóstol.


"Por lo mismo que los peregrinos que vienen de Jerusalén traen las palmas, así los que regresan del santuario de Santiago traen las conchas.

Pues bien, la palma significa el triunfo, la concha significa las obras buenas. Pues hay unos mariscos en el mar próximo a Santiago, a los que el vulgo llama vieiras, que tienen dos corazas, una por cada lado, entre las cuales, como entre dos tejuelas, se oculta un molusco parecido a una ostra. Tales conchas están labradas como los dedos de la mano y las llaman los provenzales nidulas y los franceses crusillas, y al regresar los peregrinos del santuario de Santiago las prenden en las capas para gloria del Apóstol, y en recuerdo de él y señal de tan largo viaje, las traen a su morada con gran regocijo. La especie de corazas con que el marisco se defiende, significan los dos preceptos de la caridad, con que quien debidamente los lleva debe defenderse, esto es: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo.

Se cuenta que siempre que la melodía de la caracola de Santiago, que suelen llevar consigo los peregrinos, resuena en los oídos de las gentes, se aumenta en ellas la devoción de la fe, se rechazan lejos todas las insidias del enemigo; el fragor de las granizadas, la agitación de las borrascas, el ímpetu de las tempestades se suaviza en truenos de fiesta; los soplos de los vientos se contienen saludable y moderadamente; las fuerzas del aire se abaten."

Moralejo, S., C. Torres, y J. Feo. Liber Sancti Jacobi; Codex Calixtinus. Santiago de Compostela, 1951. Pp. 205-206 and???


Buen Camino

LORCA Y EL CAMINO



Santiago Balada ingenua


Esta noche ha pasado Santiago
su camino de luz en el cielo.
Lo comentan los niños jugando
con el agua de un cauce sereno.

¿Dónde va el peregrino celeste
por el claro infinito sendero?
Va la aurora que brilla en el fondo
en caballo blanco como el hielo.

¡Niños chicos, cantad en el prado
horadando con risas en el viento!

Dice un hombre que ha visto a Santiago
en tropel con doscientos guerreros;
iban todos cubiertos de luces,
con guirnaldas de verde luceros,
y el caballo que monta Santiago
era un astro de brillos intensos.
Dice el hombre que cuenta la historia
que en la noche dormida se oyeron
tremolar plateado de alas
que en sus ondas llevose el silencio.

¿Qué sería que el río paróse?
Eran ángeles los caballeros.

¡Niños chicos, cantad en el prado!
horadando con risas al viento.

Es la noche de luna menguante.
¡Escuchad! ¿Qué se siente en el cielo,
que los grillos refuerzan sus cuerdas
y dan voces los perros vegueros?

Madre abuela, ¡cual es el camino.
madre abuela, que yo no lo veo!

Mira bien y veras una cinta
de polvillo harinoso y espeso,
un borrón que parece de plata
o de nácar.
¿Lo ves?
Ya lo veo.

-Madre abuela. ¿Dónde está Santiago?
-Por allí marcha con su cortejo,
la cabeza llena de plumajes
y de perlas muy finas el cuerpo,
con la luna rendida a sus plantas,
con el sol escondido en el pecho.

Esta noche en la vega se encuentran
los relatos brumosos del cuento.

¡Niños chicos, cantad en el prado,
horadando con risas el viento.

Una vieja que vive muy pobre
en la parte más alta del pueblo,
que posee una rueca inservible,
una Virgen y dos gatos negros,
mientras hace la ruda calceta
con sus secos y templones dedos,
rodeada de buenas comadres
y de sucios chiquillos traviesos.,
en la paz de la noche tranquila,
con las sierras perdidas en negro,
va contando con ritmos tardíos
la visión que ella tuvo en sus tiempos.

Ella vio en una noche lejana
como esta, sin ruidos ni vientos,
el apóstol Santiago en persona,
peregrino en la tierra del cielo.

-Y comadre, ¿Cómo iba vestido?
-le preguntan dos voces a un tiempo.

Con el bordón de esmeraldas y perlas
y una túnica de terciopelo.

Cuando hubo pasado la puerta,
mis palomas sus alas tendieron,
y mi perro, que estaba dormido,
fue tras él sus pisadas lamiendo.
Era dulce el Apóstol divino,
más aún que la luna en enero.
A su paso dejó por la senda
un olor de azucena y de incienso.

-Y comadre, ¿no le dijo nada?
-la preguntan dos veces a un tiempo.
-Al pasar me miró sonriente
y una estrella dejóme aquí dentro.

-¿Dónde tienes guardada esa estrella?
-la pregunta un chiquillo travieso.

-¿Se ha apagado. -dijéronle otros-
como cosa de un encantamiento?.

-No, hijos míos, la estrella relumbra,
que en el alma clavada la llevo.

-¿Cómo son las estrellas aquí?
Hijo mío, igual que en el cielo.

-Siga, siga la vieja comadre.
¿Dónde iba el glorioso viajero?

-Se perdió por aquellas montañas
con mis blancas palomas y el perro.
Pero llena dejome la casa
de rosales y de jazmineros,
y las uvas verdes en la parra
maduraron, y mi troje lleno
encontré la siguiente mañana.
Todo obra del Apóstol bueno.

-¡Grande suerte que tuvo, comadre!
-sermonean dos voces a un tiempo.

Los chiquillos están ya dormidos
y los campos en hondo silencio.

¡Niños chicos, pensad en Santiago
por los turbios caminos del sueño!.

¡Noche clara, finales de julio!
¡Ha pasado Santiago en el cielo!

La tristeza que tiene mi alma,
por el blanco camino la dejo,
para ver si la encuentran los niños
y en el agua la vayan hundiendo,
para ver si en la noche estrellada
a muy lejos la llevan los vientos.


 / Federico García Lorca (1918)