GUÍA DE ALBERGUES - Camino Mozárabe de Santiago Vía de la Plata



GUÍA DE ALBERGUES

Camino Mozárabe de Santiago Vía de la Plata
de Sevilla a Santiago de Compostela


Información actualizada: 4 de octubre de 2025















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Ultreia et Suseia

Contacto:

ADORA Y CONFIA



ADORA Y CONFÍA


Adora y confía.
No te inquietes por las dificultades de la vida,
por sus altibajos, por sus decepciones,
por su porvenir más o menos sombrío.
Quiere lo que Dios quiere.

Ofrécele en medio de inquietudes
y dificultades el sacrificio de tu alma sencilla
que, pese a todo, acepta los designios
de su providencia.

Poco importa que te consideres
un frustrado si Dios te considera plenamente
realizado, a su gusto. Piérdete confiado
ciegamente en ese Dios que te quiere para sí.
Y que llegará hasta ti, aunque jamás lo veas.

Piensa que estás en sus manos,
tanto más fuertemente cogido,
cuanto más decaído y triste te encuentres.

Vive feliz. Te lo suplico.
Vive en paz. Que nada te altere.
Que nada sea capaz de quitarte tu paz.
Ni la fatiga psíquica. Ni tus fallos morales.
Haz que brote, y conserva siempre
sobre tu rostro, una dulce sonrisa,
reflejo de la que el Señor
continuamente te dirige.

Y en el fondo de tu alma coloca,
antes que nada, como fuente de energía
y criterio de verdad, todo aquello
que te llene de la paz de Dios.

Recuerda:
Cuanto te deprima e inquiete es falso.
Te lo aseguro en el nombre de las leyes
de la vida y de las promesas de Dios.
Por eso, cuando te sientas apesadumbrado,
triste, adora y confía.


\ Teilhard de Chardin

Buen Camino

EL PODER ESPIRITUAL DEL CAMINO DE LA PLATA



EL PODER ESPIRITUAL
DEL CAMINO DE LA PLATA


      El poder espiritual del Camino de la Plata es tan profundo que, en ocasiones, impulsa a personas a realizar hazañas físicas que, de otro modo, jamás habrían imaginado alcanzar.

Ser peregrino en el Camino de la Plata es una experiencia vital fascinante. En pocos días, aquellos que al principio eran extraños se convierten en viejos amigos, compañeros de ruta y de alma.

Para muchos, el Camino de Santiago Vía de la Plata es mucho más que una senda: es un símbolo de esperanza ante tanta banalización de nuestros valores peregrinos, un camino de fe, arte y cultura, un encuentro con la trascendencia y, sobre todo, con uno mismo. Es un viaje de superación, liberación y verdadera libertad, que no se limita a la capacidad de movimiento, sino que se adentra en el misterioso acto de morir y renacer.


“El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos.”
\ Marcel Proust

      Desde tierras andaluzas parte, sereno y ancestral, el Camino Mozárabe de Santiago por la Vía de la Plata. Un sendero jacobeo que recorre la espina dorsal de la Península Ibérica, de sur a norte, atravesando Andalucía, Extremadura, Castilla y León, hasta fundirse con la bruma gallega.

Nace en Sevilla, ciudad de luz, y tras algo más de 600 kilómetros de pasos y paisajes, llega a Granja de Moreruela. Allí el Camino se abre en dos: hacia Astorga, siguiendo el latido de la antigua calzada romana, o hacia Orense, siguiendo la llamada interior que guía al alma hacia Compostela.

Esta ruta, la más profunda y silenciosa del sur peninsular, ofrece al peregrino la posibilidad de caminar sin urgencias, de reencontrarse con la soledad fértil del Camino. No es solo un trayecto geográfico: es una travesía interior, una llamada a habitar el silencio, a escuchar lo que solo el polvo de los caminos puede revelar. Una experiencia que, como el fuego lento, transforma el corazón de quien la vive.


El silencio que habla en el Camino

      El Camino no solo es tierra bajo los pies y horizonte en la mirada; es también el silencio que nos habla cuando aprendemos a escucharlo. En esos momentos de quietud, el alma se abre y nos susurra enseñanzas antiguas, recordándonos que el verdadero viaje sucede en nuestro interior.

Caminar entre árboles, cruzar arroyos o detenerse ante una piedra milenaria es conectar con una herencia que trasciende el tiempo. El ruido del mundo queda atrás, y el peregrino encuentra en el silencio un lenguaje propio, lleno de paz, humildad y agradecimiento.

Este silencio nos invita a soltar el peso de las preocupaciones, a respirar profundamente y a redescubrir la sencillez del estar presente. En cada paso, la espiritualidad del Camino se revela como un acto de amor hacia uno mismo y hacia la vida que nos rodea.


La hospitalidad del peregrino: compartir y encontrarse

      Uno de los regalos más hermosos del Camino es la hospitalidad. En cada albergue, en cada pueblo, el peregrino descubre rostros abiertos, manos tendidas y corazones dispuestos a compartir.

La hospitalidad es un acto sagrado que va más allá de un techo o una comida; es el reconocimiento de la humanidad común, la solidaridad silenciosa que sostiene el viaje. Compartir historias, risas o un momento de descanso crea lazos invisibles que acompañan mucho más allá de los kilómetros recorridos.

En el Camino de la Plata, cada encuentro es una bendición, una oportunidad para aprender y para ofrecer lo mejor de nosotros mismos. La hospitalidad nos recuerda que no estamos solos, y que el verdadero camino se recorre también en compañía del alma del otro.


El paso lento: redescubrir el tiempo del alma

      Caminar el Camino es aprender a desacelerar, a dejar atrás la prisa que domina nuestras vidas. En cada paso lento, el peregrino se conecta con el ritmo pausado de la naturaleza y con el latido tranquilo de su propio corazón.

El tiempo deja de ser un enemigo o una carga y se convierte en aliado, un espacio sagrado donde florecen la reflexión, la gratitud y la presencia plena. En ese lento avanzar, descubrimos que el verdadero destino no está en la meta, sino en el propio caminar.


Las señales del Camino: guía para el cuerpo y el espíritu

      Seguir esas señales es un acto de fe, una invitación a dejar que el Camino nos transforme, a abrirnos al misterio y a la experiencia profunda que solo el peregrinaje puede ofrecer.


ERES AFORTUNADO/A, VIVE TU DICHA

Ultreia et Suseia

Peregrino Platero



PEREGRINO PLATERO

Cuando el calor se adueña del Camino, hasta el alma se vuelve pesada.

      Era un día duro de junio. Bajo un sol abrasador, avanzaba sobre una pradera de pastos dorados, sin sombra, sin tregua. Los pies iban solos, guiados por una única melodía: el canto ancestral de mi viejo bordón, que parecía marcar el compás de un rezo silencioso. La mirada perdida en el horizonte, el pensamiento disuelto en el vacío.

Entonces, una brisa leve, casi sagrada, acarició mi rostro. Al levantar la vista, aún entre sueños, vi una imagen que me hizo vibrar el corazón: una pequeña arboleda a lo lejos. ¡Sombra! Apreté el paso, sediento de alivio. Aunque parecía cercana, se resistía como las cosas sagradas. Pero llegué, paso a paso, como se llega a todo en el Camino: con paciencia, con fe.

Me detuve al entrar en el bosquecillo. Dudé si lo que veía era real. El sol me había nublado la percepción. Me froté los ojos, ardientes por el sudor. Y entonces lo vi con claridad: un viejo miliario, como un monje inmóvil, custodiaba el paso de un arroyo. A su lado, el agua fluía serena, sin apuro, como si también ella peregrinara.

Volví en mí. Sentía que las botas se fundían con mis pies. Llené mi sombrero de agua fresca y la derramé sobre la cabeza como un bautismo. Me senté en la orilla, descalcé con esfuerzo mis pies llagados y los sumergí en el agua. Al ver su palidez y su desgaste me invadió una extraña tristeza. Pensé: “Si los dejo aquí, si los entrego al río, tal vez ya no sufran más.”

Me asombra cómo un puñado de huesecillos puede sostener tanto peso, tanta vida. Llevo caminando más de 600 kilómetros, y ahí están, todos juntos, sin quejarse, sin rendirse. Una lección de unidad. Una parábola del alma.

Cuando el frescor del agua tocó mi piel, mis ojos se pusieron en blanco. Era puro gozo, pura gracia. Ommm... Bastaron unos segundos para sentirme renacido.

Al alzar la cabeza, vi frente a mí otro miliario, hermano del primero, algo más pequeño. Me observaba en silencio, como un testigo antiguo. Crucé el arroyo descalzo: la mochila a la espalda, las botas en una mano y en la otra mi fiel bordón, compañero inseparable. Me senté a su lado y cerré los ojos. El silencio me alimentaba, me transformaba.

Sentía que aquel viejo miliario me hablaba sin palabras. Historias de otros tiempos, de otros caminantes. Giré la cabeza, y el viento quebraba una rama en lo alto. El susurro de las hojas, el aleteo leve de un pájaro, el murmullo del arroyo... Todo era oración. Todo hablaba. Todo era presencia.

Quisiera quedarme allí para siempre.
Pero el espíritu peregrino no se detiene.
Nos empuja siempre más allá, más arriba, más dentro. Con ilusión, con esperanza, con sed de descubrir lo que el Camino aún guarda para mí.

Tomé un puñado de tierra entre las manos, como quien recoge un relicario. Miré al horizonte y pedí —no con palabras, sino con el alma— que mis pasos me conduzcan sano y salvo a mi destino.

En mi Camino, poco más necesito.


Como nos decía san Francisco:

“Necesito poco, y lo poco que necesito,
lo necesito poco.”

Ultreia et Suseia

LO QUE NO ESTÁ EN EL ESPIRITU DEL CAMINO



LO QUE NO ESTÁ EN EL ESPÍRITU DEL CAMINO


      Un amigo lector, Guy CHABANT, reaccionó a mi artículo anterior “El espíritu del camino”… ¿Qué es?”(1) señalándome que, si el espíritu del camino era una realidad traducida por actitudes y comportamientos abiertos a ciertos valores, debían existir otras actitudes contrarias al espíritu del camino o que impidiera el descubrimiento de estos valores y citó algunas de ellas (es por esto que su nombre está asociado a este nuevo artículo).

Corriendo el riesgo de ser acusado de hacer juicios y olvidar el adagio "cada uno su camino", intentaré destacar estos comportamientos que son contrarios al espíritu del camino y que no permiten descubrir estos valores.

Me preguntaba si ya se habían publicado textos sobre este tema, y encontré en el sitio web de la catedral de Notre-Dame du Puy un artículo escrito por un peregrino-hospitalario(2) dedicado a la reserva de alojamiento que considera contraria al espíritu del recorrido.


LA RESERVA
      En el caso de un simple albergue de peregrinos, reservar alojamiento es lo opuesto a la solidaridad, es sálvese quien pueda, es pensar en sí mismo posiblemente tomando el lugar de otro que está más cansado que uno, es también lo opuesto a confiar, es impedirse vivir el momento presente lo que obligaría a tomarse más tiempo para visitar una iglesia, un sitio notable fuera del camino, es no estar más disponible para un encuentro o una invitación inesperada.(2) La reserva podrá ser necesaria cuando el alojamiento previsto vaya acompañado de una comida preparada por el anfitrión; En este caso, la reserva está, por supuesto, plenamente justificada.


EL TRANSPORTE DE EQUIPAJE
           Llevar una maleta o una mochila (salvo en caso de problema de salud que impida llevar una bolsa) va contra la simplicidad, porque el hecho de no tener que cargar a menudo permite tomar objetos de inútil comodidad, contrariamente a un enfoque de simplicidad y de retorno a las necesidades esenciales. Además, transportar equipaje casi siempre implica reservar alojamiento...


INVESTIGAR EN LAS REDES SOCIALES LOS MEJORES LUGARES PARA HOSPEDARTE Y DÓNDE SE COME MEJOR
      Este tipo de preguntas, muy leídas en las redes sociales, van en contra de la sencillez y sobriedad en el espíritu del camino. ¡Esta búsqueda de un mayor bienestar no es realmente un retorno a las necesidades básicas!


PEREGRINACIÓN EN GRUPO
      Un grupo de caminantes es autosuficiente, a menudo replegado sobre sí mismo, y no necesita de nadie más. Esta autosuficiencia va contra el espíritu de apertura a los demás y a los nuevos encuentros. El solitario se siente aún más aislado cuando se enfrenta a un grupo muy unido. Otra cosa es peregrinar en grupo familiar, lo que sin duda aporta una riqueza añadida.


IGNORAR A OTROS PEREGRINOS
      No desear "Buen Camino" o "Ultreïa" a un peregrino con el que te cruzas, o no saludar a otro peregrino con el que te encuentras en una parada o en un albergue, es contrario al espíritu de fraternidad. Es lo opuesto a la apertura a los demás y al espíritu de encuentro.


NO SALUDAR A LOS ALDEANOS CON LOS QUE TE ENCUENTRES AL CRUZAR PUEBLOS
      ¿No es eso comportarse como un turista, o incluso como un turista conquistador? Para el turista, el nativo es el extranjero, para el peregrino en cambio, es él mismo quien es el extranjero (3) (ésta es también la primera definición de peregrino). No saludar a la persona local que conoces en un pueblo no muestra humildad, respeto ni preocupación por conocer a los demás.


EVITAR LOS DORMITORIOS, SOLICITA UNA HABITACIÓN PRIVADA O ELIGE ALOJAMIENTOS CON DESAYUNO Y HOTELES
        Además de ser lo opuesto a la sencillez, ¿esta actitud no va también contra el espíritu de encuentro y de apertura a los demás?


CONSIDERAR A LA PERSONA QUE RECIBE HOSPEDAJES PÚBLICOS COMO UN SIMPLE FUNCIONARIO Y NO MOSTRARLE RESPETO Y CONSIDERACIÓN
      ¿Es eso mostrar delicadeza y no es contrario a ir al encuentro del otro?


INFORMAR SISTEMÁTICAMENTE SOBRE LOS MEJORES RESTAURANTES PARA CENAR
      Un peregrino es también un turista, y como tal, disfrutar de vez en cuando de una muy buena comida es perfectamente normal. Pero ¿la búsqueda sistemática de los mejores restaurantes no va en contra de la sencillez y la búsqueda de valores esenciales?


REGRESAR AL ALBERGUE TARDE EN LA NOCHE Y ENTRAR AL DORMITORIO HABLANDO EN ALTO O (Y) ENCENDER LAS LUCES
      Es una falta de respeto hacia el otro, es una falta de tacto y de empatía, es un sálvese quien pueda, todo lo contrario al respeto y a la solidaridad


LEVANTARSE TEMPRANO POR LA MAÑANA Y PREPARAR TU MOCHILA SIN PREOCUPARTE POR EL RUIDO QUE HACES, SOBRE TODO CON VARIAS BOLSAS DE PLÁSTICO O/Y ENCENDER LAS LUCES
      Es la misma situación de "cada uno por sí mismo".


EMPRENDER UNA CARRERA FRENÉTICA EN BUSCA DE SELLOS
      Mientras que la oficina de peregrinos de Compostela pide a quienes sólo caminan los 100 km necesarios para obtener la "Compostela" que sellen su credencial dos veces al día, algunos peregrinos buscan reunir el mayor número de sellos posible haciendo sellar su credencial por quien sea susceptible de hacerlo. ¿Dónde está en estos comportamientos la búsqueda de verdaderos valores y el dejarse llevar?


CAMINAR MIENTRAS TE GRABAS Y COMENTA TU CAMINO Y LO PUBLICAS DIARIAMENTE EN FACEBOOK
      Mi cuestionamiento sobre la posibilidad de conciliar este espectáculo del propio acercamiento y de los propios estados de ánimo con una cierta interioridad y abandono ya ha sido abordado en un artículo anterior (4). Ponerse en escena y exhibirse me parece que va en contra de una búsqueda de interioridad y de abandono.


TOMAR EL AUTOBÚS PARA SALTAR LA ETAPA MENOS AGRADABLE O PARA ENTRAR O SALIR DE UNA CIUDAD
      Es cierto que hay etapas o partes de etapas menos bonitas o desagradables, pero ¿no forma el viaje un todo? ¿Es la belleza del camino un elemento esencial de la peregrinación?


PARAR CON MUCHA REGULARIDAD EN BARES Y CAFÉS PARA CALMAR SU SED
      En lugar de llevar agua y beberla de la propia botella, y esto sobre todo en las terrazas, ¿no va en contra de un espíritu de sobriedad y de una vuelta a las necesidades básicas? Otra cosa es la cerveza u otra bebida que se toma al llegar al escenario o por la noche...


CAMINAR CON LA NARIZ PEGADA AL MÓVIL PARA SEGUIR LAS INDICACIONES DE “BUEN CAMINO” LO MÁS CERCA POSIBLE
      Impidiendonos así vivir el momento presente, estar abiertos al encuentro, maravillarnos de la belleza del camino que se nos ofrece, ¿no es también impedirnos vivir plenamente los valores que el camino podría hacernos descubrir?


MIS CONCLUSIONES
      “Cada uno su camino”, ¡por supuesto! Pero no todos los caminos me parecen iguales...


por Pierre SWALUS
con los pensamientos y la colaboración de
Guy CHABANT

Articulo publicado en el blog:
https://verscompostelle.be/pas-dans-l-esprit-du-chemin.htm#

Ultreia et Suseia



1. SWALUS Pierre, “El Espíritu del Camino”… ¿Qué es? , en línea en el sitio web del autor “Vers Compostelle”: https://verscompostelle.be/l-esprit-du-chemin-c-est-quoi.htm

2. HUGUES, ¿Debemos o no ceder a la moda de las reservas?, en línea en la web de la Catedral Notre-Dame du Puy : https://www.cathedraledupuy.org/pelerins-de-saintjacques/informations-pratiques-1/faut-il-ou-non-ceder-a-la-mode-de-la-reservation

3. Anónimo, "El turista y los peregrinos", en el sitio "¿Qué es la verdad?": https://thomasmore.worldpress.com/

4. SWALUS Pierre, “¿Peregrinación, motivaciones y puesta en escena?”, en línea en el sitio web del autor "Vers Compostelle".: https://verscompostelle.be/motivations-mise-en-scene.htm