Albergue Triana - Blackpackers
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- Distancia hasta el próximo albergue -
- Distancia hasta el próximo albergue -
Bienaventurado eres, peregrino,
sí descubres que el Camino te abre los ojos a lo que no se ve.
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Bienaventurado eres, peregrino,
sí a lo largo del camino has encontrado compañía, otros que han decidido caminar contigo hasta el fin.
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Bienaventurado eres, peregrino,
sí en el camino has recorrido la senda del silencio y la soledad y en ellas te has encontrado a ti mismo y a Dios.
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Bienaventurado eres, peregrino,
sí en el camino has cargado con otra herida que no es la tuya, con otro peso que no es el tuyo, con otra vida de que el camino te ha hecho responsable, ayudando a otro peregrino.
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Bienaventurado eres, peregrino,
si has dado un paso atrás para ayudar a otros, si has esperado al que se retrasa, si has animado al abatido.
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Bienaventurado eres, peregrino,
sí en el Camino buscas la Verdad y la Vida y la encuentras en Jesucristo y en su Evangelio.
Bienaventurado eres, peregrino,
si el corazón se llena de gratitud ante el don que recibes de continuo.
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Bienaventurado eres, peregrino,
si el camino te ha hecho paciente y humilde contigo mismo y con los demás.
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Bienaventurado eres, peregrino,
si has hecho el camino de la Paz con todo hombre que has encontrado y has dejado tras de ti un signo de la Bondad.
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Bienaventurado eres, peregrino,
si el camino te ha mostrado la paradoja de la vida, la noche y el día, la lluvia y el sol, la tristeza y la alegría, y todo lo has acogido convirtiéndolo en ofrenda de vida.
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Bienaventurado eres, peregrino,
si el camino te ha dado a comprender que se llega al gozo de la meta a través de la senda interior de la renuncia.
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Bienaventurado eres, peregrino,
si has recibido por serlo un desprecio y has respondido con una bendición.
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Bienaventurado eres, peregrino,
si el camino te ha enseñado que empieza cuando se acaba...
El Peregrino del siglo XXI viaja desde su presente hasta un pasado remoto, visionado a través de esta ruta milenaria el sentir de los pasos de los peregrinos de antaño.
El origen de este Camino se remonta en los tiempos, su origen exacto es incierto, sirvió como vía primordial de comunicaciones durante la época romana. Desde los tiempos de la Reconquista hasta la actualidad sirve también como camino de peregrinación a Santiago de Compostela desde el sur del país.
El peregrino recorre una ruta que la historia ha convertido en punto de encuentro de civilizaciones, culturas y estilos artísticos. Este Camino cultural profundamente Jacobeo tiene un sello especial, el del Peregrino Mozárabe, un peregrino que acuciaba alcanzar el norte, Santiago. Los mozárabes, cristianos del sur, subían por la antigua calzada romana en demanda de amparo y de socorro, disfrazados como podían, sin vieira u otro símbolo que los delatara a sus opresores árabes. Santiago fue su ayuda celestial, su santo adalid, su libertador.
Los mozárabes, era casi toda la población cristiana bajo dominio árabe. Los que no se doblegaban al islam y renegaban de su fe, eran humillados, confiscados sus bienes, dejándolos en la más extrema pobreza.
Los templos cristianos fueron destruidos o trocados en mezquitas, sin poder abrir otros nuevos, prohibiendo la práctica de su religión. Una de dos, o el islam o el Census capitis (esclavitud). A los que no se sometieron por la fuerza, pena de muerte para los hombres, y cautiverio para las mujeres y niños, pasando sus tierras a los conquistadores. En casos más extremos, el martirio. Entre los más renombrados el de San Eulogio de Córdoba (780-859), alma de los mozárabes cordobeses, que cae bajo la cimitarra mahometana, como Santa Lucrecia, Pablo, Luís y Cristóbal, tres parientes asimismo mártires, degollados en Córdoba.
Privados de libertad personal y religiosa, los mozárabes que podían huían a tierra de cristianos. Casi cien años llevaban sufriendo tal esclavitud cuando una estrella anunció la ESPERANZA.
Esta aparecía en el cielo de Compostela en el año 813, se anuncia el hallazgo del sepulcro del apóstol Santiago el mayor, amigo del Señor.
Como algo ya aguardado, los mozárabes cristianos del sur pronto siguen camino a Compostela, los primeros en acudir.
Él no fue perseguidor de enemigos, sino libertador de sus fieles. Achacarle la crueldad o venganza es un buenismo farisaico, ficticio y tendenciosos, solamente usado con el victimario, olvidándose de las víctimas. Buenismo en alas de un puritanismo sospechoso: indulgentes y compasivos con los cautivos de Córdoba que San Fernando obliga a devolver las campanas a Santiago, y rigurosos con los pobres cautivos, esclavizados, a los que Almanzor obligara más de 230 años antes, a cargar después del saqueo y destrucción de Compostela.
La Reconquista comienza enseguida, apenas dos años después de haber completado la ocupación árabe.
En el año 718 -siete después de la entrada de los árabes- se alza en los Montes de Asturias Don Pelayo, que, seguido de Alfonso I, liberan en poco más de veinte años, todo el noroeste, alargando la frontera hasta el Duero. Memorables y terribles fueron las intrusiones del sanguinario Almanzor, es vísperas del Milenio.
- Alfonso I (739-757), domina de Galicia a Bilbao.
- Alfonso III el Magno (866-910), toma Oporto y Coímbra, con la ayuda de Hermenegildo y Gutierre, abuelo y padre de San Rosendo, vence a los moros en Zamora.
- Ramiro II de León (900-951) llega a Madrid en los 940, hace incursiones en el Valle del Tormes, tratando de establecer fronteras a su reino.
- Ordoño II rey de Galicia (910), hace una expedición contra los moros hasta la misma Sevilla, volviendo con rico botín y cautivos a Santiago.
- Ordoño III, rey de 950 a 955, llega hasta Lisboa.
- Fernando I (1016-1065), se une a Castilla, León y Navarra, después de venir a Santiago a pedir protección al Apóstol, vence en batalla en Coímbra (1063), con 50.000 cautivos.
- Alfonso VI reconquista Toledo en 1085, llegando al Tajo; reconquista Salamanca por el año 1100.
- Alfonso VII (1126-1157) toma Cáceres en 1142 (definitivamente Alfonso IX de león en 1229), llegando también hasta Cádiz, Córdoba y Almería.
- Alfonso VIII (1158-1214), aliado con Navarra y Aragón, vence en la batalla de las Navas de Tolosa (Jaén) a los almohades en 1212, al grito de ¡Dios y ayuda Santiago!
- Alfonso VIII de Castilla, aliado con Alfonso II de Aragón, toma Cuenca en 1177.
- Fernando III el Santo (1201-1252) reconquista Córdoba (1236), Jaén (1246), Sevilla (1248), Jerez y Cádiz (1250), esta con Vasco Pérez de Meira.
- Alfonso X (1312-1350) toma Algeciras y Gibraltar (1328).
- Desde 1328 el reino moro comprende sólo Almería, Málaga y Granada.
- En tiempo de Juan II de Castilla (1405-1454) se toma Almería (1412 con Payo Martínez Barbeito.
- Fernando V el católico (1454-1516) conquista Ronda y Málaga (1482) y Granada (1492), rematando la Reconquista del suelo español. Con ello queda toda la parte meridional liberada y todos los caminos libres para el paso de peregrinos.
El peregrino sale en busca de una meta determinada. El hombre no nace en la plenitud de su ser. Por eso la llamada a la peregrinación le ayuda a salir hacia metas nuevas y mejores.
Podríamos decir que un peregrino es un soñador realista, porque hay muchos soñadores que se pierden en sus propias fantasías, pero que no se ponen nunca en camino de verdad. En cambio, el peregrino por una parte es soñador: desea algo distinto de lo que es y de lo que tiene; pero, por otra parte, es un realista; busca, pregunta, hace lo posible para conseguir realmente lo que desea. Prepara su mochila, estudia los caminos y se pone en marcha, no se queda solo en deseos ineficaces.
Primer paso: El peregrino es el despojamiento, un pobre sin casa, sin dinero, con una gran inseguridad.
Cuarto paso: El encuentro.
He hablado durante las etapas y en los albergues con muchos peregrinos y dicen que el Camino ayuda a encontrarnos con el Apóstol mucho antes de llegar a Santiago.
Muchos ratos de soledad, donde el peregrino tiene que justificar ante sí mismo las asperezas de su peregrinación. Esto le ayuda a profundizar en la valoración de lo que busca y a centrarse más eficazmente en el Camino y pensando que el Sepulcro del Apóstol Santiago lo llevamos en nuestras mochilas etapa tras etapa, a lo largo del Camino también llevamos el evangelio, porque en definitiva ello es el rostro de Jesús, que se nos ha ido dibujando de una forma más atractiva, más verdadera, más influyente… todo esto es el espíritu del buen peregrino, que va leyendo cada día una página de la vida y las palabras de Jesús, como comentario de su peregrinación y como anticipo de ser encuentro con el Apóstol en Compostela.
/ Juan Belda
El peregrino viaja a pie de luz,
material y espiritualmente