La Batalla de Clavijo
Santiago Matamoros
La Batalla de Clavijo
El Camino, una experiencia vital
Orígenes bajo las estrellas
Hace más de mil años, bajo un cielo estrellado, el eremita Paio descubrió un enterramiento en el bosque sagrado de Libredón. Allí descansaban Santiago el Mayor y sus discípulos Teodoro y Atanasio.
El rey Alfonso II de Asturias ordenó erigir una pequeña iglesia en el lugar: el Locus Sancti Iacobi. Fue la piedra angular de lo que hoy es la catedral y la ciudad de Santiago de Compostela.
Desde entonces, los caminos se llenaron de huellas que llegan desde todos los puntos del horizonte, con un único destino: Santiago.
Quien ha llegado a Santiago, ha sido tocado por algo que le cambia.
Y lo que se transforma, nunca vuelve a ser lo mismo.
La más fiel compañera del peregrino no tiene GPS ni mapa. Es una flecha pintada a brocha gorda, a veces sobre piedras, muros o árboles. Nació de la mano del padre Elías Valiña, el cura de O Cebreiro.
Con su viejo “dos caballos” y restos de pintura de carreteras, recorrió el Camino marcando con humildes señales el sendero hacia Santiago. Su gesto, sencillo y silencioso, salvó el Camino del olvido.
Hoy esa flecha es más que un símbolo: es un acto de amor.
Si alguna vez una flecha te devuelve la sonrisa, elévala al cielo y grita con gratitud: ¡Ultreia!
La credencial es el pasaporte del alma del peregrino. No da derechos, solo abre puertas.
Te identificará como peregrino ante los albergues y te permitirá solicitar la Compostela, el certificado que acredita tu peregrinación. Solo se concede a quienes han hecho el Camino con sentido cristiano:
devotionis affectu, voti vel pietatis causa.
Sellar tu credencial en cada etapa es como sembrar memoria en tu paso.
El Camino no se hace con peso, sino con ligereza.
Mochila
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Impermeable, ligera y bien ajustada. 6-8 kg máximo.
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Distribuye el peso: objetos pesados abajo y cosas útiles a mano.
Lo esencial despendiendo de la estación del año
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Ropa: 2 camisetas, 2 pantalones, 2 mudas, 1 forro polar, chubasquero.
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Botas cómodas y usadas, chanclas, saco de dormir.
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Gorro, gafas, toalla, artículos de higiene en formato pequeño.
Otros objetos
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Bordón. Si lo encuentras en el camino, mejor.
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Navaja, tapones para oídos, documentación, tarjeta sanitaria y bancaria.
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Un buen sombrero. En la Vía de la Plata, el sol no perdona.
Botiquín básico
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Analgésicos, gasas, aguja e hilo, Betadine, vaselina, protector solar.
Aliméntate con productos ligeros, energéticos y locales. Muchos albergues tienen cocina comunitaria.
Cuando las flechas te lleven al asfalto: Camina siempre por la izquierda. Si vas en grupo, en fila india evitando distracciones. El asfalto es el único tramo donde el Camino puede no perdonar.



